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"Cuando llegué a la cervecería para encontrarme con varias amistades, la primera en salir a recibirme fue la novia de mi amigo, diciéndome. “Qué bueno que llegaste” "
Apenas me habló me di cuenta de que Alexandra se encontraba borracha, y al no ver a mi amigo, le pregunté a su novia que le sucedía.
Sin perder tiempo comenzó a decirme que, quería darle celos a su novio, ya que él se fue a tomar un curso fuera del país, razón por la que ella había asistido a la cervecería, para bailar con todos los chicos que pudiera, y de que estuviera usando ese trajecito tan corto, y revelador, que a mi amigo no le gustaba que ella usara.
Yo seguí bebiendo con la novia de mi amigo, y ocasionalmente la saqué bailar, pero no fue hasta que no quedó ninguno de nuestros conocidos, que comencé a decirle lo bien que ella se veía con ese lindo vestido, que yo no entendía como mi amigo no le gustaba que ella lo usara, ya que estaba tremendamente hermosa.
Riéndose me confesó que en esos momentos no estaba usando nada bajo aquel pequeño vestido.
Le comenté que para hacer que un hombre tenga celos, lo importante no es tan solo querer hacerlo, sino que debía darle verdaderos motivos para celarla.
Entre los halagos, los consejos que le fui dando, la manera en que agarraba su cuerpo, a medida que bailábamos, y mi manera de hablarle al oído, la hice sentir bien.
Por lo que cuando le comenté que podíamos ir a mi casa para disfrutar de un lindo amanecer desde el balcón.
La novia de mi amigo, sin pensarlo mucho de inmediato me respondió que sí, cuando llegamos, yo continué portándome como todo un caballero, puse algo de música, le serví un dulce y delicioso trago, que se lo bebió casi sin respirar.
Para luego invitarla a bailar a media luz, al tiempo que mientras lo hacíamos, continué halagándola, diciéndole lo bella que estaba, que ese lindo vestido parecía que fuera parte de su piel.
A medida que se lo fui diciendo, con mis manos las fui deslizando hasta sus nalgas, y como no me detuvo, ni me rechazó, decidí continuar.
En esos momentos ella, se sentía tan cómoda y segura entre mis brazos, que no se le ocurrió decirme que me detuviera, cuando al tiempo que seguíamos bailando, suavemente hice que su vestido se deslizase hasta el piso.
De momento se encontró completamente desnuda ante mí, y realmente bajo aquel pequeño vestido la novia de mi amigo no llevaba más nada puesto.
Lo mejor de todo es que no se mostró para nada avergonzada, quizás por escucharme decirle en ese preciso instante. “Que su cuerpo sería la envidia de todas las diosas griega”, continuamos bailando, acariciándonos, y besándonos.
Hasta que muy suavemente la fui conduciendo hasta mi habitación, de seguro se imaginaba, lo que estaba por suceder, pero no tuvo la voluntad de decirme que no.
Es más ya en la cama, continué besándola de manera ardiente, por todo su cuerpo, mientras que, cerrando sus ojos disfrutaba del placer que le estaba haciendo sentir.
Mis labios llegaron hasta su coño, al que por un largo rato me dediqué a mamarle, a medida que ella chillaba y gemía de placer, y cuando ella estaba de lo más excitada, dirigí mi boca a sus propias nalgas.
Las que luego de sepáralas suavemente comencé a lamer, por lo que me supongo que se dio cuenta de que era lo que yo deseaba.
Como ella misma me dijo. “En mi vida, hasta esos instantes, nunca había ni pensado remotamente en llegar a mantener una relación anal”.
Pero a medida que mi lengua continuaba acariciando y ensalivando su piel, yo con mis manos y dedos fui separando sus nalgas.
Entre el miedo que ella decía que tenía, de que eso le doliera, y la curiosidad de saber que se sentía, sumisamente dejo que mis manos separasen sus nalgas, para quedarse con sus nalgas al aire, y sus piernas separadas.
En un abrir y cerrar de ojos me quité toda mi ropa, pera de inmediato comenzar a irle introduciendo dentro de su cuerpo mis dedos, al tiempo que le decía lo linda, y paradas que tenía sus nalgas, que procurase no ponerse tensa para que disfrutase todo lo que yo le iba hacer.
La novia de mi amigo, realmente procuro seguir mis consejos, a medida que, con alguno de mis dedos, le fui penetrando lentamente su culo.
A diferencia de dolor que ella se imaginaba iba a sentir, la sensación de que mis dedos entrasen dentro de sus nalgas, una y otra vez, fueron dilatando su esfínter, se tranquilizó y hasta comenzó a disfrutar de todo lo que yo le hacía.
No era la primera vez que yo hacía eso, mi manera de hablarle, y de tocar su cuerpo, la fue preparando, hasta el momento en que comenzó a sentir como mi miembro se abría paso suavemente dentro de su culo.
A medida que continuaba introduciéndole mi miembro, poco a poco, ella fue descubriendo ese raro placer, del sexo anal.
Sin que yo le dijera nada en lo absoluto, ella comenzó a mover suavemente sus caderas, al tiempo que yo me deshacía en bellas palabras sobre su cuerpo.
