Por

Anónimo

octubre 29, 2020

735 Vistas

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Grupo de Rock

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 A finales de los años ochenta, me integré en un grupo de Rock en mi barrio. Los otros cuatro chicos que lo formaban eran amigos del barrio, solíamos vernos en la sala de juegos. No voy a decir aquí los nombres verdaderos de ellos ni el mío claro está. La verdad es que a todos se les conocía con un mote, que por aquel entonces era lo más normal, así que yo inventaré otros motes para hablar de ellos. «Lanas» por su largo y bonito pelo era el batería. «Champi» por su fortaleza y su pequeña estatura era uno de los guitarras. «Roky» porque le volvía loco las películas de Rocky, llamaré al otro guitarra, además de ser el líder del grupo. Y finalmente llamaré al bajista «Mudo» porque apenas hablaba nunca. Era muy apreciado, ya que era el que ponía siempre paz en pequeñas riñas. Bueno y yo, que me llamaré a mí misma «Cenicienta» me quedo con este por muchas razones, pero sobre todo porque me fascinaba desde niña aquel cuento. 

A ver, como comenzar a contar esta historia después de tanto tiempo guardada. Primero decir que he decidido escribirla aquí porque una amiga escribió un relato en esta página y al contármelo me hizo pensar que yo también podía contar mis secretos mejor guardados de mi juventud. Ahora tengo cincuenta años y he de decir que aún mantengo amistad con los chicos del grupo, eso sí, sólo por redes ya que cada uno de nosotros vivimos en sitios diferentes. 

Roky llevaba tiempo diciendo que necesitaban alguien como vocalista para el grupo, nos lo decía siempre que íbamos a verlos ensayar a la lonja. Todas las chicas íbamos allí para verlos. Un día decidí probar, la verdad es que me sabía todas sus canciones y muchas veces las cantaba en casa. Roky no quería ser el vocalista, no le gustaba y los demás la verdad es que no cantaban bien ninguno. Al terminar de cantar todos aplaudieron, mis amigas se levantaron de las sillas y todo. En fin, para resumir, que me convertí en la nueva vocalista del grupo «Sacio» que es como voy a llamar al grupo. El nombre era muy parecido la verdad, pero no es el verdadero. 

Todos los días ensayaba con ellos, yo me lo tomaba muy en serio, no soportaba llegar y que empezaran a beber litronas y a hacerse porros y eso, pero, en fin, yo era la última que había llegado y tenía que aceptar sus costumbres. Por supuesto no voy a contar que pasó día a día en nuestros ensayos y todo eso, sólo decir que la cosa fue muy bien. La verdad es que me adapté muy bien a lo que ellos pretendían y les daba un toque especial a sus temas. Fue pasando el tiempo y cada vez tocábamos en más sitios. La gente nos seguía por muchos sitios de los alrededores, en las verbenas éramos de los grupos que más solicitaban para tocar y así, poco a poco fui reconocida por muchos grupos de toda la provincia y más tarde por toda la comunidad. A ver…tampoco éramos un grupo como para dar el salto a la fama, pero nuestras canciones gustaban mucho. 

 

A medida que fue pasando el tiempo yo me sentía más importante en el grupo, en todos los aspectos y aquí viene el motivo de mi relato. Roky, Lanas, Mudo y Champi estaban colados por mí. Todos ellos competían, cada uno a su manera por llevarme a la cama alguna vez, en menos de un año me lo había hecho con los cuatro y entonces comenzaron los problemas. A decir verdad, a mí me gustaban todos, no sentía nada especial por ninguno de ellos y veía en el sexo una forma de estar más unidos. Pero ellos no lo veían así. 

Un día en la lonja, en los ensayos, estábamos esperando a que llegase Roky, aquel día iba a ser inolvidable. Llovía mucho, como tantas veces allí por el norte. Mudo se impacientaba por empezar a tocar. Champi no hacía más que ir de un lado a otro con un porro en la mano y Lanas me seducía a su manera sentados en un sofá. 

