Hola a todos, este es mi quinto relato, espero les guste, pero vuelvo a dar mi descripción, soy un hombre de 40 años, divorciado, de 1.70 de estatura, peso 78 kgs moreno, ojos que me chulean mucho las mujeres, y con un caramelo no muy ostentoso pero sin duda hago rendir al máximo.

Esto sucedió hace algún tiempo, ambos éramos solteros y jóvenes; a ella la llamare Lucia, era chaparrita, güera, muy güera, con unas tetas formidables y con unas caderas y nalgas perfectas.

La conocí por mi trabajo, ella era secretaria y la asignaron a donde yo estaba laborando, desde el primer día que la vi me impresiono, llevaba un vestido corto pegado a su cuerpo, unas medias blancas y zapatillas, entró a donde la vi contra luz, y me pareció perfecta su silueta, pero no me imaginaba todo lo que iba a pasar con ella.

Esa vez le empecé a explicar lo que tenia que hacer ahí, con lujo de detalles y con mucha atención le iba diciendo los procedimientos, ella prestaba atención, y a cada oportunidad admiraba su esplendido cuerpo de 19 años, virginal y con unos ojos muy expresivos, llegó la noche y se empezó a despedir, por lo que me ofrecí caballerosamente acompañarla a la parada del camión, cosa que me agradeció.

Así cada día sucedió hasta que la invite a salir; después de ir a pasear y tomar algún helado, la invite a mi casa, llegamos, estuvimos viendo una película, y nos empezamos a besar, eran unos besos inolvidables, que hasta la fecha recuerdo perfectamente, le empecé a acariciar sus tetas, las cuales estabas totalmente excitadas, a punto de explorar, pero sus manos luchaban contra las mías pero a la vez me ayudaban, le desabroche la blusa, le subí el brasier y vi sus pezones perfectos y erectos, le empecé a besar las aureolas y veía como ella suspiraba y tomaba mi cabeza apretándome contra su pecho, hasta que me empecé a meter sus perfectas tetas en mi boca, mis manos ya trabajaban en sus piernas, las cuales se abrían en señal de aprobación, subí hasta su monte de venus y sus suspiros ya eran mas que quejidos, le empecé a quitar esas deliciosas medias que tanto me excitaban y le empecé a tocar su conchita por encima de su pantaleta, sus caderas parecían tomar vida propia, pues se movían de adelante hacia atrás y estaba totalmente mojada.

Logre quitarle las medias, su pantaleta, blusa, brasier, todo, y me acerque mi boca hasta su conchita, tenia unos bellos güeros, y los labios vaginales muy delineados, virginales pero hinchados de la excitación, la recosté y acerque el miembro a su entrada, y a pesar de que estaba totalmente excitada, en cuanto sintió mi verga en la entrada, automáticamente cerraba sus piernas y se quejaba del dolor, por lo que ese día no pude hacer nada, la trate caballerosamente cosa que ella agradeció pero las cosas no terminaron ahí.

Las citas se volvieron mas periódicas, hasta que me dijo que ya estaba lista, por lo que fuimos otra vez a mi cuarto, y ese día logre desvirgarla, le meti el miembro todo y aunque al principio se quejo, después ella cabalgaba encima de mi verga como toda una experta.

La segundo vez que fuimos a coger, recuerdo que ella estaba encima mio, y yo le tocaba esas maravillosas nalgas, redondas, duras, y mis dedos se empezaron a acercarse a su virginal culito, al principio le puse el dedo en la entrada después lleno de sus jugos vaginales y de mi saliva le empecé a meter el dedo, cosa que tuvo una reacción pues sus quejidos subían de volumen y sus movidas eran mas intensas, se vino encima ensartada en mi verga, y sus jugos vaginales eran como una cascada en mi verga, huevos y llegaban hasta mi culo.

Cuando ya estaba ella con mas calma, la acosté boca abajo y le empecé a lamer ese culito que tanto habían disfrutado mis dedos y ahora le metía la lengua, y sus caderas parecían una lavadora descompuesta, girando en todas direcciones, me subí encima de ella y le puse la punta de mi verga en su virginal ano, cosa que me decía que no, que por ahí no, que era su primera vez, pero una cosa era lo que me decía y otra lo que sus caderas mostraban, porque las echaba hacia atrás en respuesta a su excitación, se la empecé a meter, y sus suspiros eran mas fuerte, logre meterle la punta mientras ella enterraba sus uñas en las sabanas, así estuvimos algún tiempo hasta que ella empezó a marcar el vaivén de su cuerpo, por lo que no espere mas y le metí toda mi verga en su culito, quedamos acoplados y podía sentir sus hermosas nalgas en mi vientre cosa que me excitaba y en un rato mas los dos nos movíamos como dos locos, hasta que me derrame dentro de su culo, no podía creer, que había desflorado sus dos hoyitos en esa linda mujer.

Los encuentros se daban muy seguido, en un motel, donde estuvimos como 3 horas cogiendo, y al otro día yo ni me podía levantar, en mi carro, y hasta una patrulla llego a donde estábamos, pero cuando vi que eran mis compañeros, hasta me cuidaron, jajaja, también me la cogí en la casa de su hermana, en muchas partes; era tanta nuestra química y deseo que con el solo hecho de olerla o tocarle sus manos yo tenia erecciones que ella conocía perfectamente, hacíamos 69, la cogia por la vagina, ano, me la mamaba, éramos dos perfectos locos para amar, sin embargo el amor se fue apagando, yo conocí a la que fue mi esposa durante 15 años, y ella al no ver mas respuesta en mi conoció al que ahora es su esposo.

Hace poco coincidimos en un lugar y platicamos de todo lo que había pasado entre ambos y lo recordábamos con mucho cariño; pero ya nunca mas hubo encuentros como antes, solo lo llegamos a platicar y recordar. Pero sin duda ella al igual que yo, nunca olvidamos lo vivido y continua en el baúl de nuestros recuerdos.- espero les haya gustado este relato. Gracias.