Soy Diana, tengo 25, y vivo en un conjunto de casas paralelas. Mi novio y yo cogimos todo el mes como animales. Le excitaba mi cuerpo, decía que tenía unos senos bien puestos y un culo de fantasía, a lo cual siempre pensé que era normal, tal vez el gym me tonificaba pero los chicos siempre me tomaron por loba. Pero las cogidas pararon y se fue a un congreso en el que duraría dos semanas. 

A la semana ya estaba súper caliente. Me hacía falta sexo y andaba de caliente. Así que fui al gym a soltar un poco.

Al llegar a casa me vi la sorpresa: los nuevos vecinos. El camión de mudanza se fue y como buena vecina toque la puerta y abrió una señora. 

– Hey, soy su vecina de aquí al frente!

– que se le ofrece señorita?

– Nada, quería darles la bienvenida.

Luego de eso la señora me dejó pasar para que hablara con su esposo en la sala. Agradables vecinos me dije. Entre al baño y desde fuera una voz joven masculina dijo 

– Papás, iré con mi novia no tardo

Salí del baño y me despedí de los vecinos. 

Al caer la noche, desde mi ventana observe al hijo de los vecinos con su novia. El chico era atractivo, morenito, un poco menos alto que yo (y eso que soy una mujer un poco alta del promedio), y fornido. Se besaba junto a su chica en una pared. Yo solo me quede observando. En un punto el chico le agarró el culo y sin darme cuenta, sentí mi sexo mojado. Luego me fui a dormir. 

A la mañana siguiente toqué el timbre vecino, pues mi termo del gym se me había quedado. Abrió el chico, me miró primero el escote, lo noté.

– Hey, se me quedó el termo ayer puedo pasar?

– mmm, eres la vecina no???

– si, mucho gusto, Diana.

– El gusto es mío, soy Daniel.

Me excitaba como su mirada me recorría el escote. Pobre chico no lo podía discimular. Encontré mi termo y me fui, sintiendo su mirada en mi culo. 

Estaba excitadisima, pero sabía que estaba mal visto que el apenas con sus 18 años (cosa que me dijo mientras tuvimos la corta conversación) tuviera algo sentimental conmigo. 

Esa noche salí de la ducha y lo noté espiando en su ventana. Estuve a punto de cerrar la cortina pero pronto me empezó a gustar y me desnudé. Gracias al espejo veía como el chico se tocaba un poco. Luego lo vi, le sonreí y cerré la ventana. 

Al día siguiente, fui a la casa vecina de nuevo. Toque la puerta y abrió el chico. 

– tengo que preguntarte algo…- le dije y me dejo entrar. Lo cogí del pecho fornido que tenía y lo acorrale contra el sofá.

– estabas espiándome anoche no pervertido? – le dije

El joven se puso nervioso, trataba de hablar y negar pero tartamudeaba. Entonces lo besé

– Tranquiló…eso me gustó

El chico seguía sorprendido e inmóvil. Me senté hacia él y nos quitamos las camisas. El jugaba con mis senos y yo tocaba sus abdominales de joven. 

– M..mis…pa..pas podrían llegar en 20 minutos – dijo a lo cual le dije no me importa. 

Me bajó los leggings y el sus bóxers. Tenía un miembro grande para su edad, unos 19cm creería. Era un miembro grueso y pesado. Me lo metí todo a la boca y el gimió.

– Ahh, m..mi Chi.chica, no….de..mora en llegar 

Entonces lo acosté y me senté en su miembro. Cada cm se sentía en mi vagina. Su cara de placer era hermosa, y aunque follaba callado era delicioso. 

Me dijo que se iba a correr, entonces alguien tocó la puerta.

– Aahh ya voy amor- dijo Dani

Entonces se paró y me saco su miembro. Use un método que uso con mi novio para que se corra bestialmente. Con mis senos lo masturbaba. Duro tres segundos y toda su leche salió disparada. Con mi mano, solté un seno y le tapé la boca para que su novia no escuchara sus gemidos. 

Luego, le obedecí. Me bañe en el cuarto de arriba mientras él salía con su novia. Nadie me vio ni nada. En la noche, vino a mi casa y me chupo toda la noche. Esa será otra historia