Por

Anónimo

abril 11, 2017

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La madurita del colegio

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Esta historia es fresca, reciente y todavía creo que en proceso. Esta semana mi sobrina empezaba las clases y la semana pasada había una reunión de padres para conocer a las maestras que iban a tener y para ir poniendo al dia a los padres con los materiales que iban a necesitar. Mi hermana y mi cuñado por cosas del laburo no podían asistir y ya que además de tío soy padrino me ofrecí a ir yo para sacarles un peso de encima. 


El dia en cuestión llegué y estaban los grupos bien marcados, claramente ya se conocían muchos, entre todos estaba una amiga mia con el marido; me acerqué a saludarlos y me puse a charlar con ellos y me fueron presentado a distintos padres y madres. Hasta que en un momento me la presentaron a ella, una señora calculaba yo en los 40/50, pelo lacio colorado, con un rostro lleno de pecas. Su cuerpo llamaba la atención un escote muy importante cubierto por una camisa blanca larga rematados por un jean ajustado que resaltaba una cola muy llamativa. No era delgada, era lo que diríamos una gordita hermosa, una mujer con curvas. Mis amigos me la presentaron como Ángela, y era la abuela de uno de los chicos que era hijo de madre soltera. Me saludó muy amable con un beso de esos ruidosos y pude sentir esos tremendos pechos en mi cuerpo. No lo voy a negar, el resto de la reunión no pude dejar de pensar en ella. Me ponía loco que pese a que había madres que con suerte llegaban a los 30 todas arregladas y mostrando todo su cuerpo yo no podía sacar de mi mente a esa madura.


Cuando al fin salimos de esa tortura me subí al auto sabiendo que cuando llegara a mi casa seguramente me haría una tremenda paja pensando en esa señora, incluso pensé que mal había estado en no preguntar su apellido para poder buscarla en Facebook, estaba en eso cuando la veo a ella en la parada esperando un colectivo. Dije “esta es la mia de conocerla un poco mas y recrear mas mi vista”, así que me acerqué, toqué bocina y bajé la ventanilla.


Yo: Ángela, para donde va? Quiere que la alcance?

Ángela: voy para Belgrano, no te quiero molestar.

Y: por favor Ángela, no es molestia no es tan lejos y acá va a esperar un montón con este calor.

A: bueno dale muchas gracias, pero por favor tuteame que me haces sentir mas vieja todavía.

Y: jaja esta bien, pero por favor como te vas a sentir vieja – mientras le abría la puerta y ella subía al auto.

A: y, viste, después de estar toda la mañana rodeada de veinteañeras y treintañeras la autoestima se golpea un poco.

Y: ay Ángela por favor, no tenés nada que envidiarle a esas niñas, espero no te ofendas y no sea muy lanzado de mi parte pero sos preciosa.

A: jajaja imposible ofenderse pero seguro lo decís solo para que yo me sienta mejor.

Y: nada que ver, decime para donde vamos.

Me dio la dirección y empezamos el viaje, no era muy largo, pero fuimos charlando y riéndonos todo el trayecto; en el medio me fue contando de su vida, era casada por segunda vez, el padre de su hija había fallecido cuando era muy chica y al poco tiempo ella comenzó a salir con un piloto de avión y se casaron para que su hija no creciera sin un padre. Su hija a los 20 años quedó embarazada y el padre de la criatura se borró, así que ella y su marido le daban una mano a la hija en la crianza y según ella eso la había avejentado un poco, aproveché esto para sacar info de su edad.

Y: perdoná que pregunte, obvio que estás en todo tu derecho de no contestarme, pero cuantos años tenés?
A: para nada, la semana pasada cumplí 60.

Y: no te creo – y era cierto la verdad que no parecía una mujer de 60 años.

A: no te hagas el tonto, en serio 60, querés que te muestre el documento? Jajaja.

Y: no, es que la verdad, no los representás para nada, te hacia como mucho de 45.

A: ay sos un dulce pero no me mientas, aparte además de arrugada estoy gorda ahora.

Y: como te dije antes, me pareces hermosa, afortunado tu marido.

A: porque?

Y: porque puede disfrutar a una belleza como vos.

A: me hacés poner mas colorada de lo que soy, vos deberías estar mirando a las chicas de tu edad, podría ser tu madre tranquilamente.

Y: pero no lo sos, por suerte jajaja.

A: es verdad, pero no, mi marido prefiere a las pendejitas que trabajan con él, a mi ni me mira – mientras decía esto pude ver que sus ojos se ponían cristalinos y una légrima caía – ay perdona no debería contarte esto, perdona.

