Doña Gloria
Doña Gloria
Doña Gloria es mi vecina desde siempre, tiene unos 30 y tantos años, delgada de buen cuerpo, le gusta vestirse con escotes para lucir sus enormes senos, siempre viste de falda y zapatillas altas, es viuda desde hace algunos años, Yo tenía 14 años, estudiaba en la secundaria, un día de regreso a casa, por ir jugando con unos amigos, me subí a una barda y me caí, fracturándome las dos manos. Evidentemente necesitaba la ayuda de otra persona para realizar labores tan sencillas y cotidianas como comer, ir al baño, bañarme, vestirme, toda mi vida se volvió un lío. Mi mamá trabajaba un una tienda departamental todos el día, mi hermana, mayor que yo 4 años iba a la escuela por las mañanas y solo podía atenderme por las tardes. Por eso Doña Gloria se ofreció a �ser mi enfermera�. El primer día llegó apenas salió mi mamá y mi hermana, vestía una camiseta de algodón de cuello redondo y mangas cortas, un pantalón de mezclilla y unas sandalias, lo primero que me dijo es que tenía que bañarme, me pidió que alzara los brazos y me quito mi camiseta, inmediatamente sin decir nada mas me bajo mi pantaloncillo corto y quedé desnudo frente a ella, fue tan rápido que no me dio tiempo a decir nada, caminamos al baño y abrió las llaves del agua caliente y después la fría templando el agua, jaló una silla de plástico y me sentó quedando de espaldas a ella, agarro la manguera de la ducha y comenzó a mojarme, tomó la botella de shampoo y me enjabonó el cabello y después siguió con el resto del cuerpo, yo cerré los ojos para evitar que me callera jabón en ellos, me pidió que me pusiera de pie y me enjabonó hasta los pies, dejando a lo último mi verga, los huevos y mis nalgas, haciéndolo con especial cuidado. Mi verga comenzó a templarse, ella la agarró y la enjabonó mas y la sobaba y más dura se puso, yo abrí los ojos y lo que vi me dejó completamente frío, Doña Gloria estaba completamente desnuda frente a mi, me vio a los ojos y sonrió, tomando la manguera de la ducha y me retiró todo el jabón de mi cuerpo, enseguida ella tomó mas jabón y se enjabono ella, bañándose frente a mi, todo la ducha y se enjuagó, mi verga seguía dura y yo sin decir palabra, ella tomó la toalla y comenzó a secarse, luego me secó a mi, y regresamos a la recamara, y me dijo que me acostara, obedecí sin decir nada, agarró la toalla y me separó las piernas para secarme bien mis huevos y mi verga, que tomó mas fuerza aún, ella sonrió y me dijo:
– Te gusta que te agarre ahí, ¿verdad?, ¿sientes rico?.
– Si � conteste casi sin aliento, pues ella estaba desnuda y me acariciaba mi verga y mis huevos.
– ¿Has estado ya con alguna chica?.
– Si, digo no, aún no � conteste nervioso.
– ¿Si o no?
– Solo a tocado un poco arriba y abajo, pero no me he cogido a ninguna aún.
– ¿Y alguna de ellas te ha hecho sexo oral?
– No� – La pregunta me dejó más frio – ninguna� aún.
Sin decir nada, acercó su boca a mi verga y comenzó a darle pequeños y suaves besos y sus manos a acariciar mis huevos, sacó su lengua y me lamió desde los huevos hasta la punta, comenzando a tragársela poco a poco hasta la base y después salió poco a poco, repitiendo el movimiento varias veces y haciéndome que me contorsionara y que gimiera de placer, después de una rato y cuando casi termino en su boca, me apretó fuerte con sus dedos la base del pene evitando mi eyaculación, se puso en cuatro sobre mi acercando sus enormes tetas a mi boca y con una voz sensual, tierna y melodiosa me dijo:
– Chúpame mis tetas.
Comencé a chuparlas como un loco desesperado, ella sonreía y movía sus tetas para que chupara una y la otra, yo me moría de ganas de tener esas tetonas en mis manos y apretarlas pero no podía por mis manos enyesadas, se acostó a mi lado boca arriba y me dijo con su voz sensual.
– Te toca chuparme a mí � Yo me incorpore inmediatamente, me coloque en medio de sus piernas y observe sus labios rosaditos y brillosos y nada de vellos � Mámamela � me dijo.
Me abalance sobre ese manjar dispuesto para mi solito y comencé a chuparla torpemente, ella con ternura y paciencia, entre gemidos y suspiros, fue indicándome que tenía que hacer, su respiración se hacía mas agitada hasta que soltó un suave gemido al momento que apretaba las piernas sus manos apretaban mi cara contra su vagina y después aflojó todo su cuerpo.
– ¡Que rico!, – dijo aún con la respiración agitada – ¡Que rico me has mamado Tony!, pero ahora quiero que me la metas.
Me agarro mi verga y la enfiló a su vagina y yo solo empuje al momento que ella gemía nuevamente, comencé con el vaivén con un ritmo rápido, y ella me controló.
– Despacio, despacio � me dijo � no quiero que termines tan rápido.
Así le di por un buen tiempo, entre rápido y despacio, aguante un poco mas de tiempo, y cuando ella vio que ya estaba por terminar me dijo que me saliera, ella se levantó inmediatamente y se metió mi verga en su boca al momento que yo soltaba mi chorro de leche dentro de ella, se tragó toda y con la lengua me limpió mi verga para que no quedara nada de mi leche en ella y sus dedos hicieron lo propio con un poco que le escurría de su boca.
Nos acostamos y al poco rato ella se levantó y se fue al baño a asearse, cuando regresó aún desnuda, se acostó junto a mi y comenzó a acariciarme la verga otra vez, volviéndose a templar, ahora ella se montó en mi y comenzó a cabalgar de lo rico, yo veía sus tetotas como se movían al ritmo de frenético movimiento, con ganas de agarrarlas y apretarlas para que no saltaran tanto, después de un rato se puso en cuatro sobre la cama y yo me puse detrás de ella parado al lado de la cama, con una mano entre sus piernas agarró mi verga y la dirigió a su vagina y entro de un solo empellón, lanzado ella un sensual gemido de placer. Con mis manos enyesadas, como pude, la sostuve de la cadera y comencé a darle.
– ¡Que rico!, ¡así, así dele más!,� ¡hay, hay que rico! � decía entre gemido y gemido.
Cuando ella sintió que estaba por terminar, se giró rápidamente, se acostó boca arriba y esta vez recibió mi chorro de leche en la cara. Se paro de la cama y fue al baño a asearse otra vez, yo me acosté en la cama, cansado, agitado, sorprendido, incrédulo de lo que estaba pasando, cuando regreso se acostó a mi lado y me beso en la boca apasionadamente, sus tetotas las empezó a rozar por mi cara y yo las chupaba cada vez que ella detenía uno de sus pezones en mi boca, después se deslizó restregando sus tetotas por todo mi cuerpo hasta que su boca llego a mi verga y comenzó a mamarme esta vez con movimientos más rápidos y ayudada por sus manos, hasta que termine otra vez llenándole su boca con mi leche.
Después de eso, nos vestimos y fuimos al comedor a desayunar. Después�. Después� bueno eso lo dejamos para después.
2 respuestas
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