Le conté a una amiga que últimamente padecía dolores de espalda, me recomendó un masajista qué supuestamente tenía manos mágicas, a mi esposa le encantan los masajes así que le pedí servicio para los dos el sábado por la mañana, el tipo llego super puntual a la cita, le presenté a mi esposa, ella le ofreció algo de tomar, pero amablemente dijo que no le apetecía, pregunto en donde podría armar su cama de masajes, decidimos que lo hiciera en nuestra habitación, armo la cama de masajes, encendimos el clima, prendió sus velas aromáticas y nos preguntó quién iría primero, le pedí que me atienda a mi primero porque no aguantaba la espalda, entre al baño a quitarme la ropa y salí con la toalla puesta en la cintura, como estábamos en mi casa me sentía en confianza, me acosté a recibir el masaje mientras los tres hablábamos de trivialidades.

Él nos contó sobre su gran variedad de técnicas, la verdad se notaba qué estaba muy preparado en eso temas, nos interesamos mucho por los masajes tantricos qué servían para reforzar el vinculo en una relación, note que mi esposa no dejaba de verle los brazos musculoso de Luis mientras me masajeaba, el tipo se veía bastante fuerte.  Unos cuarenta y cinco minutos después le tocó el turno a mi esposa, ella ya estaba en toalla esperando su turno, ella es gordita y bastante tetona así que la toalla realmente no la cubría tanto, él era muy profesional y en ningún momento vi alguna mirada de morbo o algo similar, ella definitivamente estaba disfrutando el masaje mientras seguíamos con la plática tan amena, terminando recogió sus cosas y se fue, ambos quedamos muy relajados, acordamos qué pediríamos servicio nuevamente en dos semanas.

Transcurrieron varios meses, Luis siguió viniendo a la casa una vez a la quincena sin falta, hicimos una buena amistad en muy poco tiempo, nos agarramos bastante confianza, nos confesó que era un tipo solitario, tenía sexo muy a menudo con varias chicas incluyendo a mi amiga del trabajo que me lo recomendó pero no pasaba de algo sexual, no tenía nada formal con ninguna, compaginamos mucho ya que él también tenía una mente bastante abierta, aunque su agenda estaba repleta siempre tenía tiempo para ofrecernos sus servicios y quedarse a charlar un buen rato, nos vio desnudos tantas veces que ya era algo normal, ya ni toalla usábamos cuando venía a la casa. Un fin de semana se dio la oportunidad de rentar la casa de campo de un amigo, está como a una hora de la ciudad, tiene asador, piscina, jacuzzi y todas las comodidades necesaria para pasarla genial el fin de semana, se me ocurrió invitar a Luis, le llame por teléfono para invitarlo, casi de inmediato aceptó, dijo que ya le hacía falta unos días de descanso también, le dije que podía invitar a una amiga si quería, pero él prefirio no llevara a nadie más.

El sábado muy temprano teníamos todo listo, pasamos por él y agarramos carretera, al llegar nos instalamos en las habitaciones, preparamos algunas botanas y cerveza fría con sus respectivas micheladas, la casa estaba muy privada y él día muy caluroso así que decidimos tomar el sol al natural, sabíamos qué con Luis no habría ningún problema, ya nos había visto tantas veces desnudos, no era nada fuera de lo usual entre nosotros, él salió con un bañador de estilo hawaiano, muy atento nos pasó una cervezas bien heladas, se recostó en un camastro junto a nosotros, traía su bloqueador y un libro, le ofrecí qué siquiera ponerse cómo cómo nosotros tampoco habría ningún problema, Luis dijo que también le gustaba la idea de agarrar un bronceado parejo, rápidamente se quito el bañador y lo puso sobre una silla, al verlo nos quedamos asombrados tenía una verga qué dormida se veía bastante grande y gruesa, mi esposa no pudo ocultar su sorpresa aunque no dijo nada.

Pasamos el día relajados en la piscina, comimos un delicioso ceviche que mi esposa preparo, nos dimos unos buenos chapuzones, él también resultó bueno para preparar cócteles de todo tipo, la pasábamos tan bien que ya estábamos algo pasados de tragos de mezclar tantos tipo de alcohol jejeje, también nos preguntó si queríamos un masaje el con gusto nos lo daría, tanto mi esposa como yo nos negamos, le dijimos que es nuestro invitado y no tenia porque hacerlo.

Al final mi esposa si termino aceptando, no podía resistir el placer de sentir esas manos, ella se acomodo boca arriba en el camastro y Luis comenzó el masaje por los pies subiendo muy lentamente, yo no me perdía ningún detalle, me gustaba ver como tocaba su cuerpo, percibía lo agitada de la respiración de mi esposa, las manos de Luis llegaron a la frontera entre el muslo y la vagina, mi esposa me pregunta si me importaría que él le practicara ese masaje tántrico del que nos habló muchas veces, yo me sentí algo raro pero a la vez excitado así que le pedí que siguiera adelante, el comenzó a frotar con la palma de la mano el área de la vagina haciendo círculos suaves, tenía ambas manos masajeando los labios vaginales, de apoco iba aumentaba el ritmo, ella jadeaba de placer, Luis ya no podía disimular lo dura que traía la verga, se le veía mucho más grande que la mía, luego comenzó a hacer círculos alrededor del clítoris con las yemas de los dedos empapados en aceite, con la otra mano introducía dos de sus dedos profundamente en la vagina, les daba vueltas como si de un tornillo se tratara, mi esposa decía que esto es maravilloso!!

Ella estaba tremendamente excitaba y se miraba muy mojada, me pregunto si esto me incomodaba a lo que respondi que me encantaba y me gusta verla disfrutar, me dice ven acércate, te la quiero mamar, no lo pensé dos veces y puse mi verga ya bien dura entre sus labios, ella lo tomo con la mano derecha, empiezo a pasar su cálida lengua sobre la punta mientras me masturba suavemente, le pidio a Luis que también acerca, ella le tomo la verga con la otra mano y la puso también en su boca, se turnaba para mamarnosla a los dos, unos minutos des pues el se inclino atrás de ella y empezó a lamerle la vagina de una manera que jama había visto, recorrió los rincones más escondidos con su lengua, la hacía gemir muy fuerte mientras ella seguía devorando mi verga con mucha pasión, cuando la cosa no se podía poner más caliente Luis se acomodó sobre ella, empezó a mererle la verga muy lentamente, ella tenía una cara entre un poco de dolor y placer total, poco a poco empezó a aumentar el ritmo hasta que la metía y sacaba con todas sus fuerzas, sentí como ella se estremecía pero sin sacarse mi verga de la boca, para terminar Luis y yo nos cambiamos de lugar, ella me levanto el culo poniéndose en cuatro, me puse de rodillas atras de ella y le di con todas mis fuerzas, mientras veía cómo devorada esa verga con mucha lujuria.