mayo 4, 2022

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Paqui, mi vecina secreta

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Soy Pedro, vivo cerca de Barcelona y espero que disfruteis de mi primer relato.
La història paso cuando yo tenía 20 años (ahora casi 40) y aún vivía con mis padres. La Paqui era una señora de unos cincuenta y pico, vecina puerta con puerta. Era una currante (turnos limpiando oficinas y escaleras de mil horas), pero un desastre a nivel personal: madre cuando casi era adolescente, un imán para tios conflictivos que o bien la maltrataban o bien se quedaban con su dinero… en fin.

Mi madre la escuchaba mucho y ella nos tenía mucha confianza. Su hija era una nini que iba de novio en novio y la verdad no sabiamos ni donde vivia. Asi que Paqui estaba sóla.

Físicamente no era espectacular: ojos achinados, pomulos bonitos, poco pecho. Pero las caderas y el culo… ufff eran brutales. Siempre vestía de leggins o chandal, pero se le marcaba bien el culazo y el encaje de las bragas o tangas. Aunque cuando lucía mejor era cuando se iba de fiesta, cosa frecuente pues le encantaba bailar y ligotear en esas salas de baile de puretas. Los domingos antes de irse siempre picaba a la puerta para hablar con mi madre. Yo estaba siempre atento para abrir la puerta y verla en esos vestidos extremos de lentejuelas, minifaldas y tangas marcandose en ese culo enorme. Siempre hacia algun gesto que luego alimentaba bien mis pajas.

En aquella época los vecinos nos conociamos y no era raro tener las llaves por si hacía falta hacer algun favor. Durante el tiempo de esta historia, Paqui tenía un gato. Con sus horarios y su caos, muchas veces nos pedía dejarle comida en el lavadero. Esa faena, evidentemente caía en mí, el último mono.

Las primeras veces lo hice rápido, pero un día me entretuve algo más. De la lavadora, al lado del bol del gato, salía ropa de la colada, pendiente de lavarse. No pude evitar abrir la puertecita ya medio entreabierta. Ahi estaban, enredadas, unas bragas rosas, medio de encaje. Eran tipo tanga. No pude evitar por morbo, cogerlas, acercarlas a mi cara y olerlas. Tenían una buena mancha de flujo ya seco, y olían a sexo de mujer, a sudor y a orin. La mezcla me encantó. A partir de ese dia fui ganando confianza, y al entrar no podia evitar revisar donde habia dejado sus bragas del dia anterior. La mayoria de veces en la lavadora, otras en el cubo de ropa sucia del lavabo. Si no encontraba, cogia unas limpias y las chupaba. Fantaseaba con correrme un dia en ellas, pero jamas me atreví por miedo a que me pillara.

 

Un dia, sin embargo, paso algo brutal. Oí el portazo habitual de Paqui desde el comedor de mi casa. En dos minutos ya estaba con la llave en su puerta. Últimamente ya ni picaba al timbre, pues sabia de sobras que no habia nadie, excepto el gato. Al entrar ya me seguía pues sabía que lo primero que hacía era dejarle la comida. Lo estaba cebando pobre. Ya en el lavadero me dirijí a la lavadora y al agacharme oí un ruído que venía del pasillo. Me quedé helado. Esconderse sería peor así que opté por decir:

-hola?

-quien eres? – Dios, era Paqui desde las habitaciones!

-soy Pedro, el hijo de los vecinos, eh, he venido porque he oído ruido y pensava que el gato habia roto algo (acerté a decir rojo como un tomate).

-pues ni me he enterado… acaba de salir mi hija a comprar. Pasa anda que me ayudaras.

Avancé algo más relajado por el pasillo oscuro hasta una de las habitaciones. Ahí estaba Paqui, con una especie de camisón de algodón blanco y con una caja de ropa en la mano. El camisón era más bien una camiseta grande de esas tan noventeras.

