Después del fracaso de las fotos que me tomé con mi hermano y que Mariel me descubriera y chantajeara, tenía que tomar las cosas mas enserio, así que decidí mamársela a mi hermano y que pasara lo que tenia que pasar.

Ese día mi hermano llegó muy tarde, no pude hablar con él, pero el sábado temprano le dije que las fotos no sirvieron, él se negó rotundamente a otra sesión fotográfica, así que tuve que negociar. “Tú me has dicho que te gusta Mariel… si hacemos la sesión hoy, convenzo a Mariel para que se acueste contigo mañana mismo”, incrédulo, pero ilusionado, aceptó el trato, así que fuimos a la bodega, al entrar me senté en el sofá y me ordenó que me desnudara, “Para que se me ponga dura” justificó, me desnudé quedando solo con mi tanga blanca de encaje transparente, se acercó a mí bajándose el cierre de su pantalón y se sacó su enorme verga y sus huevos, una leve y tierna mordidita en la punta, la primer foto, un mordisco más atrevido en la base por un lado y la segunda foto, “Ya mámamela” dijo levemente, la puse frente a mí y me la fui comiendo despacio, cuando iba a la mitad la otra foto, él comenzó suavemente el movimiento de mete y saca en mi boca, yo me emocioné, se la chupé hasta llegar a la base, él se quitó su playera, seguí manándosela, mi boca se deslizaba otra vez hasta la punta y volvía a entrar hasta la base, se quitó el pantalón, lo ayudé, sin soltar su verga, otra foto, le acariciaba y lamía sus huevos con pasión, puso el móvil en una mesa y me sentó en el sofá quitándome mi tanga, me abrió las piernas y comenzó a darme lengua en mi pussy, yo gemía y me arqueaba excitada, sus manos acariciaban mis piernas y mis senos, era delicioso como me mamaba mi pussy, cuando se levantó, su cara brillaba con mis jugos, con mis piernas abiertas en “V” apuntó su verga a mi pussy y la metió lentamente, como si fuera mi primera vez, quitándome el aliento poco a poco, sintiendo como entraba milímetro a milímetro, hasta el fondo, comenzó a bombearme, en cada empellón me arrancaba un gemido, me dio un buen rato, después delicadamente me colocó de lado, doblé mis piernas al pecho y las sujeté con mis manos, el volvió a penetrar mi pussy con un ritmo más rápido, levantó una de mis piernas colocándosela al hombro y mi otra pierna la puso en medio de las suyas, acariciaba mis nalgas y mis senos; me pidió que me pusiera en cuatro, con mis manos sobre el respaldo del sofá y mis rodillas al borde del asiento, me sujetó de las caderas y me volvió a penetrar, sudábamos a mares, gemíamos a gritos, la excitación era al máximo, comenzó a gruñir, signo de que estaba a punto de terminar, rápido giré y me hinqué en el suelo para recibir su leche que no tardó en rociarme en la boca y cara, fue algo extraordinario, lo gocé intensamente, nos miramos y reímos, fui al baño de la bodega a asearme, lavándome cara y pussy y regresé al sofá secándome con una pequeña toalla de manos, él me jaló, tomó la toalla y comenzó a secarme la pussy, pero pronto se deshizo de la toalla, nos empezamos a excitar nuevamente, me colocó de costado a él, una mano acariciaba mi pussy y la otra mi ano, sus dedos se fueron introduciendo, primero en mi pussy y luego en mi ano, haciéndome gemir levemente, no aguanté más y lo empujé al sofá, boca arriba y me monté en él, comenzando una loca cabalgata sobre su verga, él aprovechaba para chupar y acariciar mis senos, después gire, metiéndome su verga en mi pussy y apoyando mis manos en sus rodillas, mostrándole mis nalga y mi ano, moviendo mi cadera de arriba abajo y en círculos, mientras que él me acariciaba mi ano y metía uno de sus dedos al fondo, al cabo de un rato, me levantó un poco, para colocar su verga a la entrada de mi ano, pegue un buen grito, sentía que mi cadera se partía en dos, como se iban abriendo los pliegues de mi ano, hasta que llegó al tope, arqueé mi espalda, apoyando mis manos en su pecho y moviendo mi cadera para el mete y saca, mientras que gemíamos y disfrutábamos ese rico sexo anal, nuestros cuerpos goteaban el sudor como si nos hubieran echado una cubeta de agua, cuando el comenzó a gruñir otra vez, mis piernas no me respondieron y terminó dentro de mi ano, me recosté sobre él y nos besamos con pasión, acariciando mis tetas; cuando tomé fuerzas, me levanté, agarré mi ropa y me fui a asear otra vez al baño, pero ya regresé vestida, tomé mi móvil y le dije, “Mañana ¿a qué hora vas por Mariel?”, el abrió los ojos sorprendido, “A las 5, si, si a las 5 de la tarde paso por ella”, en ese momento le marqué mientras caminaba a la puerta de la bodega, deteniéndome ahí para hablar con ella, solo voltié y le dije “Hecho, te espera a las 5 de la tarde”. Obviamente al día siguiente mi hermano desde las 4 de la tarde, ya estaba bañado y arreglado, temprano había lavado el carro y se fue a buscar a Mariel, yo ya no lo vi llegar, desde temprano, me metí a mi recámara y no salí ni a cenar.

