Necesitaba un masaje para relajarme y acudí a un masajista que ofrecía masajes terapeuticos y relajantes.

Al llegar me recibió un hombre negro alto y fuerte, no se por qué pero me atrajo mucho a pesar que nunca había sentido atracción por otro hombre. Me indicó que me desnudara y acostara en la camilla, deje mis interiores puestos. Al entrar él a la habitación me quitó el interior y y mi pene empezó a erectarse. Estaba abochornado, muy avergonzado, mi pene se erectaba frente a el. Como si nada comenzó a dar masaje en mis pies, era delicioso, y seguía excitado, poco a poco fue tocando y masajeando todo el frente de mi cuerpo sin apuro, mi erección no cedía, al colocarme boca abajo apoyé mi barbilla en un entrante de la camilla, mi cabeza quedaba apoyada mirando hacia abajo. El se colocó frente a mi y empezó a darme masajes en los hombros y espalda. Solo podía mirar su bulto y vi que estaba muy bien dotado, pensé que me gustaría ser mujer. Al continuar el masaje bajó a mis piernas, y terminó en mis glúteos, los cuales tocó largamente. Al terminar me dijo: Estás muy estresado, quiero que vengas 2 veces a la semana.

Esa tarde me masturbé 3 veces pensando en él.

En la tercera sesión empezó masajeando mis nalgas, colocó un gel lubricante en mi ano y con sus dedos comenzó a estimularlo. Aquello fue delicioso, de pronto uno de sus pulgares se hundió en mi ano y no pude reprimir un gritico de placer, el sacó el dedo y hundió su dedo medio totalmente, friccionandolo hacia abajo y delante en mi ano. Sin apuro continuó con aquello, y sacó una caja de madera de la que extrajo un dildo pequeño de unos 15 cm de largo y lo hundió en mi. Di un gritico de placer y dolor al hundirlo dentro de mi.

Aquel estimulo me volvió loco de deseo y además el empezó a besar mis nalgas, estimulandolas también con su mano libre. Al hundir el último dildo me sentía lleno, abierto. Mi pene estaba a punto de explotar. Alven, así se llama dejó el dildo dentro de mi y puso una película donde dos hombres tenían sexo. El activo era un negro grande y el pasivo un rubio menudo. Ambos se besaban con ternura y deseo. Al terminar, alvin sacó el dildo de mi ano y me hizo levantar besando mi boca largo rato, luego tomo mi mano y me llevó a su cama sentandose en ella, me haló hacia el y me hizo colocar a horcajadas sobre él, llevó su sexo a mi ano y me dijo: Mi vida, soy para ti, nací para que te goces mi pene, y empezó a besarme, me apreté contra el y su sexo entró en mi. Fue algo delicioso, suave, firme que me llenó por completo, y comencé a cabalgar sobre su sexo con total deseo, de hecho perdí la cabeza y gemí ruidosamente de placer eyaculando muy pronto y tuve que continuar mis movimientos eróticos para satisfacer a Alven, quien tardó tanto que quedé agotado de cansancio y placer.

Esa tarde me entregué por primera vez a un hombre y lo satisfice oralmente, quedandome con él por varias horas, copulando hasta caer rendido.

Alven me convirtió en su hembra, y comenzó a feminizarme obligandome a salir del closet y decirle a mis amigos y familia que era la mujer de ese macho maravilloso que me vuelve loca de deseo en la cama cada día