Ella se llama Herminia. No me ha dicho su edad, ya se sabe, las mujeres y sus cosas. Pero debe tener unos 90 años ya. Porque su hijo me dice que era muy joven en la guerra mundial. En muy amable y educada, simpática diría yo. Hace ya 20 años que es viuda y nunca la vi en compañía de hombres, aunque fueran de su edad. Y no le habría sido difícil. Alta, esbelta todavía, pero no delgada. Para su edad, no lo aparenta.

Vive sola. Lo se, porque alguna vez la he subido la compra a casa y se lo he preguntado. Así que le echo una mano de vez en cuando. Lo que me sorprendió fue que, cuando subí a instalarle la antena que había comprado, se había puesto estupenda. Un vestido precioso, un poco escotado, pero sin descaro. La mejor colonia que he olido y muy arreglada. Yo tengo 23, he tenido novia, claro y he salido con algunas chicas. Pero enseguida me cansan. Solo quieren fiesta. Y yo soy muy tranquilo. Hogareño. La cosa es que mientras le preparaba la toma de la antena me tuve que tumbar de espaldas al suelo. Y se me acerco tanto que le pude ver las bragas. Que bragas!, si no llevaba. Y estaba depilada. Y yo me preguntaba, para quien se depila Herminia, si no recibe ninguna visita.

Una vez acabado el trabajo me invitó a tomar café y acepte encantado e intrigado. Se mostró muy amable y simpática, sin ser empalagosa. Me dejaba ver sus escote sin miramientos. Estuvimos como una hora hablando de todo y cuando me fui, como por error me soltó un suave beso en los labios que me dejo perplejo. Esta cabrona no se ha equivocado,.no. Me esta conquistando.

Una semana mas tarde me invito a comer y vi mi oportunidad de saber lo que estaba haciendo conmigo mi vecinita. La verdad es que me intrigaba saber como seria el sexo con una mujer de su edad. Así que me puse mis mejores galas. Pantalón ajustado, pero sin exagerar y una camiseta igual casi transparente, pero sin ser provocativa. Muy bien afeitado y depilado, por si acaso. Y allí me presente. La encontré nerviosa y alterada como nunca. Que le podía pasar?. Le pregunte y me dijo «cosas de la edad, hijo mio». Pero que cosas?. Me miro largo por un minuto, como dudando. Vamos Herminia, que soy tu vecino y somos amigos. Me cogió de la camiseta casi con furia. «Eres tu, casi un niño!!!». No entendía nada. «pero que te he hecho?, siempre te trato bien y te ayudo». «Es lo que no has hecho, tonto, y lo que nunca harás». Ahora estaba perdido. Pero perdido del todo. «Me tienes sorbido el seso, niñato. Me paso las noches en blanco pensando en ti. Y se que nunca podre tenerte, soy una vieja chocha y me tienes sorbido el seso». Así que era eso.

Le cogí la mano con mucha delicadeza y le estampe en ella el beso mas dulce que pude darle. «Herminia, no sabes lo equivocada que estas», y no dije nada mas. Me miro sorprendida, dudando. Y para sacarla de dudas me puse de pies a su lado y con la mayor dulzura le di en la boca el beso mas largo que pude. Inesperadamente me agarro la cabeza con las manos y me apretó contra su boca con fuerza, no quería soltarme.Nos dimos un largo beso que casi me dejo sin aire. «Esto es imposible», me dijo. «Porque?». Estoy vieja, arrugada, seca ya de tantos años». Estaba claro que no se valoraba. «escúchame una cosa. No te voy a negar que tengo curiosidad por acostarme contigo. Si puedo tendrás todo lo que me pidas, pero tienes que ser tu la que de el primer paso. En cuanto a lo otro, ya lo solucionaremos».

Como ella estaba sentada y yo de pies a su lado, el primer paso era evidente. Y lo dio sin dudarlo. Me soltó los pantalones y con las dos manos me cogió la polla que estaba como una piedra. Se saco la dentadura postiza y me dio la mejor mamada de mi vida. Muy despacio, porque se cansaba pronto y sin dientes de por medio me la podía apretar lo que quisiera. No tengo una polla muy grande, pero la muy puta se la metía entera en la boca. Y encima empujaba con fuerza. No necesito mucho tiempo, me corrí en pocos minutos pero no se la saco hasta que quede seco del todo. Cuando acabo, apenas una gota de leche resbalaba por sus labios. Estaba claro que quería satisfacerme. La cogí de la mano y muy despacio la lleva al dormitorio. La desnude llenándola de besos, sintiendo como se estremecía con mis caricias. La tumbe en la cama muy despacio y me dedique a acariciarla todo su cuerpo. Con su edad pensé que necesitaría muchas caricias para excitarse. Me equivoqué, y mucho. Mientras la acariciaba, sentí como tenia al menos dos orgasmos, casi seguidos.

Continuara……..