Por

Anónimo

mayo 14, 2020

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MI NO, SOBRINA PEQUEÃ?A.

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              Mi mujer se había ido, pero se olvidó de contarle a sus amigas, de la reunión de chicas he hijas, que habría en casa, ¿Qué hice?, como me entere? Magaly, vino apurada, para dejar a su hija, ella estaba apurada, y no me dio tiempo a nada, tanto que dejo a su hija afuera, y se fue, tenía que cuidar a un amigo en el hospital, me dijo. Y se fue.

             Que puedo hacer yo, con una criatura, y  luego caigo en cuenta, le pregunte a ella, que no se sacaba el camperón, si sabía quiénes venían, y que era esta reunión, una pijamada, me dijo, tímidamente, ¿para pijamadas estoy?

Luego que me dio todos los nombres, llame a cada amiga, de mi esposa, y que no vengan porque mi esposa había viajado.

 Y con FERNANANDA ¿qué iba a hacer? Bueno le dije, nenita ponete cómoda, cuando venga tu mamá, vas a poder volver a tu casa. Prepare unos panchos, agua, y la nena, con su bolsa de dormir, que tena por campera. Y un pequeño bolso, pasaron las horas, yo me conectaba en internet, y la nenita,  seguía sentada en el living. LUEGO LA NENA,  se levantó, y se me para enfrente de mi, y comienza a sacarse el camperón, y yo le veo alcanzarme el celular, con un mensaje, que decía, hola Andres, por favor cuídame a mi hija. Me entere que Lorena tuvo que irse, yo hable con ella, y Salí a su encuentro. Cuídala, ella come de todo. Besos.

  Me quede, mirándola, unos segundos, con los brazos en jarra, y estire mi brazo, diciendo campera, la nena se sacó la campera, la tome y me fui al vestidor a colgarla, la nena se quedo parada debajo de la lámpara, al regresar del vestidor, entro en  el living,  ohhh!!! Sorpresa, la veo, parada bajo la lámpara del living, y no pude más que mirarla, debió ser la luz, tanto, que volvi mi cabeza, para retener esas curvas, otra vez.

  Si, me fui a la cocina, para preparar otra cosa, más contundente, y la nena se apareció, más simpática y desinhibida, remerita corta, pupera, colgada sobre dos pequeños senos, talle 85, pero redonditos, ¿te puedo ayudar en algo?, posando al mismo tiempo sus brazos sobre la isla, y parándose en puntitas de pie. La mire, fijo, ceñí el entrecejo, su cabello ahora estaba suelto, caía sobres sus hombros, y unos ojitos preciosos color miel.

Me di vuelta, ya la sartén estaba caliente, y me di vuelta, a tomar unos huevos, para el omelette, y ella me dijo, ¿quieres que te rompa los huevos?,

 La mire, para responderle, sí, porque no, dije, cáscalos, y ella, me pidió un bols, un batidor, y se paró a mi lado, mirándome de costado, me empujo levemente con su cadera,  yo le regrese el empujón, y ella volvió a empujarme a mi, y yo otra vez, la empuje a ella, y nos reímos, como niños, le entregue el lugar, y retrocedí, para que ella pudiera batir, los huevos, mientras yo me dispuse a esperar, no termine de acomodarme  sobre la mesada, y ella empezó a batir, y me quede pasmado, ese jeans, celeste, muy gastado,  tela casi traslucida, se empezó a sacudir, y a saltar de arriba abajo, como un salero. Y la  mire con mucha lujuria, mirada fija, y hablando de salero, ella dio vuelta la mirada, hacia atrás, me vio los ojos, miro hacia donde yo miraba, sonrió, y me dijo me alcanzas la sal, por favor, si, dije, como un robot, baje de la mesada, me puse en cuclillas, para buscarla, y ella como una niña inocente, retrocede, unos cincuenta centímetros,  para apoyar sus nalgas sobre mi espalda. Me quede quieto, si, fue un choque, pensé, me levante y me topé con mi cabeza contra sus pechos, ella se había dado vuelta, se agarró fuerte el pecho, y me di cuenta enseguida que la había golpeado, y le dije sin darme cuenta te pegue fuerte, querida, y pose mi palma sobre su pecho.

 Miro mi mano, y con tierna mirada me miro a los ojos. Deja sigo yo, No, déjeme a mí por favor, pero no me golpee más, ¿sí?, la mire fijo, y se comenzó a reír, prepare la mesa, y me pregunto, ¿podemos cenar en el living? La miro, y digo, como se nota que Lorena no está, esto jamás pasaría. Si corazón podemos comer allá.

