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Anónimo

febrero 21, 2025

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Mi esposa, su amiga y yo

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Esta historia comienza cuando mi esposa presentó una entrevista para un trabajo, allí habían varias personas, entre ellas S. Las dos pasaron todos los filtros e ingresaron a trabajar. Como eran las nuevas, las dos pasaban el tiempo juntas y se volvieron muy cercanas. Yo iba a recoger a mi esposa al trabajo y de paso llevábamos a S a su casa. La primera vez que la vi, se me puso la verga muy dura, es una belleza impactante. S es un poco alta, mide como 1,70 m. De hecho, sus otros rasgos son muy parecidos a mi esposa. Su piel es trigueña, ni blanca ni morena, cabello liso negro largo hasta el culo, súper atlética, cintura de avispa, culo redondo y paradito, piernas muy firmes y largas. Así luce por fuera, más adelante daré otro tipo de detalles. Nosotros la llevábamos a su casa y cuando se bajaba del auto yo me quedaba viendo ese culo cómo se movía mientras ella entraba a su casa, muy delicioso. Los días pasaron y un día mi esposa decidió invitar a S a nuestra casa a comer algo y charlar un rato. Así fue, comimos algo, hablamos toda la tarde pero en una parte de la conversación, mencionamos que nosotros éramos pareja abierta. Ella se sorprendió pero se interesó bastante sobre el tema. Mientras le contábamos ella tenía comportamientos muy interesantes, cruzaba sus piernas muy seguido, se pasaba mucho la lengua por sus labios y los mordía suavemente, cambiaba mucho su posición en el sofá, etc. Cuando ella se fue, mi esposa y yo estábamos de acuerdo en que ella podría estar más que dispuesta a estar con nosotros. Días después mi esposa me comentó que volvieron a hablar del tema con S mientras trabajaban y que S había aceptado venir de nuevo a nuestra casa pero que en esta ocasión, tomaríamos algo para conocernos mucho mejor. Yo me preparé toda la semana para el momento, creo que nunca había estado tan emocionado por una visita. Cuando ella llegó, charlamos un rato, bebimos y en especial yo me encargué de brindarles bastante bebida a mis dos perras, algo tenia que obtener yo esa noche. Todo fue de maravilla hasta que llegó el momento, empezamos a hablar de la vida “amorosa” y aquí ella nos dio luz verde, nos contó que su primer relación fue con una chica. Yo saqué provecho de esto y le dije que sí es cierto me lo tenía que demostrar. En ese momento S y mi esposa se dieron un beso muy apasionado, yo me quedé mirando ese espectáculo, tenía la verga tan dura que estaba que romper el pantalón. Las dejé fluir mientras yo me sobaba la verga. Al terminar el beso, S me dijo que si eso era suficiente prueba. Yo le dije que si pero que aún no estaba satisfecho. Seguimos hablando y riendo hasta que mi esposa vino a besarme para antojar a S, me besaba y me sonaba la verga. S nos miraba y mi esposa la invito sutilmente. Yo vi como S venía en cámara lenta hacia mi. Se sentó al lado nuestro y yo la cogi de la cintura y la empecé a besar mientras mi esposa me besaba el cuello. Seguimos así un rato y mi esposa dijo en voz alta que me lo quería mamar, me puse de pie y ella se arrodilló en el piso, S la siguió y se arrodilló a su lado. Mi esposa desabrochó mi pantalón y sacó mi verga, estaba como una roca y escurría presemen por la excitación. La perra de mi esposa no quiso compartir eso, le dio una buena chupada a mi verga y la dejo limpia para S. Aquí las dos perras se besaron mientras sostenían mi verga en sus manos, luego S la cogio firmemente y se la puso en la boca, me la succionaba con fuerza y movía su cabeza para que mi verga entrará y saliera. Yo no podía creer que esto estuviera pasando, fue muy rápido. Yo las agarré del cabello a las dos y las turnaba para que me la chupara y a veces hacía que se besaran. Duramos como 10 minutos en este proceso y mi esposa me puso manos a la obra para hacerme venir, la perra sabía que este aún no sería el día para que pudiéramos follar a S. Entonces me empezó a dar una mamada con más fuerza, las dos se esforzaban mucho y yo ya empezaba a acercarme a correrme. Las dos me escupían la verga, me pajeaban y succionaban fuerte, me lamían las bolas y me llevaron hasta el punto máximo. Les dije que me iba a venir y es como si ya lo hubieran hablado, sacaron su lengua al y esperaron que me corriera en su cara. Me vine tanto y tan potente que les embarré su cabello y sus lenguas quedaron llenas de semen. Fue una de las mejores corridas de mi vida. Las dos se tragaron mi semen y se dieron un beso para terminar. S se fue a su casa y seguimos en contacto porque eso no podía terminar allí, los días siguientes, mi esposa y S seguían hablando en su trabajo y según lo que mi esposa me contó, a S le había gustado la experiencia y quería llevarla al siguiente nivel. Nos encontraríamos de nuevo en nuestra casa y ellas vestirían lencería, esta vez si me podría devorar las dos conchas. Pasaron los días y por fin llegó el tan esperado momento, S llegó a nuestra casa y traía un morral lleno de lencería.

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