diciembre 25, 2018

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Soy trans soy Valeria y esta es mi historia parte 3

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Pasando poco tiempo después de lo ocurrido en mi casa con Brayan, yo siendo aún una niña trate de olvidarlo y lo logre pues a esa edad se me hacía fácil sobrellevar las cosas, continúe con mis estudios en el colegio, deberes en casa y mi vida tranquila cotidiana.

Mi madre trabajaba mucho, dejo de pasar por mí a la escuela al ver que no había mas peligro de que alguien supiera mi secreto, inclusive la notaba más contenta puesto que sospechaba que estaba saliendo con alguien, a la vez me alegraba que conociera a más personas ya que la muerte de mi padre la dejo sin ilusión y totalmente aislada de los hombres, no le tome mucha importancia con quien salía.

Mi vida se tornó monótona, me despertaba de madrugada, me vestía, me arreglaba el cabello, desayunaba y salía corriendo de mi casa, mi cuerpo día con día cambiaba, pues yo misma podía darme cuenta de la figura linda que irradiaba, un rostro muy lindo y esbelto, mirada coqueta de ojos grandes y la pubertad junto a mi tratamiento comenzaba a surtir mucho efecto, pues mis pechos crecían, mis caderas se ensanchaban, mi piel tersa y tés blanca me hacían lucir espectacular, cambie mi forma de vestir a un poco más coqueta, subí la bastilla de mi falda, solo unos dedos arriba de las rodillas, me encantaba lucir lo más posible mi cuerpo, me gustaba que la gente de la edad que fuera me mirara y me deseara, subía mi autoestima y aumentaba mi ego.

Los días siguientes Alejandro, mi gran primer amor, comenzó a tomar confianza, siempre me interceptaba en el receso, yo aprovechaba siempre para comer en el mismo sitio, a la misma hora y dio resultado, pues siempre aunque fuera un par de minutos se acercaba a hablarme. Sentía que me derretía cuando él se me acercaba, me perdía en sus labios al escucharlo hablar, sus ojos me hipnotizaban a tal grado que a veces dejaba de escucharlo y me hundía en su maravilloso ser, actuaba como una completa tonta a su lado y él lo notaba pues se burlaba de mí al verme balbucear.

A la salida del colegio me esperaba, y yo encantada, me invitaba a las maquinitas, a verlo hacer deportes en las canchas de la escuela, yo encantada lo seguía, solo su presencia me hacía sentir mariposas en mi estómago, algo indescriptible.

Un viernes común en una de nuestras salidas, me pregunto qué haría el fin, a lo que respondí que nada rápidamente pues yo quería vero cada día, cada hora, cada minuto y segundo de mi vida, por dentro gritaba que me invitara a salir, ya más formal, sin que estuvieran sus amigos o los deberes de la escuela en medio, y así fue, pues me invito al cine, trate de contenerme y hacerme un poco la difícil, diciendo que tenía cosas que hacer y estaba ocupada, bien sabía que no haría nada más que estar en casa haciendo ejercicio, comiendo y durmiendo. Llegando a casa por whatsapp accedí y acepte plenamente.

Nos citamos en una plaza con un cine cercano, ese día fue maravilloso, me desperté toda contenta, tome un delicioso baño, me puse crema, alacié mi cabello, me vestí de lo más linda para él, una falda de volantes bien esponjadita crema, una blusa de tirantes color vino muy fresca , unas sandalias de plataforma  crema tipo flip flop, me arregle como nunca, quería veme perfecta para Alejandro, sonreí un par de veces y pose en el espejo un par de veces, para después salir hacia la plaza.

Al parecer había llegado temprano, lo espere cerca de unas escaleras eléctricas, había mucha gente me sentí algo incomoda estando yo sola, se me querían acercar y hacerme platica pero los bateaba rápido, me perdía en mi celular, sentía sus miradas y hasta un tipo de lejos me tomo fotos, no tenía datos así que solo me hacía pato en el cel, así pasaron minutos largos, hasta que apareció m Alejandro al verlo caminar hacia mí, no pude contenerme camine rápidamente hacia él y sin que lo esperara lo abrace tan fuerte, me colgaba en su cuello y me apretaba contra el yo sola, creo que él no esperaba tan cariñoso recibimiento de mi parte y no espero mucho para que me correspondiera, sus comenzaron a rodearme, me encantaba la sensación de sentir su calor y sus manos recorrer mi espalda. No lo quería soltar, quería quedarme siempre así.

