EL RETORNO DEL ENANO                 POR MAKMAPER

La sodomía experimentada con el enano afectó el resto de su vida; el evocar los momentos en que presa de un arrebato se apoderó lascivamente del miembro del enano, arriesgándose a una reacción violenta por aquella acción sin su consentimiento,  en aquel momento, dominó la situación pero de pronto quedó sometido a la voluntad del enano que poseyó su cuerpo como si fuese una mujer; este recuerdo le causaba una ansiedad lujuriosa que no podía mitigar.

Tuvo que reconocer sus deseos incontenibles de sentirse penetrado nuevamente por un miembro con esas características y dimensiones; quedo obsesionado con la verga del enano; compro un miembro de hule para tratar de calmar las ansias que se apoderaban de su cuerpo; empezó a tomar hormonas lo que causó cambios físicos en su cuerpo; perdió el vello facial; sus nalgas y sus pechos comenzaron a crecer y su voz se tornó más fina.

Los vívidos recuerdos de aquella noche le causaba sensaciones increíbles;  su esfínter se contraía al evocar la brutal penetración de aquel miembro poderoso en su ano virginal; la textura del grueso miembro surcado de protuberantes venas, el acampanado glande que empujaba el aire dentro de su intestino obligándolo a respirar por la boca;  la llenura plena que sintió al tener aquella enorme  verga dentro de su canal rectal y luego copiosa la corrida en sus entrañas dejándole el intestino rebosante de esperma cálida y espesa.

Se masturbaba varias veces en la noche mientras se introducía el miembro de hule en el culo tratando de mitigar la sensación de vacío que había dejado aquel suceso en su vida, recorría los bares, las calles, con la finalidad de encontrarlo, pero su búsqueda resultaba infructuosa.

Una noche se puso a recordar paso a paso como había perdido su virginidad con el enano; sus manos ásperas lo tomaron por la cintura volteándolo como un muñeco, dejándolo indefenso con el culo a su merced; recordó como el glande rebasó su esfínter apartando todos los pliegues de su virgen abertura para avanzar inmisericordemente hasta la base de sus testículos.

Recordó las rudas manos aprisionando su cintura atrayéndolo una y otra vez penetrándolo sin parar; una luz se hizo en su memoria al recordar el áspero contacto de aquellas manos en su piel al igual que sus musculosas piernas; entonces dedujo que era un trabajador de alguna factoría o construcción.

Metódica y pacientemente se dedicó a recorrer los proyectos de edificaciones y al tercer intento obtuvo el resultado esperado; lo vio a lo lejos reconociéndolo de inmediato, su baja estatura, sus musculosos brazos, su cuerpo que irradiaba fuerza y vigor; un escalofrío recorrió su columna vertebral mientras percibía un cosquilleo espasmódico en la entrada del culo.

Esperó  con ansiedad que terminara la jornada laboral. Los trabajadores salieron dirigiéndose en diferentes direcciones; prudentemente siguió al enano que en compañía de otros trabajadores caminaban por una calle, poco a poco se fueron separando hasta que el enano quedo sólo; se detuvo frente a un bar y entró. Él lo siguió, se sentía temeroso al no saber cómo iba a reaccionar.

Las luces estaban tenues así que al principio el enano no lo reconoció; se sentó junto a él que continuaba distante, concentrado en la bebida que había pedido; – hola papi, le susurro tímidamente  con voz queda, el enano lo miró sorprendido al reconocer la voz, luego una sonrisa de agrado ilumino su rostro.

Me extrañaste papi ?…te alegra verme ?……..el enano asintió con la cabeza….

Tomaron varios tragos sin mediar palabras solo se miraban, luego salieron dirigiéndose apresuradamente calle abajo, lo seguía sin preguntar hacia donde se dirigían; llegaron a un edificio descendiendo un sótano donde vivía el enano, no bien habían entrado, empezaron a desnudarse apresuradamente.

El enano se tendió de espaldas sobre el lecho con la verga templada al máximo; él se abalanzó engullendo con ansias la acampanada cabeza, chupándola con deseo desenfrenado  mientras masajeaba con vehemencia el venoso tronco y los gordos testículos;  el enano hizo que cambiara de posición para que le mostrara el culo; le entreabrió  los glúteos con las manos para introducirle  la lengua en el palpitante orificio.

