
Por
Anónimo
Perdí mi virginidad con el papá de mi novia y me hizo su mujer
Todo empezó cuando estudiaba la licenciatura en Derecho, que fue donde conocí a Abigail, una joven muy bonita, educada y estudiosa, con quien empecé a salir, y como hubo química entre los dos, al poco tiempo nos hicimos novios, y así pasaron como 2 años, y como nos entendíamos muy bien decidimos formalizar nuestra relación, para que nuestras familias nos conocieran como pareja.
Así fue que empecé a ir a su casa y me presento a su mamá y a sus hermanos (un joven y una niña); sin embargo, no podía conocer a su papá porque casi nunca estaba en su casa, porque tenía mucho trabajo. Y por su parte, ella conoció a mi tía, que ves con quien vivía.
Fue un viernes por la noche que tuve la oportunidad de conocer a su papá, dado que me quería conocer y me invitaron a cenar, la cita era a las 9 de la noche, solo que yo llegue 15 minutos antes. Y al tocar el timbre, su papá me abrió la puerta, me invitó a pasar y platico un ratito conmigo. Luego ya entró su familia, cenamos y fue una velada agradable, solo me incomodó un poco que don Fernando (así se llama el papá de mi novia) que me mirara fijamente. Antes de despedirme, don Fernando me invitó a ir a su trabajo al día siguiente. A lo que acepté.
Acudí a mi cita con el papá de mi novia y me invitó a trabajar con él. A lo que acepté de inmediato, dado que yo ya buscaba trabajo para poder casarme.
Don Fernando me dejo a cargo de una de sus colaboradoras de nombre Lucila, una especie de secretaria particular, para que me enseñara. Esta mujer con su trato se ganó mi confianza y me hablaba mucho de don Fer.. Me enteré que tenía un departamento de soltero y vi que frecuentemente llevaba a mujeres muy bonitas y bien formadas. Entendí que por eso casi no estaba en su casa; sin embargo, lejos de pensar mal del señor lo trataba de entender.
Durante ese tiempo empecé a pensar más en don Fernando y en las mujeres que lo acompañaban que en mi propia novia. A quien si veía en la escuela pero nunca le dije nada.
Por ese periodo fue que me acerque más a Lucila, porque además de trabajar juntos, salíamos, comíamos, tomábamos cafés, etc., e íbamos a su casa, y precisamente, estando en ese lugar y habiendo tomado unos tragos, le tuve la confianza de decirle que pensaba más en el señor que en su hija, obteniendo el siguiente comentario de mi amiga “es que te gusta don Fer., pues en realidad eres mujer, tus facciones son muy finas, tú piel es muy tersa, tu carita, piernas y nalgas son femeninas, pareces mujer, así que seguramente tú corazón y mente también”. A lo que le respondí que no creía, añadiendo ella “te lo demostraré, solo déjate guiar”. Y en seguida saco un vestido rojo, corto, peluca larga, lacia, castaño claro, zapatillas, medias transparentes, me los puso, me maquillo y me puso frente al espejo diciéndome “dime que vez”. Y yo le respondí “no puede ser, parezco una mujer” y me dijo “vamos, te mostrare que la gente así te verá”. Salimos de su casa y fuimos a una cafetería. Yo vi cómo se me quedaban viendo, sobretodo los hombres. En eso recibió una llamada de don Fer., y me dijo “vamos acompáñame” yo que estaba sacada de onda no pregunté nada pero la seguí. Y al ver que íbamos a la oficina le dije “pero te espetó en el coche x fa.” y así le hicimos, ella se bajo sola y yo me quede allí. Y como 20 minutos después vi que regresaba acompañada de don Fernando. Yo me puse nerviosa, sobretodo cuando él le dijo “no me vas a presentar a tu amiga” respondiendo ella “pero usted ya la conoce es Camila” y él dijo, “no recuerdo pero mucho gusto” así que respondí “el gusto es mío”. Y tuve que bajarme del coche para saludarlo bien. Me miro de pies a cabeza y añadió “que bonita eres dicho con todo respeto, y qué lindas piernas tienes. Te invito a tomar un café o una copa para conocerte o recordar” yo no supe que decir y Lucila dijo “si señor, si gusta en lo que hago lo que me pidió” y él dijo “ok” me tomó del brazo y me dirigió a su coche, me ayudó a subir y le dijo “ya sabes dónde”. Acto seguido manejó rumbo a su departamento, mientras me platicaba de varias cosas y veía insistentemente mis piernas. Yo pensaba que así como lo veía llegar a su depa con mujeres, ahora yo era una más en su lista.