Ese día, caminamos por todas las tiendas de todo tipo, siempre que se descuidaba, rosaba mi mano con la de él, las yemas de mis dedos acariciaban sus cálidas manos, aprovechaba cada oportunidad para tomarle la mano, tocarlo o empujarlo, quería que pasara un buen momento conmigo, él era algo infantil de pronto, sentía que se apenaba cuando me acercaba mucho a él, sabía que le gustaban los videojuegos y los deportes, así que fomente ir a tiendas de ese tipo y hacer muchas preguntas tontas sobre cual le gustaba más y por qué le gustaban, aunque no entendía nada hacía cara de interesada en la conversación.

Compramos entradas para el cine y en lo que esperábamos la función comimos una nieve en barquillo, notaba como me miraba mientras con mis labios rodeaba mi nieve y tomaba una fina capa para no arruinar mi lápiz labial, notaba su mirada puesta en la zona de mi boca, aprovechaba el momento para parecer más atractiva, en ese momento sin pensar solo tome su mano acerque su nieve a mis labios y le di una lamida con la punta de mi lengua, él se quedó quieto, le sonreí y le pedí perdón por hacerlo sin preguntar, pues por un momento pensé que le daría asco mi saliva o algo así, le ofrecí de la mía que ya quedaba poca y el acepto dándole un gran chupetón devorándola por completo, sentí alivio al verlo aceptar pues de alguna manera nuestra saliva estaba siendo compartida.

Ya en la sala de cine, por un momento me comporte como una señorita, esperando el me abrazara o hiciera el intento para que yo me recargara en su hombro, lo cual jamás sucedió, así que tome iniciativa, subí decidida la posadera de brazos, y me acerque acurrucándome en sus costillas, subiendo mis piernas, le dije que tenía frio, lo cual lo obligo a rodearme con su brazo, ni veía la película por estar en mi viaje astral de amor. Cuando a media película así abrazados yo hecha bolita tratando de juntarme lo más posible a él escuche un balbuceo.

Valeria – que? Dijiste algo? Lo mire a media luz.

Alejandro – quieres ser mi novia? Lo dijo con tanto trabajo y con tanto esfuerzo.

Ese momento me dio risa no podía contenerme tal vez de los nervios, me reí tanto que lo hice sentir mal, lo note cuando me quito su brazo, yo me incorpore un poco con las piernas flexionadas en el asiento, tome tiernamente su mano, y moví mi cabeza en señal de sí. Mantuve la tranquilidad lo más posible en ese momento, por fin, por fin el chico que me gustaba me lo había pedido! Y cerrando mis ojos con mis labios de piquito me acerque un poco a él, me quede un segundo así y abrí un ojo solo para ver que hacia! Jale su mano hacia mí y por fin entendió! Ese fue el primer beso con tanto amor que di en mi vida, sentí sus labios contra los míos, comencé a moverme como en las películas, abría mis labios para tomar su labio inferior, sentía la cálida humedad de su boca en la mía, su aliento y respiración, fue tan mágico, inolvidable.

A partir de ese momento, nos besábamos cada momento, no pasaba un minuto cuando ya estábamos devorándonos, creo que con toda la práctica de ese día aprendí a besar a la perfección, termine con mis labios rojos e inflamados de tanto beso desenfrenado, debo decir que me encanto, tenía novio, lo amaba y sus labios eran míos para cuando yo quisiera besarlos!

Pasando un mes de novios, las hormonas estaban vueltas locas, sentía la necesidad de adorarlo y aumentaban cada día, fue un lunes saliendo del colegio que me invito a su casa a su casa yo acepte enseguida, caminamos unas cuadras tomados de la mano hasta llegar a su hogar, era una casa pequeña de un piso algo desordenada, pues el solo vivía con su padre y su hermano mayor, pero estos trabajaban, me hizo un lugar en el sofá, pues esa casa le hacía falta el toque femenino, un poco de orden y limpieza, yo tome asiento algo apenada, el rápidamente encendió la tv y se puso a jugar videojuegos, espere un momento para ver si hacíamos otra cosa pero nada, el solo quería que viera su destreza, un par de veces intente hacerle platica pero solo me contestaba rápido y preciso, como ahí, si, no…

