Era mediodía y estaba muy excitada, quería intentar varias cosas pero llevarían su tiempo e incluso dinero que no tenía en ese momento. Entonces en mi cabeza surgió una idea perversa… «¿Y si lo hago mientras convivo con mi familia?» era arriesgado pero no tanto como salir de casa, no pasaría de un buen regaño si me descubrían, solo si lo hacían. Puse manos a la obra (literalmente).

Ese día mis primos estaban de visita, yo fui a cambiarme por que mi madre me dijo que lo hiciera «el momento perfecto» me dije a mi misma. Una falda corta y una blusa ligera, sin ropa interior. Me senté en la sala con mis primos, mientras mi madre y mi tía estaban platicando en el comedor. Solo una cojín separaba mi vagina mojada de los ojos de mis primos… sin tocarme aún ya estaba por venirme y no podía creerlo, fue entonces cuando empecé a tocarme discretamente… no aguante casi nada antes de venirme e involuntariamente mis piernas empezaron a temblar, dejé un poco mojado el sillón.

Después de esa primera vez se me hizo costumbre hacerlo mientras había visitas no importando quienes fueran… pero había algo, quería más y más adelante tuve más, incluso más de lo esperado.