El placer que le proporcionaba la felación estaba  llevando al enano a niveles inaguantables; no resistió aquella caricia torturante; sintió la erupción de semen que escapaba de su miembro; se irguió rápidamente  y colocándose tras las redondas nalgas empezó a disparar chorros de esperma en el  orificio del recto que mantenía abierto con sus gruesos dedos.

No había terminado de eyacular completamente cuando colocó el glande en el entreabierto esfínter e  impulsando con  violencia sus caderas le incrustó  toda la verga en el palpitante orificio.

El cremoso semen facilitó la penetración; la acampanada cabeza avanzó apartando los pliegues del lubricado túnel hasta que los gordos testículos no pudieron rebasar el apretado esfínter; de su boca salió un grito de placer al sentir la violenta invasión, por fin la anhelada tortura había llegado.

Los jadeos y gemidos se mezclaban con los sonidos de los cuerpos al chocar y el crujir del lecho, era como una sinfonía lujuriosa, acompasada y desquiciante; los cuerpos empezaron a sudar, la lubricación se tornaba más intensa a medida que los embates se volvían más violentos, era  la culminación del deseo reprimido.

El enano estaba parado tras los brillantes glúteos con las piernas flexionadas dándole verga al redondo culo mientras el sometido con los ojos cerrados resistía estoicamente los vehementes embates, su boca entreabierta emitía quejidos de placer mientras el enano resollaba disfrutando aquel cuerpo caliente; el miembro entraba y salía rítmicamente de aquel ardiente orificio como si hubiese sido hecho a su medida.

El esfínter disfrutaba las entradas y salidas de aquel musculoso miembro;  paladeando los relieves de la musculosa verga con sus protuberantes venas; esa entrada era una boca que saboreaba con deleite cada centímetro de aquel pedazo de carne.  

El final del deseo llego a alcanzar su máximo nivel manifestándose en gemidos y bufidos, temblores, estertores, convulsiones y fluidos corporales; caliente esperma inundando entrañas y finalmente suspiros y sollozos.

Se tumbaron juntos, acoplados aún, los últimos estertores de la tremenda verga que continuaba expeliendo leche incesantemente; las contracciones del tembloroso túnel que la recibía; permanecieron así mientras sus cuerpos se iban relajando.

El enano le explicó que  después de ese día el buscó su paradero, pero como el encuentro fue en un hotel nadie sabía dónde vivía pero él siguió buscando pues esa fue la primera vez que había tenido sexo de ese tipo y nadie la había brindado tanta satisfacción. Ciertamente tuvo sexo con algunas mujeres pero estas le temían por el tamaño y grosor de su verga.

Mientras conversaban el enano se tendió sobre el lecho mientras le mamaban la verga y los testículos; nuevamente se le templó; él monto sobre su cuerpo dirigiendo el miembro hacia su ano, se dejó caer mientras la verga penetraba suavemente y sin ningún obstáculo hasta los huevos.

El orificio anal estaba completamente dilatado, adaptado al grosor del tremendo miembro; sentía cierta molestia por el tamaño pero la lujuria hacía tolerante cualquiera incomodidad; continuó cabalgando al enano hasta hacerlo venir; la lubricación estaba al máximo siguieron culeando mientras se comían a besos.

El enano tomó su cuerpo poniéndolo nuevamente en la pose del pollo, aprisionado sus piernas contra su pecho ensartándole el culo hasta las pelotas, haciendo que gimiera como una mujer; la leche acumulada dentro de su inundado túnel manaba a cada embate haciendo que la penetración fuera más placentera; los gordos testículos rebotaban en las empapadas nalgas salpicando semen, mojando sábanas;  así continuó la culeadera, fueron horas y horas de sexo, de sodomía hasta que dar colmados y satisfechos.

Finalmente la relación continuó para siempre; actualmente viven como pareja puesto que la pareja del enano fue catalogada como transexual y se sometió posteriormente a una operación de reasignación sexual