
Por
Anónimo
Mis deliciosos violadores
Pensé que jamás otro que no fuera mi marido llegaría a cogerme del modo como solo en nuestras fantasías había sucedido, hoy que se los cuento mi marido ni se imagina que sus fantasías de que otro me coja ya se hizo realidad aun en contra de mi voluntad, sin haberlo premeditado. Pensándolo bien creo que a mi marido hasta le gustaría que se lo confesara pero hasta hoy no me atrevo por pudor y vergüenza.
Siempre habíamos fantaseado con tener relaciones en un trío, teníamos, mi marido y yo, hasta 4 o 5 habituales amantes en nuestras noches de sexo plagado de fantasías diversas. Y precisamente fue uno de ellos acompañado de otro quienes abusando de mi me dejaron finalmente completamente satisfecha.
Cuando lo pienso creo que inconscientemente yo induje a que hacer realidad esto que sucedió así:
Eran las 2 de la madrugada en nuestro tranquilo pueblo, mi esposo y mi hija de 16 años se encontraban en ese momento en una fiesta de 15 años a la que yo por algunos problemas no había asistido, Hasta esa hora yo había estado en la casa de mi hermana, mi hijo de 13 años decidió quedarse a dormir con su primo en casa de mi madre (su abuela) y yo sin mayores temores me fui a casa a descansar, mi esposo y mi hija de seguro tardarían por lo menos unas dos horas mas en llegar.
Las dos calles que tuve que caminar para llegar a casa estaban casi desierta, el pueblo era por demás tranquilo, en la esquina para doblar a mi casa, fuera de su casa estaba Orlando fumándose un cigarro, me saludo como siempre, yo le contesté y seguí mi camino hasta llegar 20 mts mas allá a mi casa donde entre cerrando la puerta tras de mi, me dirigí a mi cuarto, prendí la tv mientras me cambiaba para dormir, me puse un buzo por el frió y sobre todo porque estaría sola sin mi marido en la cama, todo parecía normal, mientras me acostaba cubriéndome con una frazada, había un concurso de llamadas en la tv y estaba aburrida pero había que estar así, por el temor de quedarme a oscuras.
Habían pasado quizás unos 15 minutos cuando tocaron suavemente a la puerta, no lo oí bien y espere a que volvieran a tocar y así fue, me levante renegando un poco pensando que era mi esposo o mi hija que venían a algo a la casa, abrí la puerta confiada sorprendiéndome al ver frente a mi a Orlando que algo nervioso me dijo:
Florencia, puedes prestarme 20 soles hasta la próxima semana?
Yo acostumbraba prestar dinero con un porcentaje de interés como ganancia, eran muchas las personas a las que les hacia ese servicio y ya hasta en tres ocasiones si mal no recordaba le había prestado a Orlando y el siempre había sabido cumplir con pagarme.
A estas horas vienes a molestar le dije en tono de broma, sin reparar en la hora inadecuada que era y menos sospechar nada malo.
Ya pues Florencia, dijo algo nervioso y ni siquiera me importó el porque de su nerviosismo.
Seguro quieres para irte a tomar no?, – No es para eso, dijo.
Espera un momento, le dije, mientras sumamente confiada y sin cerrar la puerta eché a caminar hacia dentro de mi casa para sacar el dinero que le daría como préstamo, entre a mi cuarto y de mi ropero, saque los 20 soles que necesitaba, estaba guardando el resto de mi dinero cuando un ruido me hizo voltear intempestivamente, era tarde, los brazos de Orlando me habían cogido abrazándome con la fuerza suficiente para inmovilizarme.
Que te pasa, le dije al reconocerlo mirando de reojo por sobre mi hombro, enseguida empecé a temblar asustada.
No te asustes Florencia, dijo- casi tembloroso.
Forcejee un poco y el apretó un poco mas sus brazos alrededor de mi
¡Suéltame carajo!, dije molesta � pensaba que talvez enojarme lo amedrentaría.
Sentí que me sujetaba con mas fuerza mientras su cuerpo pegado completamente a mí, me sujetaba, no había que ser adivina para saber lo que pretendía, mucho mas después de sentir casi sobre mis nalgas el bulto que hacia su verga por sobre su pantalón y la tela de mi buzo.
Has cerrado la puerta � lo escuche decir �
Ahora me asuste mas, no estaba solo, ¿quién será, me pregunte?.
