
Por
Anónimo
Soñé con un trío con mi novia y mi amigo, y al despertar lo hicimos realidad
Antes éramos más en ese plan, pero con el tiempo solo quedamos tres: mi novia, mi amigo y yo.
En esta ocasión específica, unos días antes del encuentro, mi novia empezó a bromear con que iba a invitar a nuestro amigo no solo para jugar, sino “para un trío”. Lo dijo varias veces, siempre en tono de broma. Yo sabía que era broma, ella también lo sabía, pero me lo repitió tanto que creo que sin querer me programó el inconsciente.
Llega el día. Nos reunimos los tres, sacamos el Mario Kart y empezamos a jugar. Como siempre, el plan era también contarnos cosas y echarnos cuentos. En un momento mi amigo suelta un chisme tan bueno que todos dejamos de jugar y nos fuimos a la terraza para escucharlo tranquilos. Después de ese cuento, nos fuimos soltando más: anécdotas del pasado, historias graciosas, cosas que no sabíamos entre nosotros.
Al rato volvimos a entrar y seguimos charlando. En eso mi novia empezó a hablar sobre mí, que yo soy celoso, que eso a veces trae ciertas situaciones. Y en medio de eso suelta (otra vez en tono de broma): “Por eso es que no podemos tener un trío contigo, porque él es muy celoso.”
Yo me reí. Ya lo había dicho antes, lo tomé como otro chiste y seguimos con la noche. Al final nos fuimos a dormir: mi amigo se quedó en el sofá, y mi novia y yo en la cama.
Y aquí empieza lo interesante.
Mi novia estaba dormida encima de mi pecho y yo también me estaba quedando dormido… cuando tuve uno de los sueños más vívidos e intensos que he tenido.
Soñé que estábamos de nuevo en esa misma situación: los tres en el sofá, charlando, y mi novia soltaba otra vez el comentario de que no teníamos un trío por mis celos. Pero en el sueño, yo respondía: “Bueno… tráete el vino que está en la nevera y con alcohol me lo pienso.”
Ella traía el vino, que de hecho teníamos en la vida real desde hace tiempo, lo abríamos y empezábamos a tomar. Nos reíamos, hablábamos un poco más. Y en un momento, cuando ya no quedaba casi vino, yo decía: “¿Ustedes no querían un trío? Pues empiecen a besarse.”
Ellos se miraban, se lo pensaban… y se besaban.
A mí me gustaba lo que veía. Me senté al lado de mi novia, le empecé a besar el cuello, pasé mi mano por su pierna, subí por su cuerpo hasta que levanté su blusa y quedaron sus senos al aire.
Empecé a jugar con uno de ellos. Mi amigo, al darse cuenta, fue directo al otro. Estábamos los dos dándole placer y ella claramente lo estaba disfrutando. Cada uno tenía una mano en una pierna, acariciándola y bajando cada vez más.
Pero justo antes de llegar más abajo, ella nos detuvo. Nos miró, nos agarró de la mano y dijo: “Vamos al cuarto.”
Nos llevó al cuarto, se arrodilló frente a nosotros, nos desvistió… y nos empezó a chupar a los dos. Ahí fue cuando el sueño se volvió aún más intenso, pero también fue cuando me desperté.
Y aquí entra la vida real de nuevo.
Me desperté con una erección brutal. Mi novia, que seguía dormida encima de mí, sintió mi reacción y también se despertó.
—¿Qué pasó? —me preguntó. —Soñé que teníamos el trío… y tengo ganas.
Ella se rió y me dijo: —¿En serio? —Sí, y la verdad quiero hacerlo. Sé que si lo dejamos para otro día, se me va a pasar la emoción. Quiero hacerlo ahora.
Ella lo pensó un segundo y me dijo: —Ok. Yo también estoy para eso.
Entonces fui al sofá, desperté a mi amigo y le dije algo como: “Soñé que teníamos un trío… y queremos hacerlo. ¿Tú estás?”
Mi amigo, que es de ese tipo de persona súper relajada, de los que viven el momento sin complicarse, simplemente dijo: —Dale, vamos.
Y así fue.
Nos metimos los tres en el cuarto y pasó el trío. Fue intenso, fue real, fue loco.
Aclaración importante:
Mi amigo y yo no hicimos nada entre nosotros. No hubo nada bisexual. Ambos estuvimos con mi novia, pero entre nosotros no hubo contacto más allá del respeto y la coordinación. Lo aclaro porque sé que muchas veces la gente lo asume mal.
Y bueno… no me arrepiento. Para nada. Fue una experiencia que nunca pensé que viviría, y sinceramente, la disfruté. No es que ahora esté buscando hacer tríos cada fin de semana, pero sí puedo decir que fue una de las experiencias sexuales más locas, espontáneas y placenteras de mi vida.
Nunca había tenido una historia erótica digna de contar… hasta ahora.
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.