 
Por
Anónimo
UN TRÍO DE EDAD
Yo tenía 16 años cuando entonces, mi amiga me dijo que su hermano, de 10 años, no paraba de molestarla, pero que hacía cosas raras para ello como tocarle las tetas y apretar hasta que gima y caiga de cuatro mostrándole el culo. Al escuchar eso debo reconocer que me mojé, no obstante la dije que estuviera tranquila, pues se me había ocurrido una idea para que la deje de molestar de una vez por todas.
Así, a la salida de clases de un viernes empecé el plan, sabía dónde vivían y que ese día no iban a estar sus padres así que mi objetivo: Juan, era fácil de obtener. Una vez llegué llamé y mi escondí, una vez su hermano abrió miró de un lado para otro, al no ver nada se giró para volver a entrar, no obstante salí a por él dejándolo inconsciente en el suelo. La primera parte del plan había surgido efecto, ahora tocaba la fase dos: hacer que Juan deje de molestar a Leticia.
Cuando Juan abrió los ojos trató de moverse de cualquier manera, no obstante, las cadenas con las que lo até impidieron que escapara de mi control y es que seguí chupándole la polla hasta que se vino, pero con una no era suficiente así que rápidamente lo volví a chupar hasta recibir una segunda ráfaga del hermano de Leticia. El pobre no sabía que estaba pasando, solo podía retorcerse de placer y gemir como el buen perro sumiso que era frente a mí.
Tras aquella segunda ráfaga no le di tiempo a que pudiera reaccionar, y de un segundo a otro su cara era un poema para enmarcar al ver como mi coño se lo estaba follándoselo entero. La amiga de mi hermana me está cogiendo es lo que pudo saber antes de que le diera de mis senos en su boca y le dijera que comenzara a chupar mientras me lo seguía follando.
Ahí le dije que Leticia me contó como le molestaba y que si quería un cuerpo de mujer iba a ser él su sumiso. Acto seguido le besé bien la boca mientras que apreté bien a la par que bajé mi coño hasta hundir la polla de Juan en este. Pude notar un gemido de dolor del pobrecito, pero quería dejarle bien en claro que él iba a ser el sumiso así que seguí apretando bien fuerte hasta que una fuente de semen rellenó mi coño y le seguía besando, así al poco Juan me comía la boca.
Tras eso me puse de pies y le di los mismos a chupar cosa que hizo sin rechistar para así, de un momento a otro metérselos a la boca. “Veo que aprendes rápido Juan, y que no hace falta decirte que hacer” dije entre gemidos por las lamidas que este me daba a las plantas de mis ricos pies. Aprovechando la situación comencé a montarlo pues estaba bien excitada. La verdad es que siempre quise desvirgarle y esta ocasión fue la indicada. Él comenzó a follarme bien rico el culo, pero debía imponerme o acabaría siendo yo su perra mostrándole el culo tumbada mientras me castigara; entonces decidí sacarlo y meterlo de una, esto generó que mordiera mis pies y le diera yo un taconazo como respuesta. Ahí lo entendió todo: solo era un perro a mis órdenes.
Cuando estaba a punto de terminar en mi culo, paré y saqué mis pies para darle un buen masaje de pies, una rica paja lenta la cual él disfrutó y sufrió porque quería acabar cuanto antes. Cuando vi que queda poco para ello le puse mis tetazas en su boca y el muy perro comenzó a lamer, chuparlas y morderlas haciéndome gemir como si puta. Como quería que el fuera mío le pegué y le robé un profundo beso mientras que se venía en mis pies.
– Juan eres mío, no soy tuya, ¿entiendes? Le dije al oído mientras se lo lamía
Él solo puso asentir, fue entonces cuando le conté que él si era un buen sumiso, no como su hermana Leticia, la cual me costó dominar. El pobre Juan quedó en shock al oír aquello, pero cuando vió que dije a la perra de su hermana que podía entrar lo entendió todo: había dominado a su hermana completamente, y el siguiente era él, para así tener a dos ricos hermanos cogiendo para mí, para su dueña y ama.
– Esclava, chúpame los pies y tú deléitate mirando como tu hermana limpia mis pies de tu semen
Juan se excitó al ver la lengua de su hermana limpiarme entera, incluso el culo. Y es que se le puso dura y bien recta la polla.
– Vaya, veo que tenemos un amiguito aquí que quiere algo…, de su queridísima hermana jeje
Al ver aquello él quería hacer algo, evitarlo, pero la situación le pudo y vió de primera como su hermana le lamía bien rico su polla, mientras yo disfrutaba del espectáculo pensé en mejorarle.
– Perro, limpia bien mi coño dije mientras me pajeaba con dedos haciendo que mis fluidos cayeran en la boca de Juan, para acto seguido ponerle mi coño en toda su boca. Y dicho y hecho, así comenzó a hacerme gemir como perra a la par que su hermana le chupaba la polla y yo la ayudaba empujando su cabeza hacia abajo.
Cuando noté que estaba a punto de venirme apresuré a Leti comerle bien la polla a su hermanito hasta que ambos nos venimos. Rápidamente fuí a por la boca de mi amiga y le saqué parte de la leche de su rico hermano. Mientras el volvía a comerme bien el coño hasta acabar haciendo ambos un 69.
