El exotismo de la India atrae al occidental y entre las flores , el dedo pintado en la frente que te inspira como si tu esposa fuera de aquel país , todo

ello contribuyó a una noche de rompe y rasga.

Ella estaba en la mejor edad 35 años muy bien llevados y una mente abierta para el sexo.

Al fin y al cabo la encontré un poco usada y ella me enseñó todo . También leo y miro .

El alcohol estaba sin hielo porque allí no se puede beber agua .

Su vestido vaporoso tras la cena y sus encantos a la vista y a mano hicieron el resto.

Poco a poco nos pusimos muy cachondos y llegó la hora de quitar lo que sobraba.

Ella llevaba unos pantys y no se me ocurrió otra cosa mejor que en el centro donde las costuras unen ambas piernas había

que desflorar las costuras .

Y tenía una tijerita que con mimo y modo de forma pausada rompí .

Y ya estaba todo a mano porque no había llevado bragas a la cena . Se lo pedí yo y aceptó.

Conforme rompía los pantys ella se despojaba de la parte de arriba y pronto alcanzamos un acuerdo sexual que duró un muy buen rato.

Y con media luz en la estancia enorme , el ambiente propicio y las ganas que no faltaban , echamos un polvo por todo lo alto.

El mejor recuerdo de la India.