Y: no pasa nada, no lo entiendo a él, un tonto que teniendo semejante mujer en casa se va a buscar a pendejitas que seguro no saben hacer disfrutar como vos.


Se dio vuelta me sonríó y volvimos a hablar de temas triviales hasta llegar a la casa, estacioné en la puerta para que pudiera bajar, se dio vuelta y se quedó mirándome unos segundos.

A: tenes planes para el almuerzo?

Y: ninguno por ahora.

A: querés almorzar? Mi hija esta en el laburo y el nene en el club y es un lindo dia para almorzar sola.
Y: coincido así que acepto la invitación, a donde querés ir?

A: a ningún lado; bajá, pedimos algo y comemos en el parque que está lindo.


La verdad que no esperaba esa invitación pero no pude negarme. Entramos en un hermoso chalet de Belgrano, estilo inglés, obvio había juguetes por todos lados.


A: vení, pasá; vamos a la cocina y pedimos algo, perdoná el desorden pero la chica que limpia está de vacaciones.

Y: no pasa nada, por suerte estamos en tu casa y no en la mia porque ahí si tendría yo que pedir perdón.
A: lo que debe ser ese lugar, aunque seguro debés recibir muchas visitas, y mas lindas que yo.

Y: no creas – la madurita me estaba tirando palos y yo no iba a dejarlos pasar aunque me dejara con las ganas – no son muchas, y lo que si es seguro que ninguna tan linda como vos.

A: no me digas así que lo voy a creer.


Pedimos algo de comida y nos fuimos al parque, hermoso con una pileta bastante grande y mucho verde, me preguntó si tomaba cerveza, acepté y trajo dos porrones de Corona, estuvimos charlando de cosas hasta que llegó la comida, todo transcurría tranquilo, las indirectas y no tan indirectas siguieron hasta que terminamos de comer.


A: te molesta si te dejo solo un ratito? Me quiero cambiar porque sino después cuando llegue el enano me vuelve loca y estoy demasiado arreglada para mi gusto.

Y: para nada, una pena porque así sos lo mas lindo que hay para ver acá.

A: ah si? Bueno, dejame ver si puedo mejorarte la vista.


No habrá pasado ni 20 minutos cuando vuelve a aparecer, traía un short de tela que apenas tapaba su cola y una musculosa blanca de algodón muy sencilla, enseguida noté que no tenía corpiño porque se dibujaba el contorno de sus aureolas y los pezones.

A: creo que por tu cara la vista nueva no esta nada mal.

Y: para nada, pero no sé si pedirte que te cambies, porque no voy a resistirme de abalanzarme sobre vos.

A: en serio? – apoyó sus manos en mis muslos y acercó su cara a la mia quedando sus labios a escasos centímetros, y dejándome ver su hermoso escote- y que te detiene? 


Ante esto no me resistí y la besé, fue un beso apasionado, sus manos agarraron mi cabeza y se enredaron en mis pelos, las mías recorrieron su cuerpo, hasta llegar a su cola, la atraje hasta mi y se sentó sobre mis piernas.


Le saqué la remera y empecé a besar esas tetas hermosas eran grandes, no entraban en mis manos, sus manos me empujaban a ella hasta casi no dejarme respirar, y empezaba a mover la cintura rozando su pelvis con mi pija que ya estaba durísima. Saco mi remera y ahora fue ella la que empezó a besar mi cuello, y mi pecho, salio de encima mío… y se puso entre mis piernas, por suerte decidió sacar mi pija de su encierro porque lo estaba sufriendo, cuando la tuvo en sus manos me miro a los ojos.


A: hace mas de un año que no toco una pija, y la tuya esta hermosa pendejo.

Y: uh me calienta mucho que me digas pendejo.

A: sos un pendejo y siempre quise cogerme un pendejo, quiero ser tu puta pendejo.


Dicho esto le pasó la lengua desde la base hasta la punta y se la metió en la boca, realmente nunca me la habían chupado así, lo hacía increíble, muy suave por momentos y rápido por otros, me miraba y gemía, podía sentir el vibrar de sus gemidos en mi pija. Estuvo así no mas de cinco minutos y realmente no aguantaba mas, sentía que iba a acabar, se lo dije y en vez de detenerse dejó la punta de mi pija en su boca y empezó a masturbarme muy despacio mientras su lengua jugaba con ella dentro de su boca. Empecé a acabar, podía sentir como los chorros de leche golpeaban su garganta y ella no se detuvo en ningún momento, siguió chupando y lamiendo hasta que me la dejó totalmente limpia y brillosa sin ningún rastro de mi acabada.


A: mmm… pendejo que rica que estaba tu leche, hace cuanto que no tomaba lechita.