Giré sujetada como estaba como queriendo saber quien estaba con el aun con Orlando abrazándome por detrás y no lo vi, había ido a asegurar la puerta.
Que te has creído idiota dije asustada y molesta
No te preocupes Florencia, no te vamos a hacer nada malo � dijo sin soltarme
Mi marido va a llegar en cualquier momento, dije aun sabiendo que eso estaba muy lejos de suceder.
Entonces vi entrar a Jhonatan.
Jhonatan era un jovencito algo moreno de 18 años, algo desarrolladito, tenia una joven enamorada a la que ya había embarazado y siempre yo había sabido hacer bromas con el respecto a su enamorada con algo de confianza sin imaginar nunca nada malo de el. Orlando debía tener 24 años, era joven aun para mi 40 años.
Debo contarles que hace algunos años atrás a mi esposo se le ocurrió un día meterlo a casa y esconderlo dentro de nuestro cuarto cuando el quizá tenia 17 años para que nos viera cachar, no se como pero lo llegué a descubrir a tiempo y aunque no llego a ver demasiado de mi pienso que esa tontería estaba dando sus frutos recién ahora.
Que haces tu aquí baboso de mierda. Dije refiriéndome a Jhonatan, casi estaba a mi lado
Nada � alcanzo a decir, le di una patada que alcanzo a esquivar, entonces con mas fuerza Orlando me volteo sin soltarme como si yo fuera nada.
Yo era a pesar de mi años y de mis tres hijos, delgada, bajita,
Me forzó aun a pesar de mi resistencia a dar los escasos pasos que faltaban para llegar a la cama, aunque la verdad es que casi me llevaba en peso.
Déjame Orlando, te vas a joder conmigo � dije furiosa y mas temerosa
No me hizo caso alguno
Apenas llegamos al pie de la cama, me tiro sobre ella sin soltarse de mi, cayendo su cuerpo sobre el mío y yo de cara sobre la cama, hice otro intento por soltarme en esa posición aun con mas dificultades e imposibilidad, ahora después de ese breve forcejeo, me tenia siempre en esa misma posición con sus dos manos sujetándome a la altura de mis hombros ahora estaba sentado sobre mi a la altura de mi trasero y mi cintura aplastándome con la fuerza suficiente para mantenerme inmovilizada.
Ven, dijo Orlando, de seguro refiriéndose a Jhonatan que al parecer estaba no muy decidido a hacer lo que estaba haciendo.
Por favor, suplique ahora casi a punto de echarme a llorar, porque me hacen esto, mi esposo va a llegar en cualquier momento y no se que va a pasar, dije- con la única intención de que pensaran en esa posibilidad y se asustaran y se fueran
No te preocupes Florencia, de verdad que no te vamos a hacer daño dijo Orlando, con la voz temblorosa no se si de algo de temor o emoción.
Quítale el buzo, jala, le escuche decir a Orlando
En seguida las manos de Jhonatan cogieron mi buzo a la altura de mi cintura empezando a bajármelo.
No, por favor no, deténganse por favor, dije tratando ahora si de conmoverlos, soltando apenas unas lagrimas de rabia e impotencia � pero nada los haría detenerse.
En contados segundos sentí crisparse la piel de mis nalgas que ya habían quedado libres de mi buzo dejando solo mi pequeña trusa rosada que llevaba esa noche tapando mi desnudez.
Sácaselo todo � dijo Orlando � Jhonatan que había dejado mi buzo a la altura de mis tobillos me lo terminó de sacar.
Apúrate � dijo Orlando
Por favor no, por favor, dije casi resignada a lo que de seguro pasaría
Jamás otro que no fuera mi esposo había entrado en mi intimidad, y ahora estaba por experimentar una violación que alguna vez había sido parte de nuestros juegos fantasiosos
De pronto sentí las manos de Jhonatan disponiéndose a quitarme esta vez la trusa y no tardo ni tres segundos, me ruborice en mi posición sabiéndome observada desnuda de la cintura para abajo por Jhonatan y Orlando que de seguro tenia desde su posición sus ojos puestos en mi desnudez.
Apúrate � dijo otra vez Orlando, sube ya
La cama soporto el peso de Jhonatan al subir a la cama.
