Por

Anónimo

agosto 20, 2012

13882 Vistas

agosto 20, 2012

13882 Vistas

Un dia en la playa nudista

0
(0)

Queridos lectores, soy el mismo del relato «dulce incesto con mi tía» y lamentablemente para mí, es lo que me hubiera gustado que pasara, pero no lo que pasó. Supongo que al no poner que es real, ya se sobreentiende. Para el que lo haya leído, fuimos varios años a ese balneario,pero nunca nos quedamos solos, y no pude decirle si se venía conmigo a la bañera. Nunca ha pasado nada entre nosotros. Actualmente ella está ya mayorcita, aunque se conserva muy muy bien, no sé, ciertamente aún la besaría. A lo mejor se me va la olla y el próximo día que venga a casa, si se queda un instante sola, vaya e intente besarla. ya os contaría. Pero bueno, mi intención es la de escribir otro relato, éste sí, 100% real. De hecho las playas nudistas no son un buen sitio para ligar, al menos en mi opinión, y hasta me atrevería a decir que es uno de los peores lugares. Incluso en España no creo, pero he visto que fuera de España hay alguna en donde no dejan entrar a los hombres a no ser que vayan con pareja. Me han pasado cosas como pedir a una chica si me puede poner crema en la espalda y negarse, o ponerme creo que a una distancia normal y prudencial de una chica, y aún así decirme ésta si me puedo apartar un poco. Lo que les contaré fue la única ocasión en la que tuve suerte. Un día cualquiera de junio de este año, en barcelona, salí del trabajo y como ya llevaba haciendo varios días, me dirigí a una de las playas nudistas de la ciudad. Había gente, pero tampoco estaba muy concurrida. Como era costumbre, lo primero, con la máxima discreción que podía, fue contemplar como estaba la cosa, y a quién me podía acercar para que me diera crema en la espalda. No buscaría a la más atractiva, nunca lo hice. Si tenía más de 30, mejor que si tenía 20, aunque nunca se sabe. y sí, creía que ya sabía quien me tendría que sufrir entre comillas. Una mujer sentada en la toalla, a la que le echaba unos 35, morena, melena lisa recogida, gafas de sol, grandes pechos, aunque no fue eso lo que me hizo decidirme por ella, sino un valioso tesoro que cada vez abunda menos: un espeso vello negro cubrieno su coño Planté mi toalla cerca de la suya, tal vez a unos 2 m,me unté todo de crema menos la espalda, me le acerqué y le dije: perdona, ¿te importaría ponerme crema en la espalda? Sí, me respondió convencida y sonriente. Muchas gracias. De nada. Empezó a untarme la espalda con habilidad. Gracias le volví a decir. Volví a mi toalla, , y no sin antes darle un buen repaso con la vista, me senté en , en la misma posición que ella, lo que dejaba ver mi pene totalmente flácido. Pasaron unos pocos minutos y ella me dijo: ¿me vigilas las cosas que me gustaría ir a darme un baño? Cómo no. Gracias. Se levantó, , lo que me permitió ver que sus pechos estaban caídos, poco me importó. Se dio media vuelta para dirigirse al agua, y pude verle el trasero, algo celulítico, pero para mí, sabrosísimo, y se dirigió al agua. Al rato volvió. Yo seguia en la misma posición, y ella se volvió a sentar. La repasé con la mirada y mi pene si bien no se puso erecto, creció un poco. Teiendo una erección, lógicamente tendría problemas, pero que el pene crezca un poco, no supone ningún problema,y de hecho puede ser normal que pase sin que haya excitación. Pero obviamente sí había excitación y ella se dio cuenta. Lo que me delató es que yo bajé la mirada para ver mi pene y controlar que no tuviera una erección. Ella me dijo: anda,se te ha puesto más grande. Como vi que se lo tomó como algo divertido, Le respondí: normal, mirándote. Dijo ella: vaya, así que tu vienes a la playa a ver tias en pelotas. Respondí: bueno, cuando voy a la playa, voy a ésta para no tener las marcas del bañador, y sinceramente no soy capaz de ver una tia en pelotas y quedarme igual. Ella rió:Bueno, a ti tampoco se te ve mirón. Y tienes una carita de bueno. eres un niño aún, ¿no? No tanto como parece, le respondí. ¿Ah no? ¿Cuantos años tienes? 