En diciembre de 2021 vino mi familia de CDMX a pasar la navidad con nosotros. Venían varios días pues iban a pasar Navidad y Año Nuevo. Entre los que venían estaba mi prima Vero [M23] que a su vez trajo a su prima Karla [M22]. Es decir, Vero es mi prima hermana y Karla es prima hermana de ella pero Karla no es mi familia directa. Espero explicarme.

Ambas son guapísimas, a Karla ya la había visto hace unos años cuando aún era una niña. Ya iba en la Universidad y se había puesto hermosa. Un cuerpo de adolescente para su edad, delgada, un culo redondo y parado, tetas pequeñas pero proporcionales a su cuerpo. Blanca y pelo alaciado, con muchos pecas en la cara. Toda una belleza la verdad.

Desde el primer día yo quedé embelesado por Karla pues la neta estaba bien linda y bien buena. Sin embargo, no lo trataba de hacer obvio pues yo soy mucho mayor [H29] y quería evitar la carilla con mi familia. A pesar de ello, le coqueteaba a Karla cada que podía e intercambiábamos miradas. En los juegos de mesa nos sentábamos juntos y hacíamos equipo en los juegos físicos como Volibol y quemados. Ahí es donde nos dábamos nuestros primeros roces, pues chocabamos las palmas y ya en confianza hasta me abrazaba para celebrar. La verdad es que ella no lo disimulaba muy bien y ya era sospechoso.

Fue entonces que le dije a mi prima Vero que su prima Karla me gustaba y que me hiciera el paro para buscar una forma de estar solos pues en casa con toda la familia era imposible. A lo que mi prima me dijo que si, que iba a inventar que necesitaba comprar unas cosas en la ciudad que nos queda a unos 30 minutos y que si las podía llevar. Y así fue, inventó esa excusa y nos fuimos los tres en la camioneta.

Para ese momento, Karla y yo ya nos mensajeábamos y nos decíamos cosas como que nos gustábamos y que ojalá hubiera oportunidad de estar solos. Es decir, ya estaba confirmado que ambos nos traíamos ganas y queríamos lo mismo. Por lo que la ida a la ciudad era una oportunidad perfecta para estar solos.

La idea era dejar a mi prima Vero en alguna tienda o lugar y de ahí nosotros escaparnos a algún lado donde pudiéramos estar solos. Pero, ya en el camino y a pocos km de llegar a la ciudad recordé que había un motel y mi mente cochambrosa y retorcida comenzó a pensar en ir de una vez. No sabía cómo, ni cómo Vero podría reaccionar o Karla, pues aunque ya le había dicho que iríamos a algún lugar donde pudiéramos estar solos no le había dicho así de forma directa que a un motel.

Así que sin más, justo cuando vi la desviación hacía el motel, tomé valor y me desvié. Ellas, al no ser de ahí pues obvio se sacaron de onda. Me preguntaron que a dónde íbamos… y solo le dije a Karla:

– Donde podamos estar solos…

Ella solo afirmó con la cabeza mientras mi prima Vero estaba un poco sacada de onda.

Llegamos al motel y por si alguien nunca ha ido, entras con tu coche y se cierra lo que regularmente es una cortina que oculta tu vehículo y a su vez está la entrada a la habitación justo al lado del coche.

Le dije a mi prima Vero que nos esperara en el coche y bajé los vidrios para que no se sofocara dentro.

Le abrí la puerta a Karla y entramos a la habitación. Ese día llevaba un short de mezclilla corto y una blusa con un pequeño escote. El cabello en cola de caballo, labial color morado y además olía riquísimo. La habitación estaba iluminada con luz tenue y la cama era muy amplia. Además había dos espejos grandes a los lados y una pequeña cómoda donde dejamos nuestros teléfonos y yo la cartera.

Nos acostamos y le dije que me había gustado desde el primer día que la volví a ver. Que si se acordaba de antes cuando éramos más chicos y ya habíamos convivido…

Después de una breve charla, comenzamos a besarnos. Yo la empecé a acariciar por todo el cuerpo y eso me prendió más. Nos quitamos la ropa poco a poco mientras mis manos no dejaban de apretar sus nalgas y acariciar sus pechos. Le quité el bra y sus pechos pequeños y pezones rosas y paraditos invitaban a ser chupados. Comencé a besarlos primero, luego a chuparlos despacio y dando mordidas suaves a sus pezones que ya estaban muy duros. Metí mi mano a su conchita que ya estaba mojadita y además estaba depilada. Supongo que por estar preparada para la playa y poder usar el bikini.

