Acababa de cumplir 16 años y estaba enamorada de Carlos, mi novio. El había hecho avances para seducirme, pero yo me había negado. Sin embargo, después de hablar y calentarme con mis amigas, había decidido entregarme a el.

Ese día mis padres no estaban en casa y me dispuse a prepararme. Tome Sol casi totalmente desnuda, me depilé completamente, me maquille y puse un vestido hermoso, y llamé a Carlos. El me hizo un desaire y me dijo que iría a ver un partido y volvería tarde. Te llamo mañana, me dijo. Fuí al jardín y empecé a llorar. José, un vigilante de mi casa me vió llorando y vino a ver que ocurría. No se por qué empecé a intimar con el, estuvo consolandome un largo rato y me trató con gran delicadesa. Me dió el teléfono que había olvidado en la piscina y me dijo que mi novio era un tonto. Mirate, pareces una Diosa. Venus empalideracería frente a ti. Me hizo levantar y me miré en un espejo de cuerpo entero. Me veía hermosa, en mi traje azul, mis cabellos rubios, y mis zapatos de tacón alto. José me tomó por la cintura y me giró diciendome que no llorara por mi novio. Buscate a alguién mejor. No se por qué, pero me abracé a su cuello y lo bese. El me apretó virilmente contra el y sentí su bulto creciendo dentro de su pantalón, eso me excitó mucho. Sus manos empezaron a recorer mi cuerpo y yo me abracé lujuriosa a el. José me llevó a la casilla de vigilancia y allí continuamos con nuestras caricias y besos. Empezó a desnudarme y no me opuse, sino que casi le arranque su propia ropa. José es un negro muy oscuro enorme, de 1,90 de altura, y muy musculoso. Yo soy rubia, de 1,65 de altura y 51kg. Al quedar desnudos me sentó sobre el borde de una mesa y le dije que era virgen. El empezó a acariciar mi conchita. Quedé sorprendida de lo húmeda y babosa que estaba. Sus dedos me hacían extremecer de placer. Entonces, tomandome por las caderas me levanto y colocó su sexo en mi vagina, y de un empujón lo hundió hasta el fondo de mi cuerpo. Di un grito de dolor y placer, el empezó a bombear y ya no sentí dolor, sino un placer increible. Me sentía completamente llena y su sexo cálido dentro de mi me encantó. Me abrace a el más fuerte y tuve un orgasmo increible que no reprimí. Poco después tuve otro, y luego el se esmeró para que acabaramos juntos. Al terminar estábamos muy sudados y olía de una manera peculiar. Después identifique ese olor como olor a sexo. José fue muy tierno y dulce, me hizo el amor 4 veces más y me enseño a satisfacerlo oralmente. Además me dió dos deliciosos orgasmos con su boca.

Corté con el tonto de mi novio y ahora soy la hembra de José. No es un chico lindo, sino un hombre de 40 años, pero con una potencia sexual increible. Con el aprendí a disfrutar y ser disfrutada por todos los orificios de mi cuerpo. Tenemos 2 años como amantes y no lo cambio por nada en el mundo.