Mi poca resistencia no pudo evitar que me abriera las piernas mientras se colocaba en medio de ellas. Espera, espera – dijo Orlando- cuando ya sentía a Jhonatan posicionándose sobre mi – métele la lengua para que este mojadita.
Obediente a su jefe � en pocos segundos abriéndome las nalgas con ambas manos en un modo grosero empezó a lamer mi concha de arriba abajo que hasta ese momento estaba sequita, sus salivas humedecieron mis labios vaginales.
No, no lo hagan, ya paren, mi esposo va a llegar, por favor Orlando ya basta, déjenme.
Sigue, sigue hombre, te gusta o no? Que rico culito tiene no, métele la lengua al culo también, ábreselo, comete su culito, mmmmmm, de seguro Orlando estaba relamiéndose mientras veía como Jhonatan me comía la concha. Debo confesar que con la lamida que me estaba haciendo Jhonatan, aun en contra de mi voluntad me iba calentando.
No, no, ya no, para Jhonatan por favor � decía yo � aun con la seguridad que ya no pararían.
Jhonatan quito su cara de mis nalgas, me abrió las piernas, enseguida sentí su verga en la entrada de mi concha, rozo mis labios vaginales húmedos mas por la saliva que por mi excitación temprana, parecía un hierro caliente que se alojo en la entrada mientras una de sus manos abría mis nalgas para entrar en mi intimidad con mayor facilidad.
No, no Jhonatan, no me hagas esto, por favor � suplique creo que para demostrar que aun estaba en contra de lo que estaba sucediendo.
Mmmmmm, no pude evitar escapar un gemido silencioso al sentir como la verga de Jhonatan de un solo golpe se había metido completamente en mi concha llenándome toda y haciendo que me mordiera los labios para evitar gritar no se de gusto o disgusto
uuuuuummmmm, gimió Jhonatan al haber alcanzado enterrarme su verga.
Se quedó un momento inmóvil degustando el placer de su plena penetración, mmmmmmm
Apúrate � se escucho a Orlando �
Entonces Jhonatan empezó a meter y sacar su verga a una velocidad considerable, haciéndome rápidamente estremecer, no cabía duda la verga que tenia entrando y saliendo en mi concha era mas gorda y hasta mas grande que la de mi marido.
Mmmmmmmmm, ya bastaaa, ya parenn, ammm, ammmm por favor, casi me resultaba difícil hablar o quejarme por los movimientos de Jhonatan y por como la cama se movía.
De pronto, Orlando se quito de encimo mío pero sin dejar de sujetarme los hombros para no intentar voltear, de rodillas sobre la cama a mi costado tenia mejor panorama del espectáculo.
Mmmmmm, aammmmm, mmmmmmmm, gemía sin poder contenerme ya que no podía detener mi respiración al estar callada, una mano de Orlando alcanzo mi trasero estrujándomelo mientras Jhonatan no paraba, habían pasado tal vez tres minutos desde que me lo metiera cuando inicio su cabalgada final dentro de mi encharcada concha que ahora si de derretía de gusto, un gusto que yo trataba de no demostrar.
La velocidad de Jhonatan era hasta asombroso, cuando de pronto se salio la pinga de mi concha para casi alojarse en mi culo que ya estaba mojadito. AAGGGMMMMM , casi grite al sentir el grosor de su glande depositarse en mi ano.
Que pasa � dijo Orlando -se lo he metido por el culo. dijo Jhonatan. Pero ya se lo saque.
Creo que me había metido solo el glande de su verga pero en seguida me lo saco y me lo volvió a meter a la concha y aumento su alocada velocidad
Ammmmm, ammmm, me voy a venir ya � dijo Jhonatan � aaahhhhhhhh
Ahhhhhhmmmmm y solto dentro de mi su lava ardiente y copiosa
Aaaahhhhhhhhhmmm aaahhhhhh, nooooo, noooooo – gemí al sentir como la leche laceraba mis adentros, su descarga parecía interminable, mientras no dejaba de meter y sacar y menearme su verga dentro de mi concha, aun en contra de mi voluntad me estremecí por el placer prohibido que estaba experimentando. Orlando no pudo menos que darse cuenta de mi vencida voluntad y comento.