31 respondí. Fue poco antes de cumplir los 32, antes de empezar este verano. Vaya, yo te echaba 21 me dijo. ¿Puedo preguntarte yo la edad? dije. 33 cariño. No había fallado mucho en mis cálculos. Y me dijo: pero bueno, ya que estás aquí, podrías haberle pedido que te pusiera la crema alguna mejor que yo, ¿no? Y dije: no no, tú estás muy bien. Uy, que cumplidor que eres. Sonreí. Y dije: oye, voy al chiringuito a por una cerveza. ¿Quieres tú una? Bueno, vale. Nos preguntamos los nombres. Estuvimos charlando un poco, y ella dijo: me voy a ir. Y yo: también. ¿te importa si te acompaño? No cariño. ¿Para dónde vas? Hacia el metro. Yo también. Los dos teníamos que ir en la misma dirección. Oye, ¿vas para casa¿ Le pregunté. Sí. ¿Y vives sola? Con una compañera, pero vendrá más tarde. Ya sabía que yo quería ir con ella. ¿Puedo venir a tu casa? Sonrió: sí cariño. Llegamos a su portal, entramos, y nos subimos al ascensor y la besé. Entramos en casa. Voy a la ducha, ¿vienes? Ya había visto su cuerpo desnudo, con lo cual no habría la agradable sorpresa que supone ver desnudo un cuerpo que antes habías visto vestido, pero desde luego mereciá la pena. Estaba en casa de una desconocida de la nudista, y la verdad es que ya echaba de menos ese imperfecto pero morboso cuerpo desnudo. Nos metimos en la ducha. Ella acarició mi sable y yo su vagina peludita. El sable creció, pero no se puso aún erecto. Ahora mis manos estaban en su traser oy las suyas masajeaban hábilmente mi sable y mis pelotas. Le chupé las tetas. Salimos de la ducha y fuimos a la cama. Ella empezó a chupármela con maestría mientras yo acariciaba su espalda y alargando un poco los brazos llegaba a su culo. Cambiamos de posición y ahora voy yo a chupar su sexo. Ella gemía suave y lubricó un poco. Yo seguía erecto, así que me puse una goma y en la posición misionero la pentré. Poco tiempo y ella se puso encima a cabalgar, y finalmente a 4 patas. Esta era la posición que más la satisfaciía. Venga, córrete, le dije, yempezó a gemir más y más ohhh ohhhhh y ambos llegamos al orgasmo ohhhhhh ohhhhhh. Descansamos unos minutos. ¿Te gusta el sexo anal? pregunté. No, cariño. ¿y que eyaculen en tu boca? Bueno, sí. ¿Quieres que te la mame hasta el final? Sí. Me la iba mamando mientras con una mano masajeba mis testículos. Al poco rato me corrí en su boquita a mismo tiempo que sonaba la música celestial del ronroneo que se intensifica cuando llega el orgamo. . Ella con la boca llena, me hace señales de que se va al wc para escupir la leche. Vuelve: cuánta leche tenías, cari. Sonrío. Le digo: el anal no, pero beso negro ¿supongo que sí, no? Sí mi amor. Cómemelo todo. Pues ponte a 4 patas. Y empiezo a comerle el culito mientras me agarro de sus caderas. Síiii, ohhhhh. Empecé a alternar su culito con su vagina, iba chupando ambos, y ella que ya no podía más, me centro sólo en la vagina chupando bien fuerte y ella empieza a tener espasmos y a correrse ohhhhhh ohhhhhhhhhh mojándo mis carnosos morritos y mi lengua. Nos besamos enérgicamente y nos fumamos un cigarrito. Me fui. Y eso fue todo durante ese maravilloso día. Saludos


¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

 

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

2 respuestas

  1. nindery

    Estoу cоmplеtаmente desnudо. ¿Quiere vеr unа imagеn? – http://analsex4.fun

  2. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Un dia en la playa nudista

anonimo

20/08/2012

Un dia en la playa nudista

La apuesta

anonimo

24/06/2020

La apuesta

Vigilando a mi vecina

anonimo

10/07/2017

Vigilando a mi vecina
Scroll al inicio