El lunes en la universidad al ver a Mariel supe que le había gustado, “¡Ay manita! El mejor sexo que he tenido, ¡fue fabuloso…!” le hice seña de que callara, “No pretenderás que sepa detalles de lo que hiciste con mi hermano ¿verdad?”, sonreímos y seguimos platicando de otra cosa, a la hora del café, mostramos las fotos, llevé las únicas 4 que me tomó, no dije más, solo las mostré, todas estuvieron de acuerdo con que eran buenas las fotos y que había cumplido con el reto, fue entonces el turno de Norma, que nos mostró su foto, ella estaba en lencería, en cuatro sobre la cama con la verga del chico en la boca, por el respaldo de la cama todas identificamos que era su cama, “Si, estamos en mi cama, aprovechamos que mis papás, se fueron a trabajar para echar el brinco en la casa”, reímos todas “Así se ahorran el motel” dijo Magda, Norma era hija única, conocíamos a su novio, ya tenía tiempo con él, así que no había misterio de quién era esa verga, “Dice que ahora le va a dar pena salir juntos” agregó Norma, “¿Por qué?, si tiene buena verga” dijo Karina, “¡Cálmate eh!, que en mío y no lo voy a compartir” todas nos reímos de su reacción. Al salir de la cafetería, Mariel me alcanzó, platicamos de lo ocurrido en el día y después ella preguntó, “¿Vas a cumplir la otra parte del trato?”, “¡Ay Mariel!, ¡me da miedo, nervios, no sé!” le dije angustiada, “No te preocupes, no le dije nada, no quise ilusionarlo y después decepcionarlo, no pasa nada, yo no diré tu secreto, ahora tampoco tú digas el mío”, era verdad, con tanto nervio no había reaccionado, ella tiene novio y se acostó con mi hermano, pero jamás diría nada al respecto, entonces de detuve, ella aún dio unos pasos y voltió a verme, “¡Esta bien! ¡Lo haré…! tú dime cuando y donde”, los ojos de Mariel casi se desorbitan, se emocionó tanto que parecía que ella era la que lo iba a hacer, “Danny se pondrá loco de alegría, no sabes lo enamorado que está de ti… ¿te parece el jueves, en mi casa?, ya sabes, siempre estamos solos toda la tarde, es el lugar más discreto y seguro que se me ocurre, yo estaré pegada a la puerta, si hace algo que no estés de acuerdo solo grita y entro a calmarlo y se acaba todo”, me pareció buena idea, “Ok” le dije.

El jueves, puntual estaba tocando la puerta de la casa de Mariel, inmediatamente abrió la puerta Danny, quién no ocultó su emoción al verme ahí, lo saludé de beso como siempre, “¡Que linda te ves… y que rico hueles!” yo solo sonreí, me temblaban las piernas y me causó ternura sus halagos. Saludé a Mariel y nos sentamos en la sala, “Solo te verá desnuda, tocará un poco tus senos y se masturbará, no te mojará con su leche ninguna parte de tu cuerpo, si intenta sobrepasarse, gritas y yo entro y todo se acabó, ya sabes las reglas… OK”, dijo Mariel viendo a Danny y los dos movimos la cabeza aceptando las reglas, nos paramos y subimos las escaleras, a mí me temblaban las piernas, se me hiso muy corto el camino a su recámara, a Danny se le ha de haber hecho eterno, no sabía si correr o caminar a mi lado, no mencionamos palabra ninguno de los tres hasta llegar a la puerta de su recámara, “Yo voy a estar aquí al pendiente” dijo Mariel, yo solo le sonreí, pasamos a su recámara y él cerró la puerta, dimos apenas dos pasos cuando se abrió la puerta, los dos volteamos sorprendidos, “Solo es para comprobar que no le puso seguro”, dijo Mariel sin asomarse y cerró la puerta. Danny y yo sonreímos, nos miramos, “Eres muy hermosa” dijo casi tartamudeando, yo sonreí, puse en una mesa mi bolsa, “¿Quieres que me desvista primero?” le pregunté, él asintió con la cabeza, empecé a desabrochar los botones de mi blusa, hasta el último, el ni parpadeaba, abrí lentamente mi blusa, mostrando un lindo sostén blanco de encajes transparente que cubrían delicadamente mis senos, coloqué mi blusa en un sillón, él ya acariciaba su pene sobre el pantalón, lentamente bajé el pequeño cierre lateral de mi falda y desabroché su botón, di media vuelta y quedando de espaldas, dejé caer al suelo mi falda, que de inmediato me agaché parando mis pompas que solo las cubría el hilo de mi tanga que se perdía entre mis nalgas, para recoger mi falda, giré nuevamente para quedar de frente a él, el diminuto triangulo de encaje blanco de mi tanga cubría mi pussy y los enmarcaba un liguero y mis medias blancas, doblé lentamente mi falda y la coloqué junto a la blusa, me senté a la orilla de la cama cruzando mis piernas, agarré mis tetas y las apreté jugueteando con ellas un rato, él aprovechó