WHANESSA…….DOBLE PERSONALIDAD   …..POR   MAPMAKER,

En la oficina la observo; es la auténtica imagen de la formalidad y la seriedad; sin indicios  que revelen la sensualidad que manifiesta en la intimidad. La transformación es increíble, es como si emergiera otra personalidad al estar en un ambiente privado, libre de prejuicios y tabúes.

Las palabras están de más; sólo se escuchan las respiraciones que aumentan de tono a medida que el deseo va creciendo convirtiéndose en gemidos acompasados hasta llegar al éxtasis.

Se entrega por completo, exponiendo su sexo a mi antojo, brindándome su cuerpo para que lo tome como desee; sin timidez alguna; disfrutando las caricias que le proporciono.

Es como si poseyera una muñeca delicada, sintiendo las palpitaciones de su cuerpo, el aceleramiento de los latidos de su corazón al aproximarse la culminación de los deseos retenidos en su cuerpo y en su mente.

La tensión que mostró la primera vez que tuvimos sexo desapareció por completo; solamente el pasar mi mano por su pubis y rozarle el clítoris  va encendiéndola de  pasión; su respiración se enronquece, sus pezones se inflaman y su vulva se humedece con los efluvios del deseo.

La penetro lentamente deleitándome con los pliegues de su vagina, notando como su pecho se expande con respiraciones profundas; las secreciones de su vulva lubrican mi miembro escapándose  y mojando mi escroto.

Acelero mis movimientos al sentir que está llegando a la cúspide de la pasión, sus manos se aferran a las sábanas mientras arquea su cuerpo; mi pubis choca contra su clítoris estrujándolo; ella sacude la cabeza como posesa y en un arranque desenfrenado suelta las sábanas y se aferra con desesperación a mi cuerpo.

Siento sus uñas arañando mi espalda;  esta sensación actúan como un detonante para que expulse mi semen dentro de su ardiente túnel; uno, dos, tres, cuatro potentes chorros de esperma; sus labios chupando mis tetillas mientras los estertores de su venida van disminuyendo.

Desfallece sobre el lecho; me despego de su cuerpo y observo su vulva chorreante de jugos, me inclino sobre ella doblando sus rodillas sobre su pecho exhibiendo su gruta en todo su esplendor;  acerco mis labios a su rezumante sexo.

Empiezo a libar del manantial de aquel néctar  limpiando cada pliegue con mi lengua; siento su excitación renacer a cada caricia que le proporciono; me apodero del clítoris que comienza a crecer, mi lengua entra y sale de su gruta mientras mis labios atrapan el erguido apéndice chupándolo sin cesar.

Sus manos se aferran a mis cabellos restregando su sexo en mi cara mientras violentas contracciones se suceden en su cuerpo producto de una nueva explosión orgásmica.

Así permanecemos mientras limpio los últimos rastros de secreciones de su sexo.

Mantengo sus piernas agarradas; coloco mi miembro a lo largo de su sexo y empiezo a friccionarlo en el mojado canal, mis testículos golpean sus nalgas mientras el glande roza inclemente el erecto clítoris; continúo así causándole sensaciones desconocidas.

Desesperada baja su mano y se introduce el falo dentro de la vagina; la ensarto hasta la base; la posición la mantiene indefensa; la empiezo a copular con ternura; sacándosela toda para nuevamente dejársela ir hasta el fondo.

No soportó la intensidad de  la penetración, los testículos chocando contra su ano empapado; la fricción sobre su clítoris la llevó al borde del delirio;  arqueó su cuerpo, puso los ojos en blanco y se derramó en cálidos efluvios mientras sus palpitaciones internas me llevaban a otra potente eyaculación.

Se tiende boca abajo sobre el lecho; la observo. Bajo sus pequeños glúteos se deja entrever la raja vaginal; suavemente  masajeo  sus nalgas acercando mis dedos a la húmeda abertura; la siento reaccionar al contacto.

Empieza a elevar su trasero buscando más caricias; la elevo a la altura de mi miembro; la cabeza del glande se impregna de su viscosa secreción recorriendo desde el ano hasta topar con el carnoso clítoris.

La siento gemir; oprimo sus gruesos pezones a la vez que la penetro  completamente; siento su cuerpo estremecerse al sentirse nuevamente acoplada; empiezo a embestirla rítmicamente; sacándole el falo hasta el cuello del glande para introducírselo todo.

Su respiración se hace más pesada y sonora; veo como engulle  el miembro asumiendo el balanceo de sus glúteos; me quedo inmóvil contemplando su fantástica pose; el miembro templado al máximo aparece y desaparece en la ardiente cavidad.

Es la viva imagen de la concentración, disfrutando el pene en toda su dimensión, la cabeza echada hacia atrás, respirando por la boca, los ojos cerrados, las manos firmes impulsándose hacia al encuentro de mi pene.

Sus movimientos aumentan señal de un orgasmo colosal; empiezo a embestirla al sentir que la esperma es bombeada por mi uretra inundando la ardiente vulva y con gemidos acompasados nos corrimos los dos. Fue la cuarta  posición en que hicimos el amor.

Quedamos desfallecidos, mi falo en su interior botaba los últimos chorros de semen; me quede profundamente dormido; al despertar estaba solo; ella se había marchado; palpé la humedad en las sábanas y continué durmiendo.

Al día siguiente al entrar a la oficina,  doy los buenos días,  ella me responde sin mirarme más no me importa, sé que cada vez que me ve,  recordará  sesión de sexo que tuvimos y que querrá volver a repetirla en cualquier momento.