Ahí me dijo por primera vez que era una jodida diosa del sexo y que estaba completamente loco y enamorado por mí. A lo que le contesté que un sumiso no puede enamorarse de su ama, pero tras besarme bien fuerte y rico el coño hasta sacarme los fluidos y que cayera rendida le dije que podía hacer una excepción.
Posteriormente ordené a su hermana follarle con su culo mientras él me limpiaba el mío y yo a ella la tocaba las tetas tan suaves y deliciosas que tenía haciéndola gemir de placer a aquella perra, esto excitó muchísimo a Juan.
– Ya veo Juan, te gusta mucho tu hermana y oírla gemir, ¿eh?
– Sí,yo… – es todo lo que pudo decir antes de que me sentara con más fuerza en su boca
– Los sumisos solo asienten – le dije
Al ver que a él eso le puse empecé a lamer y chupar las tetas de su hermana mayor haciendo que Juan lo viera quisiera o no. Cuando vi que estaba a punto de venirse usé mis dedos en el coño de Leti y la lamía el mismo y a Juan la polla hasta que se vinieron.
– Eso es, veniros juntos como hermanos putos que sois – dije al ver aquello
Para mí sorpresa Leti me tiró y me comió la boca
– Ahora hermano fóllate bien fuerte el culo de Mari
Empecé a notar como me lo metía bien fuerte, a la par, la sucia perra de su hermanita, que parecía una santa, mostró su lado más sexual al chuparme las tetas bien rico, ante lo cual no podía hacer nada, pues tenía mis manos agarradas, así pues solo podía gemir
– Esa es gime como NUESTRA perra – dijo para acto seguido ponerme su coño lleno del semen de su hermano en la boca para que yo lo chupara
Ambos se vinieron en mí Leti aprovechó para desatar a Juan. Así el me folló el coño bien fuerte escuchándome gemir mientras le pedí que pare, pero en el fondo quería más, más y más.
– Las perras no hablan – me dijo a la par que me metió dos dedos – menos las perras como tú con la boca llena
Aquello me excitó muchísimo y me vine en su polla mientras él seguía follándome bien rico y fuerte el coño; hasta me sonrojé y todo. La perra de Leti me comió las tetas al ver aquella escena y le dijo a Juan que lamiera nuestros pies. Luego me pidió a mí que lamiera los suyos hasta que Juan se viniera dentro de mí. Tras aquello Juan tomó el control, nos agarró bien fuerte a ambas en un brazo, nos dió un beso de tres y nos folló a ambas culo y coño.
– Estáis bien ricas perras deliciosas – fue todo lo que dijo mientras nos oía gemir como las putas que éramos
– ¡Juntad vuestros coños y culos! – ordenó
Y así sentimos y vimos como una gran ráfaga de semen nos rellenó ambos huecos a ambas a la par que lo metía hasta dentro de ambos en las dos sucias perras que tenía a su merced, las cuales se besaron apasionadamente. Luego nos obligó a hacerle una mamada, primero fue a mí y es que me confesó que me tenía unas ganas locas a la par que me tocaba culo y tetas y apretaba y pegaba escuchando mis gemidos hasta que abrí bien la boca como buena puta y me la metió hasta el fondo, si hermana le comió los huevos y me dijo Juan que la chupaba como una experta y así se vino en mi boca de sucia dos veces seguidas hasta que no pude más y me hizo tragármelo entero. Luego cambiamos de posiciones Leti y yo y le comí sus ricos huevos, los mejores que probé nunca. Luego le hicimos una doble mamada. De pronto nos ató a ambas y nos volvió a follar culo y coño a ambas mientras nos comía las tetas y gemíamos.
– Eso perras mías – dijo Juan – Vamos Leti al fondo de tu coño – ahí pude ver como su hermana gimió de dolor, para acto seguido ser yo al metérmela en mi culo. Nos obligó finalmente a hacerle una doble paja de pies mientras nos metía los suyos en nuestras bocas para luego usar sus dedos mojados en nuestros cuatro agujeros libres que él tenía a su merced.
Terminamos todos bien rellenos de semen. Su hermana, Leti, aunque dolorida fue la primera en levantarse para ir al baño no sin antes chuparme el culo y el coño y a su hermano la polla hasta venirnos. Estando solos Juan y yo me dijo lo siguiente: María eres la mejor perra y más que tendré nunca, te amo, mientras me follaba el coño, luego me tocaba bien rico las tetas gimiendo como buena puta y finalmente follándome el culo y yo haciéndole una paja de pies mientras lo besé diciendo que opinaba lo mismo. Me subí a él y lo monté, mientras que su hermana salió de la ducha, se puso un condón y me folló hasta caer rendida con Juan devorándome las tetas.
– ¿Qué hay de mí? – preguntó Leti a lo que ambos dijimos que la incluíamos en aquella frase
Después de ese día siempre lo hacemos de nuevo. Juan y yo nos hemos casado y en secreto yo y Leti y ella y su hermano. Fue la mejor experiencia y jamás esperé aquello.
Se despide de ustedes Mari, esperando un bebé de mi novio, al igual que su hermana otro.
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