Y: te juro que nunca me habían chupado la pija así, pero ahora veni, me toca a mi.


La puse de pie y cuando estaba por empezar a bajar su short me dijo que la dejara a ella, podía ver que tenia todo el shortcito mojado. Se dio vuelta y empezó a bajárselo, dejando su culo de frente a mi, era gordo hermoso daban ganas de darle chirlos. Quedó ante mi un culote de encaje negro que no hacía mas que hacer mas hermoso ese culo, la di vuelta y por sobre la tela comencé a besar la zona de su pelvis, estaba empapada y con un aroma delicioso. Mientras hacia esto ella empezó a bajar su culote, quedo ante mi una mata de pelos colorados.


A: disculpa bebé no esperaba tener intimidad, para la próxima te prometo que no va a haber pelitos.

Y: no me molesta hermosa, al contrario, me conformo con que haya próximas.


Acerqué de nuevo mi cara a su pelvis, absorbí el aroma de su sexo y empecé a besarla mientras mis manos apretaban los cachetes de ese culo hermoso. La hice sentarse en la silla y fui yo ahora el que se arrodilló, abrí sus piernas, tenia una conchita carnosa con labios que parecían una mariposa, la recorrí con mi lengua en dos oportunidades y luego traté de meterla en lo mas profundo de su interior, luego pasé a chupar su clítoris que estaba sumamente hinchado, y muy sensible porque me agarró de los pelos y me empujó contra su concha, ahí estaba yo arrodillado comiéndome la concha de una mujer madura, casada, insatisfecha. Empecé a jugar con uno de mis dedos en su concha y no tardó en llegar a un orgasmo increíble que mojó toda mi cara.

A: acostate en el piso pendejo, necesito esa pija ya.

Y: no sé que estas esperando.


Me acosté y ella se subió sobre mi en cuclillas, agarro mi pija que ya estaba durísima de nuevo, la acercó a su concha, jugó un par de veces con la punta y empezó a bajar, podía sentir como iba entrando hasta que llego al fondo; se empezó a mover muy suave al principio, para luego ir subiendo de a poco el ritmo, el ruido de su culo golpeando mi pelvis y sus gemidos era algo increíble, estuvo un rato largo así hasta que de pronto salió de encima mío…, y tocándose el clítoris explotó en un orgasmo; un chorro claro salió expulsado de su sexo y me mojó entero, se dejó caer sobre mi, la levanté y la llevé a un sillón de jardín tipo mimbre que estaba al costado. La acosté sobre eso y empecé a cogerla muy suave hasta que recuperó el aliento, y entonces empecé cogerla fuerte, no me faltaba mucho para acabar cuando se puso en cuatro y se la metí a fondo, no me movía ella lo hacia increíble.


Y: putita voy a acabar no aguanto mas.

A: acaba bebe lléname de tu leche quiero esa leche de pendejo adentro mío…

Y: que abuela putita que me encontré.

A: si pendejo soy tu puta cogeme, quiero tu leche.


No pude aguantar mas y empecé a acabar, no se si fue mi leche pero ella empezó a acabar al mismo tiempo aprentado mi pija muy fuerte y mojándome todo de nuevo; caímos los dos sobre el sillón; mi pija seguía dentro de ella, y fue saliendo a medida que perdía dureza. Cuando me levanté la imagen era increíble, por sus pelitos colorados caía a gotas mi leche y se podía ver como iba saliendo de esa linda conchita.


Cuando recuperó el aliento se sentó, me miró, agarró mi pija que ya estaba flácida, se la metió en la boca y le dio un beso.


A: me encanto pendejo hacia mucho que no me cogian así y nunca pensé que iba a volver a coger así, menos que iba a estar con alguien que no fuera mi marido.

Y: a mi también me encantó, y yo que pensaba que ir a la reunión de padres era un embole.

A: viste, veni vamos a bañarnos somos un asco y en un rato ya va a llegar mi nieto.


Nos metimos juntos en la ducha, si desnuda era hermosa, su cuerpo mojado era increíble, nos enjabonamos mutuamente, y en eso mi pija se volvió a poner dura, se dio vuelta, levantó el culo y me dijo “dale pendejo cogeme de vuelta llename de leche que quiero mas”. La cogi fuerte y acabé enseguida, ella no había acabado así que me arrodillé y empecé a chuparla y a meterle mis dedos hasta que finalmente acabó.


Nos despedimos entre besos, me dio su numero y yo le di el mío…, pero no había hecho ni diez cuadradas cuando me llegó su solicitud de amistad, que obviamente acepte al instante. 

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2 respuestas

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