Bajé a su conchita, le quité la tanga y comencé a chuparle todo. Usaba mi lengua con fuerza bajando y subiendo, mordiendo sus labios. Ella solo se doblaba de lado a lado y gemía muy despacio, supongo que porque mi prima Vero estaba a solo unos metros.

Luego volví a subir a su boca y mientras nos besábamos tomé su mano y la metí en mi boxer para que sintiera mi verga que ya estaba durísima. Luego le dije que si me la podía mamar y ella solo asintió. Comenzó a chupar y yo me calenté más pues veía su boquita pequeña con mi verga adentro. La tomé del pelo y la bajé a los huevos, ella comenzó a lamerlos y yo estaba a nada de venirme así que la subí nuevamente.

Antes de que pudiera venirme la subí de nuevo y empezamos a besarnos. Me subí sobre ella y guía mi verga a su conchita, sentí cómo entró poco a poco en esa conchita de adolescente, apretadita y muy mojada. Sinceramente, en ese momento estábamos haciendo el amor, no cogiendo pues todo eran besos, penetración y caricias. Cuando ya estábamos más entrados, entonces la tomé de los tobillos, los subí y ahí si empecé a bombearla duro. Fue cuando ya no pudo más y empezó a gemir más y más.

En ese momento me prendió muchísimo la idea de que mi prima Vero estuviera escuchando y le empecé a dar más duro. Luego, crucé su pierna derecha y quedó su culito a merced. Se la volví a meter duro mientras no quitaba mi vista de su ano rosadito y apretado. Tomé un poco de saliva y con mi pulgar empecé a acariciar su ano sin dejar de metérsela.

Luego, cuando su ano se empezó a dilatar y empecé a meter mi pulgar poco a poco supe que podía metérsela por el culo. Tomé mi verga, le puse más saliva y la coloqué en la entrada de su ano. Ella no dijo nada. La acomodé mejor, la tomé con fuerza y empecé a meter mi verga, primero entró la cabecita y le pregunté que si le dolía, dijo que un poco. La saqué, más saliva y volví a intentar, esta vez entro un poco más y yo ya no aguantaba, quería meter toda con fuerza pero aún tenía control y empujé despacio. Luego, ella soltó un grito y dijo que le dolía así que no seguí.

Me volví a acostar a su lado y le dije que me daría un baño, pues no podía metérsela otra vez en la vagina así. Me metí a bañar, salí y entró ella también. Mientras se bañaba, le mandé un mensaje a Vero preguntando si todo bien. Ella contestó que si, con una carita sonriente…

Karla salió del baño, se acostó conmigo y empezamos otra vez, pero esta vez ella se subió en mi y se sentó en mi verga. Como no era muy hábil fui yo quien la bombeaba. Luego la tomé de la cintura y le indiqué que se pusiera en cuatro. Con ese culito hermoso frente a mi, empecé a darle muy duro y ella seguía aguantándose las ganas de gemir. Le dije que gimiera, que Vero no escuchaba y ella se soltó.

Sus gemidos me calentaron más y por consecuencia le daba más duro, aparte la posibilidad de que Vero entrara por esa puerta y se nos uniera me calentaba aun más. Sobra decir que mi prima también está bien buena, pero esa es otra historia que les contaré después…

Con mi verga hasta el fondo de Karla y mis manos en su cintura de adolescente jalándola hacía mi no pude más y me vine en su espalda sacando un chorro inmenso de leche. Se acostó boca abajo mientras yo iba por papel al baño para limpiarla. Con mi verga aún goteando le dije que si quería probarla y ella comenzó a chuparla y quedarse con el resto de mi leche. Aunque era excitante, mi miembro ya estaba muy sensible y no pude continuar…

Nos vestimos, salimos y vi como Vero solo tenía una sonrisa de complice y Karla, bueno, una sonrisa también nerviosa pero ya qué, ya la habían escuchado gemir…

Nos fuimos a hacer las compras, volvimos a casa como si nada y las vacaciones siguieron normal y de vez en cuando cuando todos se descuidaban Karla y yo nos besábamos y mis manos iban directo a sus nalgas…

Hasta la fecha nos seguimos escribiendo e intercambiando fotos, recordando ese día. Ella insiste en que vaya a la CDMX a visitarla… claro que iré y sé que valdrá la pena.