Orlando había dejado de sujetarme, en ese momento sentí como la pinga de Jhonatan salía de mi concha aun sin haber perdido su dureza, quedé tendida en la cama sin que nadie me sujetara. El pudor me hizo quedar quieta como estaba, sin la intención de aprovechar para levantarme. Era tal mi vergüenza que juntando las piernas solo atine a esperar no se que, mientras sentía como desde dentro de mi concha se escurría la leche que Jhonatan había descargado, entonces unas manos me tomaron por un costado de la cadera y sin mucho esfuerzo me hicieron girar sobre la cama quedando esta vez de espaldas en la cama, apenas me voltearon cerré los ojos para ocultar mi mirada de mis violadores.
Ya no tenia reacción o no quería resistirme ya, algo en mi interior me decía que seria mejor seguir pareciendo victima, cerré aun con mas fuerzas las piernas mientras lleve instintivamente mis manos hacia mi entrepierna tapando mi intimidad que ya había sido profanada. Las manos de Orlando, lo deduje, fueron hasta la chompa que tenia puesto hasta ese momento queriendo sacármelo, una de mi manos reaccionó intentando detenerlo.
Agárrala � dijo Orlando � entonces las manos de Jhonatan me sujetaron mientras Orlando termino en un santiamén de sacarme la chompa dejándome ahora si completamente desnuda, Jhonatan no soltó mis manos y con los ojos cerrados tuve que resignarme a sentir las manos de Orlando abarcando cada uno de mis pequeños senos.
Mmmmmmm, podía oír como se deleitaba Orlando estrujando mis tetas.
Recuerdas que una vez estuve aquí en tu cuarto, recuerdas que tu marido me metió porque quería que los viera cachar, Decía mientras no soltaba mis tetas, pellizcando suavemente mis pezones, recuerdas como te tocaba los pies, pero yo quería tocar tu culo y tu concha pero no podía, recuerdas como tu esposo estaba sobre ti con la pinga dentro de tu concha, apenas alcance a ver los pelitos de tu concha, recuerdo que ese día me hice una paja tremenda, tu marido me contaba tus cosas para excitarme, me contó que habías soñado alguna vez conmigo y que me tenias ganas porque le habían dicho que tenia una pinga grande y que soñabas que te la metía por el culo, porque te gustaba la pinga por allí, el te lo mete siempre verdad?.
Mi silencio le dijo que era verdad, porque lo era, era lo que me fascinaba, claro que recordé todo eso, era cierto eso de que mi marido le contaba cosas inventadas de mi solo por el hecho de excitarlo.
Finalmente para no sentirme culpable lo culpe a el, para sentirme un poco mas suelta.
No pude menos que quedarme callada, mientras ahora mas decidido Orlando llevo su mano a mi entrepierna para con algo de brusquedad, excitado, me cubrió con su mano toda la concha aun mojada, dame algo para limpiar- dijo, al momento con alguna prenda en la mano, empezó a secarme la concha hasta dejármelo seco.
Abandonando mi silencio solo atine a decir por ultima vez. ya déjame Orlando, ya vete, abrí los ojos sin poder soportar la oscuridad que sentía al tener los ojos cerrados, ahí estaba Jhonatan aun desnudo, al pie de la cama, mirando como Orlando arrodillado junto a mi sobre la cama, metía mano en mi concha, su otra mano no soltaba mis tetas yendo de uno al otro. Ya nada me sujetaba y aun así no hacia ya nada por tratar de escapar de mi situación, sabia que a la mas mínima intención ambos se sobrarían para someterme.
Orlando tenia una mirada que denotaba sus ganas por mi, Jhonatan esperaba talvez otra oportunidad, fue sorprendente para mi contemplar a reojo la verga de Jhonatan que después de un primer polvo estaba rígida apuntando hacia el techo, no cabía duda, estaba excitado nuevamente viendo como Orlando me metía mano, tampoco cabía duda que su pinga era mas grande que la de mi marido, la superaba ampliamente, ahora estaba frente a mi una pinga que solo había visto en alguna foto o película porno, me deleite de reojo aun sin querer sabiendo que mi concha se había comido tan rica pinga. Así lo pensé mas relajada.
Orlando en un impulso rápido se bajo de la cama. Ya no le quedaba el temor que yo intentara huir o hacer algo, ya no había razón para intentar nada, seria igual o quizás peor, y tal como se estaban dando los hechos solo me quedó aparentar que estaba indefensa, sin demostrar claramente que muy dentro de mi empezaba a disfrutarlo dejando que los hechos siguieran su curso.