– Pero a ver…a ti ¿quién te gusta más?

– a mí me gustáis los cuatro así que déjate de chorradas.

– Pero alguno te gustará más…O no?

– Que no Lanas, que no. 

Champi y Mudo se unieron a la conversación sentándose a nuestro lado. Mudo fue directo, como siempre y dijo que yo había follado con los cuatro, cosa que en cierta manera me sorprendió y me molestó un poco. Pero era verdad. Me preguntaron en plan risas, quien era el que mejor follaba, con quien me había gustado más y un montón de cosas asquerosas en plan risas para ellos, pero no para mí, porque empezaba a sentirme incomoda de verdad. Lo cierto es que cuándo peor estaba la cosa Roky apareció al fin. Los chicos le contaron lo que estábamos hablando y Roky se unió al tema como si entre ellos ya lo hubieran hablado. Para resumir, estaban dispuestos a ceder, si yo elegía un chico. Todos habían firmado un pacto entre caballeros para respetar mi decisión. Curiosamente así tituló una canción el Mudo. Después de un buen rato, bebiendo y fumando comencé a sentirme excitada. Los chicos no hacían más que adularme y me sentía como una diosa entre ellos.

Recuerdo que fue Champi quien cerró la puerta de la lonja con llave. Luego Roky y el Mudo se pusieron a mi lado y empezaron a tocarme por todos los lados, me besaban, me tocaban y empezaron a quitarme la ropa. Sentí escalofríos, pero me gustaba, en verdad tengo que confesar que muchas noches había tenido esa fantasía, la de follar con todo el grupo. Pasado un rato estaba solo con mis botas altas y mis braguitas, los chicos me besaban y me tocaban. Ahora estaban los cuatro que se turnaban de sitio para tocarme. Sus manos me dejaban indefensa, entregada por completo lo único que salía de mi boca eran pequeños gemidos de placer cuando sentía una mano sobre mi culo u otra que me apretaba mis pezones a la vez que alguno de ellos me introducía su lengua en mi boca. Totalmente entregada caímos sobre las colchonetas que teníamos en la lonja, fuera llovía con más fuerza. Los chicos se fueron desnudando hasta que todos ellos estaban sin ropa, me quitaron las braguitas, pero me dejaron las botas altas de cuero negro a petición de Lanas que le ponía eso dijo. Me puse de rodillas y los chicos se pusieron de pie alrededor mío, comencé a mamar sus pollas sin prisa, uno a uno, mientras me agarraba a otras dos con mis manos dejando solo una libre. Fui como buena chica dando la vuelta a todas por igual, estaba chorreando de gusto la verdad, ellos no estaban insolentes ya, al revés, parecían entregados también, y se lo tomaban con seriedad, estaban excitados al máximo. Sus pollas parecían que iban a reventar en cualquier momento, pero fui capaz de contenerlos cuando veía que alguno se excitaba más de la cuenta y así no dejar que se corriera. Joder los cuatro tenían ardiendo su cuerpo. Después de una buena mamada empezaron a follarme por delante y por detrás a la vez dos de ellos mientras que los otros dos esperaban delante mío y se la mamaba a uno y al otro le intentaba hacer una paja, que con el movimiento era realmente difícil hacerlo. Se fueron cambiando y, aunque estaban haciéndolo realmente bien, éramos jóvenes cuando aquello, y uno a uno se fueron corriendo en mi cuerpo, unos lo hicieron en mi boca mientras se la mamaba, otro en mi culo y otro la saco de mi coñito antes de correrse en él. Ya se lo había advertido a los cuatro ni uno se corre dentro de mi coño, ni uno. Y lo cumplieron. 