Ya en su depa tomamos unas copas y me dijo, “no tengas nervios, no haras nada que tú no quieras” puso música y nos sentamos en la sala, su plática era muy amena y era muy gracioso, la verdad me la pasé muy bien, y cuando puso su mano en mis piernas, sentí bonito, me excitaba mucho sentir su mano acariciarme. Fue allí que le dije “señor perdóneme, soy hombre, soy Camilo el novio de su hija Abigail”. Y me dijo “lo sé, pero ya no, ya eres Camila mi amiga” y añadió “te quiero ya siempre vestida así para el trabajo y serás mi secretaria particular” y le dije “y Lucila. Estoy nerviosa. No se que decir”. Me dijo “piénsalo. Acto seguido me pidió que le sirviera otra copa y fui a la mesa y sentí como me abrazó por atrás y repego su pené a mis nalgas, diciéndome “me gustas mucho y quiero que seas mi mujer”, me empezó a besar el cuello y me acarició las nalgas. Yo no se si por la bebida o porque de verdad me estaba enamorando de él como decía Lucila o no se porque, le correspondí, lo abrace y lo besé en los labios, me senté en sus piernas. Luego de un rato, me llevo a su recámara y allí me sentó en la cama y se quitó el pantalón y me dijo “mama la verga que te hará feliz” y lo hice, luego me acosto boca abajo y me subió el vestido lamiéndome las nalgas y metiendo su lengua en mi ano. Luego sentí como me metía su enorme pene y empujaba una y otra y otra vez. Y yo al sentirlo no pude contenerme y empecé a gemir y a gritar fuerte, así “aaaahhhh aaahhhh aaaaiiiii aaaaiiii …” y él me decía “te gusta putita te gusta” y yo le respondí “si siiii asssiiii cccojjjrmeeee amorrr” terminó dentro de mi, hechandome toda su lechita y agarró mis valgas y las movió una contra la otra diciéndome “para que queden mis micos en toda tu cola”, cuando terminamos, yo estaba sin fuerzas y mi mente perdida. Me ayudó a levantarme y me sentó en sus piernas y me dijo “ya eres mía Camila. Mira tu sangre, eras virgen. Pero ahora eres mi puta. Mañana vamos a ver a un médico amigo mío para que te de hormonas y te convierta en mujer, que te ponga bubis grandes y te quite tus cositas de varón. Ya no volverás a tu escuela ni buscarás a mi hija porque ya eres mía y ya tampoco irás a vivir donde siempre. Por lo pronto vivirás con Lucila y ya cuando seas mujer físicamente ya veremos dónde te rento”. Acto seguido me besó los labios y me volvió a coger con tanta dureza.
Al cabo de un rato llego Lucila y don Fer le dijo “mañana la llevas con el doctor Carlos él ya sabe y desde hoy vivirá contigo. Solo debe vestir ya así, mostrando sus piernas”. Y Lucila dijo que si. Cuando nos retiramos, ella me dijo “te dije amiga que eras mujer. Ya te cojio verdad” y le respondí que si.
Así el papá de mi novia se comió mi virginidad y me convenció de ser su mujer. Me convertí en su amante y su juguete, pero eso será mi siguiente relato.
Una respuesta
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