-La guarra de mi hija ya lo ha vuelto a dejar con el novio. Le ha puesto los cuernos con su primo…y ahora otra vez aqui, hay que joderse.

Paqui era un poco basta hablando, pero en ese momento no estaba yo para escuchar mucho. Se puso a subir la caja al armario ropero y ahi se le levantó la camiseta, dejandose ver medio culo. Llevaba unas braguitas blancas todas de encaje, unas que no tenía vistas. Flipé al ver ese culazo tan cerca, incluso me agache para mirar mejor. Entonces me pilló mirando.

-pero bueno Pedrito! – asi me llamaba pues era casi como un hijo suyo. – me estabas mirando el culo? Que no tienen culo tus novietas?

  • no tengo novia ahora, pero vamos, no tienen este culo.   -mi senténcia de muerte firmé.
  • No te gusta ? – La cabrona ahora si que me tenía temblando.
  • Sí, sí, me encanta. Es grande.

Sin cortarse un pelo la señora se volvió a girar y esta vez con intención se levantó la camiseta y se agacho para enseñarme bien las nalgas. Estabamos bastante cerca, asi que me arrodillé. Creo que eso le gustó porque dió dos pasitos de espaldas para ponerme el culo a diez cm de la cara. Aún recuerdo el olor y la imagen, en encaje, se veía  bien las dos nalgas y el coñazo se adivinaba asomando por debajo de la tela semitransparente. Fué la primera vez que alguien se sentó así en mi cara. Me encantó. No perdí el tiempo y así de rodillas, separé un poco sus nalgas. Se tragaban literalmente las bragas blancas, así que las aparté y al instante asomó el agujerito y ese coño gordo y mojado. Olía genial a sexo y a sudor. Metí boca y metí dedos los que pude, porque ella hacia el ademán de sentarse y no me dejaba lugar.   Uno de los dedos no fué al coño sinó al culo, y dió un paso atras. 

-menudo chaval tengo aqui… que buscas? Te gusta mi chocho sucio de toda la noche? Ven anda.

 Me incorporé y asistí atonito a cómo se tumbava en la cama (de su hija para mas morbo), se bajaba las bragas y me mostraba ese coño enorme e inflamado. Me pidió que se lo comiera y de nuevo me apretaba con sus manos hasta casi ahogarme. Yo de rodillas al pie de la cama me dí un festín. Morreo, escupir, chupar, succionar. Dedos y respirar. No podía más de la excitación y el precum ya me mojaba el chandal. Entonces empezó a gemir flojito, y a apretar bien las piernas. Ahí hice fuerza yo, abriendoselas y enterrando la boca, mordisqueando clitoris. Y explotó. No sé si fué un squirt o directamente se meó mientras se corría en mi cara. Quedé empapadisimo y cachondo. Me incorporé a besarla y ella se relamió.

  • me encanta el sabor de mi chocho…- asi me lo soltó.
  • Y a mi ni te imaginas

Entonces me miro el pantalón y me dijo:

-si eres rápido te la chupo niño, que mi hija ha ido al super y tiene que volver…

Ni respondí, me bajé el pantalòn y se la trago entera. La boca caliente, experta y con ganas de agradar me hizo una mamada rica. Y breve porque me corrí rapidisimo. 

-dame esa lechita joven anda…me apetece desayunar.

Se trago todo el semen que pudo. El que le cayó por la cara lo recogió con las bragas.

Nos estabamos morreando cuando se oyeron las llaves de su hija en la puerta.

Fijo que al entrar a la habitación olió a sexo o al dormir encontró algo de flujo o semen en la almohada.

Jamas hablamos del tema y jamas volvimos a follarnos ni nada. Quedo allí para nuestro disfrute. 

Algunas veces entré a dar de comer al gato y siempre encontré bragas mojadas justo al lado del bote de comida. Ese era el pago supongo.

Espero que lo disfruteis tanto cómo yo lo hice. Desde entonces, me flipan las mujeres mayores. Ya os contaré…

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Una respuesta

  1. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

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