septiembre 5, 2017

2009 Vistas

septiembre 5, 2017

2009 Vistas

Mi historia con Abril II: Acercamiento.

0
(0)

Habían pasado ya dos días desde lo ocurrido con la lavadora y me sentía inquieto. ¿A caso se trataba de síntomas de abstinencia por no tener más contacto con las prendas de Abril…? Cualquiera que fuese el caso, moría de ganas por entrar de nuevo a su departamento.

Lo intenté el martes, cuando ella se fue. Me dirigí raudo hacia su puerta y cuando metí la mano a mi bolsillo para sacar las llaves, la chica del 3-A salió del 3-D, y tanto la que vivía allí como ella se quedaron platicando. Fingí que revisaba el intercomunicador y estuve ahí un rato esperando a que alguna de las dos se marchara, pero las malditas urracas jamás lo hicieron; permanecieron ahí, en el portal, charlando y charlando. Al final tuve que regresar a mi departamento y ya no pude hacer nada.

Ayer, miércoles, también quise hacerlo. Me levanté temprano, calenté el café, encendí un cigarrillo y me encontré con Abril en las escaleras, lo usual. Nos saludamos como de costumbre, y como cada día, quedé enamorado de su angelical sonrisa. Me dijo que estaba muy contenta porque su lavadora funcionaba a la perfección. ¡Claro que lo hacía! ¡No en balde me pasé gran parte de mi vida armando y desarmando todo tipo de modelos de esos cacharros! Cuando se fue me quedé a terminar mi café y en cuanto la vi salir a la calle regresé a mi departamento, tomé la copia de sus llaves y corrí hacia su puerta. No sé si me gané la antipatía de algún ser divino, y con ello incrementó mi mala suerte, pues cuando estaba por introducir la llave apareció doña Esther, según ella «persiguiendo el globo de su nieto, que volaba». ¿Era en serio…? El nieto dejó este lugar hace años, en ese momento preciso debía estarse follando a un montón de chicas en la universidad, y por supuesto, no había ningún maldito globo volando por el pasillo. Intenté ignorarle, pues ¿qué podría pasar? Quizá aunque me hubiese visto, después lo olvidaría –pensé. Pero cuando miré hacia la ventana, la pobre anciana ya tenía medio cuerpo asomado. Corrí y la jalé dentro, después tuve que llevarla a su departamento y llamar a su nieto; el sujeto aún se acuerda de mí.

Hoy me desperté decidido a intentarlo una vez más. Repetí la rutina del café y el cigarrillo y salí a las escaleras; Abril no tardó en aparecerse y me saludó muy alegre con un beso en la mejilla. Su dulce perfume evocaba frescura y pureza. Estaba, como siempre, muy guapa en su uniforme de mesera. Al mirar sus pantimedias recordé el aroma que desprendían en su cesto de ropa sucia; tuve que contener mi erección. Cuando se despidió me apresuré y regresé a mi departamento por las llaves. Me dirigía cautelosamente a su puerta, cuando aparecieron el vago de la guitarra y la niña que vive en el 3-G. Recientemente he notado que ambos se llevan bastante bien, ¿qué estará pensando su madre…? Si fuese mi hija yo no la dejaría con alguien como él. Ambos pasaron a mi lado y me dieron los buenos días, correspondí y esperé hasta encontrarme solo. Entonces introduje la llave y salté dentro. ¡Finalmente!

El simple aroma del lugar me causaba ya mucho morbo. No estaba tan ordenado como la última vez, parecía que había tenido alguna reunión con amigos, o algo por el estilo. Había restos de comida nada más entrar, en la mesa de centro, junto a unos cuántos vasos, varios de ellos aún con soda. Los cojines del sillón estaban desordenados: uno en el suelo, otro fuera de su lugar. Al fondo, después de la columna blanca que se encontraba en el centro, en el comedor, las cosas también estaban algo cambiadas; las sillas estaban salidas y restos de la cena aún se percibían en los platos. ¡Seguramente se habían divertido estos muchachos!