Sentí cuando mi cuerpo entró en pleno contacto con el de ella, hasta el ligero golpe de mis testículos contra la parte baja de su coño, lo que la terminó de volver loca de felicidad.
A pesar de lo mucho que ella había bebido, me decía que sentía todo dentro de ella, de cómo mis manos la sujetaron fuertemente por sus caderas, y como le empujaba una, y otra vez mi miembro dentro de su apretado culito, haciéndola sentir una delicia, que nunca antes ella, ni tan siquiera hubiera sospechado que podía disfrutar.
Al tiempo que continué clavándole toda mi verga una y otra vez, con una de mis manos le agarré con fuerza su mojado coño, y al tiempo que por una parte le enterraba mi buen pedazo de carne.
Mis dedos hábilmente la tenían bien sujeta por su clítoris, arrancándole profundos gritos de placer, al punto que la hice disfrutar de un tremendo orgasmo como nunca antes lo había disfrutado, según ella misma me dijo.
Le dejé todo su culo por dentro lleno de mi semen, y cuando extraje mi verga, de sus apretadas nalgas, sonó como si hubiera descorchado una botella de champan.
Por un buen rato permanecimos acostados una al lado del otro, hasta que me levanté al baño y me lavé todo mi miembro.
Pero apenas me acostó nuevamente a su lado, coloqué mi verga sobre sus labios, fue cuando la novia de mi amigo me dijo de manera amenazante que ella no pensaba mamar.
De momento me dejé de consideraciones, la agarré por la quijada hasta que la obligué a que abriese la boca, mientras que a la fuerza le introduje mi verga dentro de su boca, y acto seguido la obligue a que me la mamase.
En su cara pude ver el miedo, mi verga fue tornándose nuevamente en algo bastante duro y caliente, tanto así fue que ella, que estaba a punto de vomitar, por lo que y sin más ni más la extraje de su boca, y sin decirle nada se la he clavado dentro de su coño salvajemente.
La novia de mi amigo no podía creer que yo actuase de esa manera, clavándole con saña, y con mucha rabia, toda mi verga dentro de su coño.
Al tiempo que comencé a insultarla llamándola de puta, y perra para abajo, por haberse dejado dar por el culo y negarse mamar mi miembro.
No bien él me volví a venir, que de inmediato me puse de pie, tomé su vestido, y tirándoselo encima le dije. “Querías darle celos a mi amigo, ahora ve y cuéntale lo que has hecho puta”.
Muy asustada salió corriendo desnuda de mi apartamento, y mientras lloraba se puso su vestido, y no dejó de correr hasta que llegó a su casa.
Dos días antes de que mi amigo regresara, le envié un ramo de flores de mi parte, dentro había una pequeña carta disculpándome por mi acción y diciéndole que eso fue culpa de lo mucho que ambos habíamos bebido.
Que, por consideración a mi amigo, yo no le diría nada, siempre y cuando ella me perdonase, y que en muestra de ello aceptase mi invitación a cenar.
Desde que llegué nuevamente me comporté como todo un caballero, cenamos, y hasta nos tomamos unas cuantas copas de vino, mientras que yo no dejaba de disculparme.
En los ojos de la novia de mi amigo, yo aun percibía algo, así que mientras compartíamos, me lo dijo.
Nuevamente me disculpé por mi manera tan brusca de tratarla, y entre copas de vino y continuar hablando de lo que habíamos hecho, al recrear en mi mente todo lo sucedido, comencé a sentir ganas de repetir todo nuevamente.
Fue cuando ella me dijo, algo avergonzada. “Quizás es que me he vuelto loca, pero la manera en que me trataste me hizo sentir diferente, no es que haya dejado de amar a mi novio, solo que el estar contigo, es una experiencia completamente distinta.”
Por lo que apenas terminó de hablar, le sugerí que nos fuéramos a la cama nuevamente, y no pudo, o quiso negarse.
Esa noche la volví a clavar por el culo salvajemente, además la obligué a que me lo mamase nuevamente, para luego volver a abusar de ella, como me dio gusto y gana.
Lo que al final, me dijo que la hizo sentir inmensamente feliz, a pesar de mis insultos, y malos tratos que le di a ella.
Al siguiente día la novia de mi amigo se comunicó con él estando conmigo en mi cama, fue cuando mi amigo le comentó que había finalizado el curso, pero que la compañía deseaba que tomara otro curso para que se hiciera cargo de todo el departamento de diseño.
Por la cara que puso ella, me dio la impresión de que estaba muy molesta, hasta que le dije al oído que le preguntase a mi amigo cuanto le iban a pagar al terminar el nuevo curso.
La cantidad que le dijo mi amigo la sorprendió, y si ella tenia ganas de pelearse con él, al escuchar lo que le iban a pagar, de inmediato le dijo ella a él. “Eso quiere decir que nos podemos casar tan pronto llegues.”
Pero adivinen, mientras mi amigo termino de realizar esos cursos, su novia mientras tanto se la paso durmiendo en mi apartamento, lo demás se lo pueden imaginar….
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