Por supuesto no acabamos ahí, la tarde fue a más cada vez. Follé con Champi y Roky a la vez mientras Mudo y Lanas descansaban fumándose un porro. Luego lo hice con ellos dos y para terminar follé con Champi a solas ya que este parecía insaciable. Los dejé secos a los cuatro, quedaron exhaustos y a mí me dejaron como una piltrafa. Recuerdo que aquella noche después de ducharme en mi cama ya, al recordar y sentir, porque me dolía todo el cuerpo por dentro y por fuera, volví a masturbarme. Me convertí en una zorrita, sí, así es. Me gustó tanto aquello que sólo deseaba volver a repetirlo. Al día siguiente en la lonja nadie decía nada, hasta que yo tomé la palabra. Les dije que ya había decidido, todos quedaron a la espera y les dije que tenían que cumplir con su pacto a lo que ellos asintieron decididamente. 

– Los cuatro…quiero a los cuatro. Y si follo quiero hacerlo como ayer, con los cuatro a la vez. Y si lo hago alguna vez con alguno por separado por las circunstancias que sean, que ninguno sea tan estúpido de sentir celos ni nada. ¿Estáis de acuerdo?

Aquella propuesta les pilló por sorpresa, pero uno a uno fue asintiendo y firmamos con un brindis el acuerdo. Después follamos otra vez. Y así un montón de veces. Me vicie tanto al sexo en grupo que cuando lo hacía con alguno por separado notaba que me faltaba algo. No me satisfacía igual. A veces iba al cine con uno, otras iban a la disco con otro etc.…por eso mis amigas estaban un poco desorientadas y me preguntaban que con quien salía de los cuatro a lo que yo siempre contestaba lo mismo…con los cuatro. Ellas reían, pero era la realidad. Hasta que un día una de ellas nos pilló.

Fue después de una actuación que hicimos en un local. Mis amigas me dijeron que me esperaban en una cafetería ya que era el cumpleaños de una de ellas. Les dije que iría enseguida, pero lo que hice fue quitarme la poca ropa que me había puesto para ese concierto y que tenía a los chicos como locos. Allí mismo en el camerino que nos dejaron follé con los cuatro. Mientras se la mamaba a Lanas y Roky me follaba el culo como un animal entró Teresa una de mis amigas. Mudo y Champi se quedaron helados, mirando a la chica que quedó como una estatua apoyada sobre la puerta, allí vio a todos los miembros del grupo en pelotas. Conseguí salir de las embestidas como un resorte y me fui donde ella. La di una bofetada en la cara sin saber muy bien porque lo hice, pero recuerdo que se quedó paralizada mirándome. Sin más la besé, metí mi lengua en su boca y empecé a tocarla las tetas, Teresa tenía unas tetas increíbles por cierto super grandes. Ante mi sorpresa Teresa comenzó a gemir. Entonces Mudo se puso tras ella y empezó a tocarla y a desnudarla. La llevamos dentro y esta vez Champi cerró la puerta, no queríamos más sorpresas. Los cuatro chicos se la follaron como a una colegiala virgen. Yo me quedé al margen viendo el espectáculo y fue así como Teresa ingresaría en nuestro grupo como corista. 

Teresa está hoy en día casada, vive cerca de donde yo vivo y a veces quedamos, a ella no le gusta mucho recordar esa etapa, pero sé que cuando se lo recuerdo se remueve de gusto. Teresa se volvió una puta, fallábamos juntas delante de los chicos que eso le ponía a mil, y luego nos follaban a las dos sin parar. Durante más de dos años y medio fuimos el grupo musical y de sexo mejor de todos los alrededores, pero nuestras orgias nos la conocían nadie o al menos eso creíamos nosotros. Al parecer alguno se fue de la lengua y mis amigas se enteraron que en los ensayos no solo tocábamos música, sino que poco a poco se fue convirtiendo en una excusa para follar como locos. 

Por cierto, cuando nos fuimos separando, Teresa y yo fuimos pareja. A Teresa le iba mucho la marcha lésbica, y a mí ella me volvía loca. Hoy en día le he propuesto un montón de veces hacerlo juntas otra vez, pero es reacia, tiene miedo a volver a sentir aquellas experiencias que vivió. 

Cenicienta

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2 respuestas

  1. nindery

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