Jhonatan se sentó junto a la cama, mientras llevaba su mano a mi concha.
Me miraba a los ojos, yo sin saber porque lo miraba también, parecía tan tierno, tan joven, pero aun a su corta edad me había hecho disfrutar, eso había que reconocerlo, quizá en mi mirada estaba agradeciéndole por el placer oculto que me había regalado, ahora mis ojos con disimulo se dirigieron a Orlando que se quedaba sin pantalón, Dios � me dije dentro de mi, casi desorbite los ojos y disimule cerrando los ojos, la pinga de Orlando salto de su encierro como un tronco inmenso, un glande prominente y hasta exagerado que desdibujaba los esquemas de una pinga normal.
En realidad era cierto cuando mi esposo me dijera algunas veces que este tenia una gran pinga. Abrí los ojos nuevamente al sentir a Orlando tomándome de las piernas, me jalo hasta la orilla de la cama donde este estaba parado, su pinga plenamente tiesa casi me hizo estremecer y temblar no se de deseo o temor de soportar una pinga así.
Así es la pinga de tu marido � pregunto mirándome mientras se lo cogía con la mano� yo callé con la seguridad que el sabia la respuesta.
Se lo frotó, orgulloso de su potencia, ahora se acercó y elevándome las piernas acerco mi concha a su verga que toco mi ansiosa intimidad, con un poco de esfuerzo logro colocarlo justo en la entrada de mi concha que casi lo succionó al sentirlo, al menos así me pareció porque la ansiedad y ganas de Orlando le hicieron apresurar su penetración, con algo de esfuerzo y presión coloco casi la mitad de su pinga dentro de mi, mi boca al sentirlo se abrió completamente, ahora si desorbite los ojos que se clavaron en los ojos de Orlando que se mordía los labios de deleite, mi concha acostumbrada a la pinga de mi marido apretaba ahora la pinga de Orlando que rápidamente fue ganando terreno dentro de mi concha hambrienta que gustosa se engullo todo, quizás eran 20 cm. No importaba medirlo, pero si importo el placer inenarrable que estaba sintiendo, en mi éxtasis voltee la mirada hasta donde estaba Jhonatan que tenia en su mano su pinga frotándoselo suavemente, lo miré suplicante, estaba perdiendo la razón, casi le implore en silencio que me pidiera que le cogiera su pinga con mis manos, pero el no hizo ni dijo nada, Orlando empezó suavemente a empujar, claro que sentía la presión de mi estrechez y si que lo disfrutaba, cerraba los ojos y se mordía los labios. Mmmmmm, mmmmmmmmmmmm, Que rico Florencia, que rica concha tienes, ahora te estas comiendo la pinga que tanto querías y yo la concha que soñaba todas las noches.
uuummmm, aaaamm, aaaaammm, – sin poder contenerme empecé a gemir, estaba disfrutando las suaves arremetidas de Orlando que casi reventaba mi concha virgen de pinga ajena.
Yo completamente entregada al placer, empecé a corresponder meneando la cintura buscando un mayor acople de su pinga en mi concha, aaaaahhhhhhhhhmmmmmmmmm si Orlando, cáchame, cáchame, dije sin ya poder contenerme. Era demasiado el placer que mi pudor quedo de lado.
Escuchar eso de mis labios lo calentó mas y ahora sin compasión me lo enterró con fuerza, arrancándome un alarido,
Aaaaagggggg mmmmm, sentí como si me hubiera partido la concha, pero no me importó, y le pedí mas y mas, Johna estaba como asustado, aun mantenía su pinga cada vez mas tremenda, así lo veía yo, al verlo así sin poder contenerme alargue la mano hasta alcanzarlo y sin miramientos tomándolo en mis manos apreté con fuerza, no de ira sino de placer, quería ahora sentir el placer en toda su intensidad. No me importaba ahora parecer una puta, estaba desbordada y quería disfrutar lo mas que pudiera. Estaba pajeando a Jhonatan cuando a Orlando que me dijo que había llegado el momento de metérmelo por el culo, te lo voy a romper � me dijo � quieres que te lo meta � pregunto con los ojos desorbitados, sin duda alguna estaba disfrutando al máximo su violación.