para desvestirse rápidamente, quedando completamente desnudo, acaricié mis piernas solo con las yemas de mis dedos, suave y lentamente, así mismo se masturbaba Danny, puse mis manos en mis rodillas y las fui abriendo lentamente, sus ojos parecían abrirse igual que mis piernas, acaricié mi pussy por encima de mi tanga, la rosaba suavemente, Danny le daba un poco más duro a la masturbada, me puse de pie lleve mis manos a la espalda y desabroché mi sostén, con el brazo y la mano cubrí mis senos y me quité el sostén dejándolo caer a un lado sin dejar que viera mis pezones, jugué un rato con mis tetas hábilmente hasta mostrarle mis pezones poco a poco, acariciándome el cuerpo fui bajando las manos hasta que mis pulgares sujetaron los costados de mi tanga, la bajé un poco sin mostrar nada, giré sobre mis puntas quedando de espaldas a él con mis piernas juntas y mi pie izquierdo del lado derecho y viceversa, deslicé mi tanga a lo largo de mis piernas lentamente hasta sacarla por mis pies, mostrándole todo mi culo desnudo, enrollé la tanga en mi muñeca dejándomela como pulsera, abrí mis piernas lentamente mientras lo veía por entre ellas, me levanté lentamente y giré para ponerme frente a él, estiró su mano tímidamente para tocarme mis tetas, yo avancé ese medio paso para que lograra su objetivo, su mano apretó suavemente una de mis tetas, la acarició tiernamente, sus dedos jugaron con mi pezón, su otra mano intentó agarrarme mi otra teta pero se arrepintió, me dio tanta ternura que tomé su otra mano y la lleve a mi teta, ya con sus dos manos acariciándome tiernamente, apretando mis pezones con dulzura, lo vi a los ojos y él me sonrió, parecía que estaba en el cielo, lo abracé, colocándole su cara en medio de mis tetas, que empecé a mover mi pecho restregándole mis tetas en su cara hasta que le puse uno de mis pezones en la boca y empezó a chupar con gran ternura abrazándome de la cintura, noté la experiencia adquirida con su hermana Mariel. Después de un buen tiempo chupando mis tetas y abrazándome de la cintura sin tocarme las nalgas, lo separe un poco de mi cuerpo, levanté su cara con mi dedo en su barbilla y lo besé en los labios, enseguida busqué su verga, la sujeté con una mano y comencé a masturbarlo, me senté a la orilla de la cama para que su verga estuviera cerca, muy cerca de mis tetas, que de vez en cuando hacía rozar mi pezón en la punta de su verga, cuando sintió que iba a terminar, intentó separarse, pero lo detuve con fuerza, para que descargara su leche en mi teta, particularmente en mi pezón, él se separó asustado, yo le hice con una seña que se callara, que todo estaba bien, lo jalé y le di otro beso en los labios, “¿Te gustó?” le pregunté aunque era obvia la respuesta, “Fue fantástico”, dijo casi sin aliento, me estiré para tomar mi bolso y saqué unas toallitas húmedas, le limpié con ternura su verga, huevos y sus alrededores, tomé otras y limpié mi teta y con otra mi pussy, saque de mi muñeca mi tanga y me la puse delicadamente, levanté el sostén del suelo y me lo puse, Danny ya se había puesto pantalón y playera y se ponía los calcetines sin dejar de verme ni un segundo, tomé mi blusa y me la puse abrochando lentamente cada uno de sus botones, haciendo lo mismo con mi falda, saqué mi espejo y mi maquillaje y lo retoqué, me puse perfume, le sonreí poniéndome de pie, “De esto nada a nadie, ok”, le dije, asintió con la cabeza y salimos de su recámara, Mariel había jalado una silla y estaba sentada ahí junto, Danny rápidamente la abrazó “!Gracias hermanita! Por hacer realidad mi sueño”, “Agradécele a Laura, a mí no”, dijo sonriendo, “¡Gracias Laura estuvo extraordinario!”, “¿Se portó bien?, ¿cumplió con las reglas?” preguntó Mariel, “Todo un caballero, así deberían de ser todos los hombres” le dije sonriendo a Mariel, bajamos a la sala y Danny corrió a la cocina para traer unos bocadillos y refrescos, Mariel me vio y dijo “De su dinero mandó a pedir todo esto a un restaurante para agradecerte”, casi se me llenaron los ojos de lágrimas y fui hacia él y lo abracé con ternura al tiempo que lo besaba por toda la cara y el último fue en los labios, comimos los bocadillos platicando de otras cosas hasta que mi hermano llegó por mí, saludando a Mariel con un largo beso en la boca, Danny y yo los vimos riendo sin hacer ruido, al despedirme de Danny le dije al oído, “Tal vez lo hagamos otra vez muy pronto”, “¿DEBERAS?” dijo casi gritando, yo le hice la señal de silencio al momento que le guiñaba un ojo.

*** FIN ***