EL RETORNO DEL ENANO                 POR MAKMAPER

La sodomía experimentada con el enano afectó el resto de su vida; al evocar los momentos en que dominaba la situación y  de pronto quedaba sometido a la voluntad del enano le causaba unas ansias que no podía mitigar. Tuvo que reconocer su tendencia al homosexualismo; empezó a tomar hormonas lo que causó cambios físicos en su cuerpo; perdió el vello facial; sus nalgas y sus pechos comenzaron a crecer y su voz se tornó más fina.

Los recuerdos de aquella noche le causaba sensaciones increíbles;  su esfínter se contraía al evocar la brutal penetración de aquel miembro poderoso en su ano virginal; la textura del grueso miembro surcado de protuberantes venas, el acampanado glande que empujaba el aire dentro de su intestino haciéndole respirar por la boca;  la llenura plena que sintió al tener toda la verga del enano dentro de su canal rectal y luego la corrida en sus entrañas dejándole el intestino rebosante de esperma.

Se masturbaba varias veces en la noche tratando de mitigar la sensación de vacío que había dejado aquel suceso en su vida, recorría los bares, las calles, con la finalidad de encontrarlo, pero su búsqueda resultaba infructuosa. Una noche se puso a recordar y una luz se hizo en su memoria; recordó el contacto de las manos del enano en su piel al voltear su cuerpo para poseerlo; eran ásperas y fuertes al igual que sus piernas; entonces dedujo que era un trabajador de construcción.

Metódica y pacientemente se dedicó a recorrer los proyectos de edificaciones y al tercer intento obtuvo el resultado esperado; lo vio a lo lejos reconociéndolo de inmediato, su baja estatura, sus musculosos brazos, su cuerpo que irradiaba fuerza y vigor; sintió un cosquilleo en la entrada del culo y un escalofrío recorrió su columna vertebral.

Esperó  con ansiedad que terminara la jornada laboral. Los trabajadores salieron dirigiéndose a diferentes direcciones; nerviosamente siguió al enano que con otros trabajadores caminaban por una calle, poco a poco se fueron separando hasta que el enano quedo sólo; se detuvo frente a un bar y entró. Él lo siguió, su cuerpo temblaba al no saber cómo iba a reaccionar.

Las luces estaban tenues así que al principio el enano no lo reconoció; se sentó junto a él que continuaba distante, concentrado en la bebida que había pedido; – hola papi, le susurro tímidamente  con voz queda, el enano lo miró sorprendido al reconocer la voz, luego una sonrisa de agrado ilumino su rostro.

Me extrañaste papi ?…te alegra verme ?……..el enano asintió con la cabeza….

Tomaron varios tragos sin mediar palabras solo se miraban, luego salieron dirigiéndose apresuradamente calle abajo, lo seguía sin preguntar hacia donde se dirigían; llegaron a un edificio descendiendo un sótano donde vivía el enano, no bien habían entrado, empezaron a desnudarse apresuradamente.

El enano se tendió de espaldas sobre la cama con la verga templada al máximo; él se abalanzó engullendo la acampanada cabeza, chupándola con ansias desenfrenadas   mientras masajeaba con vehemencia el venoso tronco y los gordos testículos;  el enano hizo que cambiara de posición abriéndole  los glúteos con las manos para introducirle  la lengua en el culo.

El placer que le proporcionaba la felación estaba  llevando al enano a niveles insoportables; no resistió aquella caricia torturante; se irguió rápidamente  y colocándose tras las redondas nalgas empezó a dispararle chorros de esperma en el  orificio del recto que mantenía abierto con sus gruesos dedos. No había terminado de eyacular cuando impulsó con violencia sus caderas incrustándole toda la verga en el palpitante culo.

El cremoso semen facilitó la penetración; la acampanada cabeza avanzó apartando los pliegues del lubricado túnel hasta que los gordos testículos no pudieron rebasar el apretado esfínter; de su boca salió un grito de placer al sentir la violenta invasión, la anhelada tortura había llegado por fin.

El sonido de los jadeos se mezclaban con los sonidos de los cuerpos al chocar y el crujir del lecho, era como una sinfonía lujuriosa, acompasada y desquiciante; los cuerpos empezaron a sudar, la lubricación se tornaba más intensa a medida que los embates se volvían más violentos, era  la culminación del deseo anhelado.

El enano estaba parado con las piernas flexionadas dándole verga al redondo culo mientras el sometido con los ojos cerrados resistía estoicamente los vehementes embates, su boca entreabierta emitía quejidos de placer mientras el enano resollaba disfrutando aquel cuerpo caliente; el miembro entraba y salía rítmicamente de aquel ardiente orificio como si hubiese sido hecho a su medida.

El final del deseo llego a alcanzar su máximo nivel manifestándose en gemidos y bufidos, temblores, estertores, convulsiones y fluidos corporales; caliente esperma inundando entrañas y finalmente suspiros y sollozos.

Se tumbaron juntos, acoplados aún, los últimos estertores de la tremenda verga expeliendo leche; las contracciones del tembloroso túnel que la recibía; permanecieron así mientras sus cuerpos se iban relajando.

El enano le explicó que  después de ese día el buscó su paradero, pero como el encuentro fue en un hotel nadie sabía dónde vivía pero él siguió buscando pues esa fue la primera vez que había tenido sexo de ese tipo y nadie la había brindado tanta satisfacción. Ciertamente tuvo sexo con algunas mujeres pero estas le temían por el tamaño y grosor de su verga.

Mientras conversaban el enano se tendió sobre el lecho, la verga nuevamente templada; él monto sobre su cuerpo dirigiendo el miembro hacia su ano, se dejó caer mientras la verga penetraba suavemente y sin ningún obstáculo hasta los huevos.

El orificio anal estaba completamente dilatado, adaptado al grosor del tremendo miembro; sentía cierta molestia por el tamaño pero la lujuria hacía tolerante cualquiera incomodidad; continuó cabalgando al enano hasta hacerlo venir; la lubricación estaba al máximo siguieron culeando mientras se comían a besos.

El enano tomó su cuerpo poniéndolo nuevamente en la pose del pollo, aprisionado sus piernas contra su pecho ensartándole el culo hasta las pelotas, haciendo que gimiera como una mujer; la leche acumulada dentro de su inundado túnel manaba a cada embate haciendo que la penetración fuera más placentera;  así comenzó nuevamente la culeadera, fueron horas y horas de sexo, de sodomía hasta que dar colmados y satisfechos.

Finalmente la relación continuó para siempre; actualmente viven como pareja puesto que la pareja del enano fue catalogada como transexual y se sometió posteriormente a una operación de reasignación sexual