   Fui, prepare la mesita de la cocina, dos platos, gaseosa para ella, y cerveza para mí.  Fui a la cocina, y los omelettes ya estaban listos,  emplatamos, y ella tomo su plato, y marcho adelante, y yo atrás, mirándola. Sí, me preguntaba porque lo hacía. Pero lo seguía haciendo. Empezamos a comer, pusimos una serie, un poco elevada, pero, ella la entendía, nuestras rodillas se rozaban, ella pegaba aún más su pierna, junto a la mía, se notaba el calor, del momento. Yo tome una, y luego otra cerveza, y otra más. Tome tres. Y listo. Y ella me abrazaba, ante las escenas, de terror, yo no acostumbro a verlas, pero ella quería, ver, decía que yo le daba valor, la miraba sonreír, sus dientes blancos, su naris respingada, sus pechos se movían, y movían tras su risa, y yo mirándola, viendo sus rodillas, bajo esa tela desgastada, jeans roto.

    Ella poso, su codo sobre mi muslo, y se reclino sobre mí, yo le acaricie el cabello, ella tomo mi muslo, y sutilmente, con su uñita roza mi bulto, y eso, lo sentí, y ella también, y nos quedamos en silencio. Un instante. Trague saliva, y dije, a ver corazón, voy a juntar las cosas, así luego preparo tu habitación. Porque yo debo trabajar aun. Bueno dijo ella, saco su rostro de mi muslo. Y se corrió, el cabello, hacia atrás. Estuve, unos diez minutos, lavando los platos, ella en el living, deje de lavar, y mejor fui a armar el cuarto, prepare su habitación, y algunas frazadas,  ella, estaba en el living, le di aviso, tocando el hombro, y la lleve a su cuarto, vamos niña,  así te cambias y te acostas. Si dijo ella toda sumisa. Camino detrás de mí. Trayendo su bolso. Le mostré en donde estaba su baño, en suite,  y le di un beso en la mejilla, uno muy suave, y me despedí, descansa, le dije.

   Fui a terminar de lavar, y justo cuando estaba terminando, ella que entro en la cocina, ya vistiendo un hermoso short, muy corto, una perdición, marcando sus caderas. Imposible no perder la mirada, y sus labios se marcaban bien, ¿tienes pasta dental dijo ella?, ¿Qué raro que no haya? Dije. ELLA CAMINABA DELANTE MIO, CON SUS OJOTAS, Y ESE CULITO, QUE SE CONTONEABA DE DIESTRA A DERECHA. Llegue al baño, busque debajo, de uno de los cajones, y le di en mano la pasta, y ella me tomo los dedos, y demoro en retirarla de mi mano, ¿yo me preguntaba qué edad tiene esta niña?

  Me retiro, nos vemos, digo, y me fui al living, a trabajar,  y  Fernanda, regresa, Andres, puedo quedarme un rato contigo, y se sentó al lado mío. Bueno le dije, y apenas yo estaba trabajando, ella poso, su pierna sobre la mía, juguetonamente, la mire de costado, luego poso su cadera izquierda, sobre mi muslo, la miro de costado otra vez, y ella mirándome, puedo sentarme arriba tuyo, ¿para qué? Dije, porque de acá yo no veo nada, lo que haces, me remata ella, bueno, remarque, un momento, porque después cada uno debe acostarse.  Si se subió con su short, sobre mi pierna, y yo trabajaba, y le sentía el perfume de su piel, le miraba detrás de su nuca, esos cabellos que huelen distintos, y ella me pesco cerrando los ojos, mientras sentía ese aroma, y se reclino sobre mi pecho, abrazándome,  al mismo tiempo y acomodo sus piernas para estar en el medio.

   Percibí que ya iba a perder la poca compostura, y le dije, bueno señorita, mejor que vayamos a dormir.  Apague la máquina, y la alce, y la lleve en brazos a la habitación, la deposite en su cama, me incorpore, y tome unas almohadas del ropero, y frazadas, y ella pregunto ¿qué no duermes acá?

 Nooo!! No podríamos dormir!!!Bueno acostate ya, dije, me falta mi prenda de dormir,   bueno dije, te la pones, y te duermes.

 Me despedí, y me fui al living, para armar un sofá cama, encendí el televisor, y me acosté, no pasaron 20 minutos, cuando, Fernanda volvió, con su prenda de dormir, una remera blanca cortita, que le llegaba apenas a las nalgas, sus piernas eran preciosas, torneadas, unos machucones, de alguna caída mientras jugaba, seguramente,  me incorpore, y me senté. ¿Necesitas algo?, si Andrés, tengo miedo, no puedo dormir, claro, dije, tanta película de terror, bueno siéntate un rato. Se sentó a mi lado, y luego pozo su cabeza sobre mi pierna, yo estaba tapado, ella no podía saber cómo me encontraba yo, le acaricie la cabeza, y luego el hombro, y antebrazo, ufff le dije, debes ir a acostarte, tienes el brazo frio. Un ratito más, ¿me podes tapar? Con tu frazada,  bueno, corrí la frazada, para que ella se tape, y no viera como estaba yo, ella corrió sus brazos y se agarró de mis piernas, y las descubrió, sin pijama, descubrió mi piel, y me acaricio la rodilla. Che le dije, no te pases, y se rio, pícaramente.