Me enfade me puse de pie, vi alrededor y me senté en sus piernas pero aun así no dejaba de jugar, no entendía por qué no me hacía caso, yo estaba con mi cuerpo hirviendo, así que comencé a besar su cuello, lamí su oído, lo abrazaba me movía delicadamente enzima suyo, dando resultado al instante, sentí como algo en su entrepierna crecía, lo podía sentir plenamente, seguí besándolo y dando pequeñas lamidas, hasta que soltó el control y se dejó llevar, nos besamos tan apasionadamente, nuestras lenguas se buscaban, instintivamente se me escapaban pequeños gemidos estaba toda roja sentía un calor que me consumía, un pudor penetrante, el aun sentado yo me puse de pie entre sus piernas, el al ser alto quedaba justo a la medida, continuamos con besos apasionados, hasta que sentí sus manos en mi espalda baja, si un pequeño saltito para que sus manos quedaran en mis glúteos, ya animado el momento, comenzó a hacer movimientos circulares en mi trasero, me apretaba con tanta pasión los glúteos que casi me desmayaba del calor que hacía en la sala, ya el entrando en confianza, recorría mis piernas hasta meterlas debajo de mi falda, debo aclarar que mantenía mis piernas completamente cerradas, mi secreto estaba ahí y no quería que se diera cuenta, fuera de eso dejaba que me explorara, hasta que intento meter su mano en mi entre pierna, lo cual me hizo caer de rodillas, él se sacó de onda al sentir mi acción, se quedó sentado y yo arrodillada frente a él y lo único que se me ocurrió en ese instante para romper la tensión, puse mi mano en su paquete por encima de su pantalón, comencé a hacer movimientos circulares, frotándolo, use mis dos manos para estimularlo aún más, sentía la dureza de una roca, él se sostuvo con sus manos en el sofá, se relajó de nuevo y dejo que hiciera lo que quisiera, sabía lo que tenía que hacer, pues tanta película, video en YouTube, me decidí, era el momento, ahora o nunca, desabroche su pantalón, baje su cierre, el copero sin decir nada, solo se dejó llevar, ese momento me sentí pervertida, deseosa, tenía una trusa blanca nada sexy para ser honesta, pero bueno eso no me detuvo, tome su trusa de los lados y la baje lentamente hasta que su pene reboto hacia afuera, casi me golpea la cara, era grande y no tenía circuncisión, estaba cubierto de una capucha, yo con mi corazón latiendo a mil por hora, sentía que se me iba a salir por la garganta, acerque mi cara y lo jale, al destaparse la cabeza, sentí un olor feo, un pene sucio, como que se masturbaba mucho y no se aseaba bien, pero no podía detenerme ahora, cerré mis ojos, aguante la respiración, saque mi lengua y con la punta comencé a lamerlo, hasta que el olor desapareció, lo metí a mi boca y comencé a chuparlo, no podía creer que estaba haciendo sexo oral a tan temprana edad! A veces con la mirada lo veía y el recargado por completo en el sillón disfrutando cada lamida y mi cálida boca rodeando su pene. Ese día comencé a lamerlo, le daba pequeños besos, lo metía lo más que me cupiera, mi saliva se deslizaba hasta sus testículos, hasta que de pronto su respiración cambio, su pene comenzó a palpitar con fuerza, venia la eyaculación lo sabía, y no fue erróneo, pues al poco tiempo comenzó a eyacular en mi boca, yo succione cada gota para dejarlo seco y complacido.

Me senté en mis piernas, con mi boca llena de semen, él se reincorporo y me dijo tíralo, hasta me puso sus manos para que escupiera, pero no quería demostrarle a mi novio cuanto lo amaba y comencé a tragar su semen salado poco a poco mesclado con saliva, se escuchaba como tragaba, además pensé si ya tenía practica comiéndome mi propio semen que no me pasara el semen de la persona que más amaba en este mundo.

Terminando de tomarme cada gota, sonreí con mis ojos y mis labios, una sonrisa de ternura inocente, cuando escuchamos el sonido de llaves fuera de la casa, él se paró como si tuviera resortes y se metió al baño, me dejo sola, limpie mis labios con mi falda, la acomode y me senté como toda una señorita en el sillón, derechita derechita.

Entro el padre de Alejandro y al verme se quedó sorprendido.

Papa – quién eres?

Valeria – hola señor, Valeria. Le dije apenada pues sentía como si pudiera olerme, como si tuviera un letrero en la frente de lo que acaba de suceder.

El señor pregunto por su hijo, a lo cual apunte al baño, Alejandro grito desde el baño que todo estaba bien que en un momento salía, el señor pudo notar algo, como si oliera sexo, me miro detenidamente procurando hacerme plática, me veía algo exaltada y roja, el pudor de mi cuerpo me estaba delatando.

Papa – que linda eres Valeria, ya es tarde, seguro Alejandro te acompañara a casa cierto?

Yo solo asentí y sonreí apenada mirando hacia otra dirección, cuando el señor me miro un momento, estaba segura que él lo sabía, como si pudiera leer mi mente, en eso salió Alejandro saludo a su padre y rápidamente salimos de la casa.

Ya sintiendo el airecito fresco en mis mejillas, me alivio, me estaba oreando, Alejandro me acompaño a casa, aun no se escondía el sol así que lo invite a pasar y tomar un refresco, quería que conociera a mi madre.

Continuara…

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3 respuestas

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