Loca de placer le dije que me metiera todo, métemelo por favor – suplique
Retiro su pinga de mi concha, quedó frente a mi regalándome la visión que en esos instantes creí la mas maravillosa del mundo, era una pinga inmensa, deliciosa, hermosa, lo mejor que había soñado, la mejor pinga que me estaba dando el placer que jamás había sentido. Sin poder contenerme sentándome a la orilla de la cama cogí su pinga en mis manos y me lo lleve a la boca, metiéndome solo un tercio de el, no me cabía mas, se lo mamé como nunca había mamado la pinga de mi marido, era una delicia chupárselo, quería comérmelo, eternizar su pinga en mi boca, adoré toda su magnitud y quise seguir pero Orlando ya no soportó, y cogiéndome de los cabellos sin brusquedad me levantó para voltearme e inducirme a agacharme, Jhonatan sin perder tiempo ya estaba a mi lado como alcanzándome su pinga que era también deliciosa, lo tomé en mis manos mientras sentía como abriéndome las nalgas Orlando me hizo sentir su lengua en el agujero de mi culo, que se contrajo haciéndome erizar todos los cabellos y casi temblar, lamió hasta tres veces mas para poniéndose de pie abrirme las nalgas y colocar la punta de su pinga en la entrada dilatada de mi culo, ahora si venia no sabia si lo mejor o peor pero para complementarlo me lleve a la boca la pinga de Jhonatan la cual engullí en buena parte, para sentir enseguida como casi reventándome entraba de un solo empujón el glande de la pinga de Orlando dentro de mi culo,
Aaagggg, siiiiiiiii mmmmm gemí casi atragantada por la pinga de Jhonatan en mi boca, mmmmmmmmmm, así mismo decía Orlando mientras empujaba un poco mas en mi interior. Que rico culo tienes Florencia, que rico culo, que rico � decía Orlando con voz lujuriosa.
Cuando sentí como de otro empujón sentí sus huevos y parte de su abdomen pegados a mis nalgas, impulsivamente tuve que quitarme la pinga de Jhonatan de la boca, abriendo la misma al máximo para exclamar un alarido que casi me quito la respiración,
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaggggggg, voltee la mirada desde mi posición para ver como Orlando cerrando los ojos se apretaba fuerte a mi, tratando quizás de alcanzar con su pinga la profundidad que jamás mi marido había alcanzado ni que nadie alcanzaría, sus manos abrían mis nalgas, su pinga no estaba quieta dentro de mi, cuando mis caderas iniciaron un ligero movimiento como para aflojar las paredes de mi culo y acostumbrarme rápidamente a la semejante magnitud de su pinga, Orlando inicio su vaivén mientras yo casi llegaba al cielo, estaba sintiendo la gloria con la pinga de orlando atorándome todo el culo, sin duda que me lo estaba rompiendo, me dolia, si, pero el placer era superior, nada importaba solo que siguiera cachándome mmmmmmmmmmmmm assssiiiiiii, cáchame rómpeme el culo, rómpeme � casi gritaba desaforada. Jhonatan se me acerco mas parecía mas asustado que excitado, creo que estaba asombrado de cómo estaba reaccionando yo, yo que al principio casi les había llorado para que no me hicieran nada ahora estaba como loca cachando con los dos. Tome su pinga, era si dudas mas pequeña que la de Orlando pero en definitiva mas grande que la de mi marido, valgan verdades no había comparación posible. Me lo metí nuevamente en la boca mientras Orlando no paraba su arremetida. Casi me ahogaba, me faltaba la respiración, así es que solo tuve que resignarme a frotarle la pinga a Jhonatan que se retorcía del placer que le daba mi mano y mis labios.
Cuando de pronto sentí un chisguetazo de leche que casi me dio en la cara, Jhonatan se estaba viniendo nuevamente. Orlando se percato de ello y quiso no quedarse atrás acelero con mas fuerza, no estaba tan lejos de venirse también. Ammmmm, ammmmmmmm, me hacia gritar cada ves mas masssss maaasss aaaaaaaaaggggggg aaaggggggg, sin poder contenerme me vine como jamás lo había hecho mientras me volvi loca moviéndome como jamás nunca, empujaba con todas las fuerzas que me quedaban y Orlando no quedándose atrás en un alarido jamás oído me regalo un relámpago de leche que calo mi profundo ano que sintió el ardor en la herida que su pinga me había ocasionado, pero empujo mas y yo perdiendo las pocas fuerzas que me quedaban me tumbe en la cama y el sobre mi enterrándome toda su pinga dentro de mi tratando quizás de guardar su leche en la profundidad de mi culo. Aaaaahhhhhhmmmm ammmmmm que rico culo tienes que rico.
