Han pasado varias horas desde que empezó la diversión con las dos sexys entrenadoras, White y Mei me lo chupan frenéticamente…como si fuesen adictas al sabor de mi pene. White se saca mi miembro dela boca, se da media vuelta y, separándose las nalgas con los dedos, me pide que la folle. Sin dudarlo, me acerco a ella y la tomo de la cintura, ella me pide que lo meta poco a poco pero estoy tan excitado que le clavo el pene de golpe. White suelta un grito de dolor, el cual no me impide seguir embistiéndola con todas mis fuerzas. Le masajeo los glúteos mientras mi pene entra y sale de su apretado y caliente ano.

Mei se siente un poco ignorada, así que se agacha detrás mio y se mete mis testículos a la boca, las sensaciones de penetrar a White y los masajes bucales de Mei hicieron que descargue una gran cantidad de semen. Lo saqué de su culo mientras me corría y cubrí sus glúteos con mi esperma. Mei se lanzó hacia el culo de White y le lamió todo el semen que pudo.

Aproveché que Mei estaba agachada y sin pensarlo dos veces, meto mi miembro con todas mis fuerzas en su ano. Sus gritos al ser follada son aún más fuertes que los de su amiga, el culo de Mei no está a la altura de el de White pero aún así disfruto penetrándolo hasta correrme de nuevo.

Durante las siguientes horas, sus gritos de dolor y placer retumbaron en el bosque, rompiendo el silencio de la noche. A la mañana siguiente no me verían junto a ellas, solo encontrarían una nota que diga: «Las espero aquí la siguiente semana».

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