  Yo sospeche que esto estaba mal, pero, el aire, era raro, seme cortaba la respiración, ella tomo mi brazo, y lo metió dentro de la frazada, sobre sus brazos, y me dijo tu también tienes los brazos fríos. Deje el brazo apoyado con la mano colgando, y ella me agarro los dedos, y jugo con ellos, entrelazándolos con los suyos, y luego, dio vuelta su cabeza, para mirarme, y se puso derecha, apoyando más arriba su cabeza, mi mano ya recayó, sobre su pecho, y su nuca, sobre mi verga, tomo mi mano, y la apretó contra su seno, mirándome a los ojos,  y yo concentrado para que mi verga no endurezca. Tomo mi mano, la deslizo sobre su pecho, estomago, y vientre, la dejo ahí, mirándome por su entrecejo, y la volvió a tomar a mi mano, y salto, su hermoso monte, y la coloco sobre su muslo. Respire tranquilo, es más volví a respirar, y ella sonrió,

Y no lo pude evitar el morbo me superaba,  y mi verga endureció, y ella se dio cuenta, y luego inclino su cabeza, poniendo su mejilla izquierda, sobre mi bulto, mirándome a los ojos, mi mano, abandono su muslo, para depositarse sobre su cadera, Fernanda acomodo otra vez su cara, y sus labios quedaron sobre mi verga, yo la mire, y le acaricie la cabeza llevando hacia atrás su cabeza, retirándola del sector de mi verga, la acaricie de otra forma, si, lujuriosamente, coloque mis dedos detrás de su nuca, nos mirábamos fijos, y mi mano la deslice por su pierna, por toda la extensión, ella cerro los ojos, abriendo la boca, como sumida en un ensueño, le acaríciela rodilla, baje en forma circular, y volví entre sus muslos, y como apretaban, deslice uno, para que una de sus piernas quedara doblada sobre la otra, Fer, se mordía los cabellos, y seguí subiendo por sus muslos, hasta llegar a su entrepierna,  y ahí, clave mi dedo índice, cuan largo es, cavando en ese trazo exquisito, apoye al mismo tiempo mis dedos de la mano sobre su nuca y la lleve a ella contra mi verga, me miro, entre curiosa y asustada, tome su brazo derecho, y lo lleve hacia mi vega, para que ella lo tocara, y luego agarre sus dedos otra vez, para que sintiera el calor, y las venas, y ella agarraba, mirándome con sus ojos grandes, baje mi mano nuevamente, agarrándole los glúteos, y volví más rápido ahora sobre su labios, y los enjugue, los hice mojarse, ella movía su pelvis, mientras mis dedeos hurgaban entre sus labios, y me agarraba la verga con más fuerza.

Deje de tocarle los labios, y lleve mi mano hacia donde estaba ella, y tome mi verga, y la saque del bóxer, y la doble hasta sus labios, le moje, se los pose y ella fue abriendo lentamente. Y le metí la verga, hasta donde pudo abrir, el resto quedaba afuera.  

Hice que me la chupe. Baje mi mano y le acaricie la argolla. Ella chupaba más y más, se desesperaba.  Luego, me levante, ella me vio la verga desde abajo, y trago saliva, y me puse entre sus piernas, le quite la bombachita, y me metí entre las mismas, y bese, bese, metí la lengua, y seguí chupando, ella se sentía rara, se contoneaba, y se desesperaba tenia contracciones, y mi lengua a full. Me levante, me acosté, contra la pared, del respaldo del sillón, o sofá, y a ella le hice que se acueste delante mío, dándome la espalda. La tome de la cadera, y la hice que se aproxime.  Y mi verga se pue apoyando sobre sus glúteos, y a ella ahora se le cortaba el aliento.  Y la besaba en la espalda, y le di vuelta el rostro, para comerle la boca,  y se  la comí, y seguí con mi verga, empujando,   hasta que sentí un quejido pequeño de Fernanada. Y seguí, metiendo, lento, muy lento.  Ella jadeaba, respiraba profundo, y cuando se descuidó, volví a embestir, y ella, dijo, no, no no por amor no, así no. Ahhhh si, métemelo.  La puse boca abajo, y ella doblaba sus piernas. Cuando yo la embestía. Al final,, de todo, en esa noche, le acabe en el rostro a ella, y el otro chorro se lo deje dentro del culito. Que ya no era chiquitito. Quedamos abrazados, durmiendo.   Así que quedamos en seguir…

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