Diciendo esto se recostó sobre mi cuerpo sudoroso su también sudoroso cuerpo, no me importo, estaba felizmente satisfecha, Jhonatan se recostó también en la cama, frotándose aun su casi moribunda pinga que lucia bello, luego de unos segundos Orlando lentamente inicio el desenlace, hubiera querido suplicarle que aun no lo hiciera, que mantuviera aun dentro de mi culo esa pinga que aun estaba dura, pero no pude emitir palabra y lentamente fui sintiendo como su pinga salía dejándome una sensación de dolor y placer. De pronto sentí la contracción de las paredes de mi ano ya vacía mientras las manos de Orlando abrían mis nalgas deleitándose en la abertura que había dejado su tremenda pinga, mmmmmm. Lo escuche decir, te lo he dejado bien abierto, dijo mientras restregó su pinga por la entrada de mi culo que emanaba su leche, tomo no se que y me limpio suavemente. Yo seguía recostada de cara sobre la cama, la lujuria me estaba pasando, habían transcurrido fácilmente mas de una hora desde que empezara todo, talvez si hubiera sido mas avezada le hubiera pedido que se quedaran, pero pudo mas mi pudor y sin mucha convicción como quien no quiere la cosa les dije que ya se fueran. Orlando se bajo de la cama, Jhonatan hizo lo mismo, yo no podía darles cara. En silencio se cambiaron mientras yo me cubría con una frazada, de pronto sentí como las manos de Orlando tomándome por la altura de los hombros me giro sobre la cama. Yo no puse resistencia. Allí estaba parado a la orilla de la cama, Jhonatan mas allá cambiado listo para irse, parecía nervioso.
Ya nos vamos � dijo-
Ya váyanse � atine a decir-
Otro día volvemos � dijo sonriendo � te ha gustado verdad? � diciendo esto tomo la frazada que me cubría dejándome desnuda ante sus ojos, yo cerré los ojos mientras el cogió mis senos y los acaricio suavemente, es la despedida, entonces se bajo el cierre saco su pinga y me lo acerco a la boca mientras yo los ojos entrecerrados me deje llevar por le ultimo ímpetu y engullí todo lo que pude, casi estaba tan dura como antes, fácilmente podría empezar nuevamente pero ya no había tiempo o quizás si, pero no se arriesgo ni yo tampoco, fueron los ultimo segundos que deguste su pinga en mi boca con ese sabor agridulce que aun le quedaba después de la bacanal que nos habíamos dado.
Ya vez que te ha gustado, pero no te preocupes que ya habrá otra oportunidad � diciendo esto casi me quito su pinga y guardándoselo se alejo de mi.
Cierra tu puerta, dijo mientras salía detrás de Jhonatan de mi cuarto. Me puse de pie casi enseguida, tenia que cerrar mi puerta y cubriéndome con una toalla Salí detrás de ellos, cuando llegue a la puerta ya no estaban. Solo me quedo cerrar la puerta mientras miraba al reloj de pared, eran las tres y 20 minutos, había sido más o menos una hora de sexo.
Volví a mi cuarto y quitándome la toalla quede desnuda, me mire en el espejo de mi cuarto y contemple mi cuerpo, me sentí no se si mancillada o totalmente realizada, si algo había que reconocer y aceptar era que lo había disfrutado tanto que de solo pensar en los dos muchachos que inicialmente me habían violado, si volvieran otra vez, considerando la hora aun temprana los aceptaría sin demasiados problemas auque si los apuraría aunque eso significara que me destrozaran mas de lo que me habían destrozado ya, sobre todo el ano, que ahora si empezaba a dolerme, pues sentía un ardor interior y exterior por las rasgaduras que de seguro me habían causado la tremenda pinga de Orlando.
Con la seguridad de que mi esposo tardaría poco mas de una hora prendí la tv y mientras disfrutaba recordando los hechos me dije que sin duda los volvería a tener juntos, no sabia cuando ni como pero si que lo haría, la verdad que ese día me había convertido en una puta y soñando con tenerlos otra vez satisfecha y cansada me quedé dormida.
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