Avancé lentamente y comencé a husmear en la sala; habían visto algunas películas y fumado un poco. Estaba conociendo algo nuevo de Abril. Levanté el cojín y mi corazón se aceleró. Debajo había un par de esos flip flops que las jovencitas utilizan mucho en verano; eran de color blanco y tenían marcada perfectamente la huella de un pie femenino. ¡Realmente amo esas cosas! Las chicas caminan por ahí calzándolos; al final del día, cuándo se los quitan después de haberlos usado bajo el sol, huelen delicioso. Y en efecto: después de levantar uno de esos y llevarlo a mi nariz, pude percibir el aroma fuerte y peculiar de esas patitas sudadas. Así estuve unos minutos mientras me masturbaba, imaginando cómo Abril los había usado y cómo lucirían sus deditos con ellos. Lamí el izquierdo en donde terminaba el arco y apoyaba, ese sabor salado, agridulce, amargo, no sé cómo definirlo, me inundó el paladar. Cuándo me di cuenta los había dejado bien limpios; había lamido todo rastro de esas delicadas huellas. Me preocupé, quizá lo notaría. Los puse en el suelo y coloqué el cojín sobre ellos, como si nada hubiese ocurrido y me levanté del sillón.

Recorrí el comedor, cureoseando, cualquier cosa que involucrase a Abril me llenaba el pecho de interés. Dancé alrededor de la columna y me dirigí hacia su habitación por el único pasillo, a la derecha. Al fondo se encontraba la puerta del baño y a la izquierda de este, la de su alcoba. Estaba cerrada; giré la perilla y me topé con más desorden: la cama estaba deshecha y algunas prendas en el suelo indicaban que quizá a la inquilina se le había hecho tarde y se había cambiado rápidamente. Una pijama gris, unos calentadores morados, todo estaba tan distinto a la ultima vez. Me acerqué a su almohada y de nuevo me tumbé a aspirar el olor de sus cabellos. Afortunadamente me topé con un par en la cama y los guardé en la bolsa de mi camisa.

No había mucho que hacer en la habitación y decidí que era hora de entrar al baño. Acomodé las cosas que había movido y me dirigí directo y sin escalas. Al abrir la puerta me topé nuevamente con una toalla colgada en un gancho y con una prenda intima debajo, ¡pero cuál sería mi sorpresa esta vez! La prenda era una atrevida tanga negra de hilo. Cuidadosamente la descolgué y la llevé a mi nariz después de extenderla y apreciarla. Estaba todavía con algunas gotas de agua, señal de que la había lavado en la ducha. Desprendía un ligero aroma a jabón, pero buscando pude oler los restos de un olorcillo en la parte que seguramente tenía incrustada en la vagina y el ano. Imaginar a Abril con esa prenda entre sus grandes nalgas blanquitas me provocó una dolorosa erección; sin embargo, me reservaba para el cesto, así que la coloqué nuevamente donde estaba y proseguí.

¿Intrigado? Lleva esta historia un paso más allá. Ver ahora

Finalmente estaba ante «el cofre del tesoro». Se notaba que había lavado algo de ropa, pues estaba un poco más vacío. Las bragas con las que me masturbé la vez pasada se habían ido. Ahora estaba su uniforme: camisa, chaleco, pantimedias, etc. Revolví un poco y encontré unos calcetines de rombos lilas con aromas débiles. Olí sus pantimedias y lo mismo, no se acercaban a las de la otra vez. Aún así metí mi pene en una de las piernas y con la suave textura me masturbé un buen rato, imaginando que abril me realizaba un delicioso footjob mientras las llevaba puestas. Mi objetivo era encontrar una tanga sucia y muy usada, pero no tuve suerte. Me pregunté si a caso la que estaba colgada sería la única que tendría. Aceleré mi masturbación y me corrí dentro, manchando la suavidad de esas medias.

Cuando terminé acomodé todo y me dirigí nuevamente a su habitación. Esta vez fui directo a sus cajones y revolví cuidadosamente entre sus prendas íntimas limpias. Salieron varios bikinis, cacheteros, etc, pero no veía por ninguna parte sus tangas. Debía ser cuidadoso, pues cada una de estas prendas estaba prolijamente doblada, cualquier error y Abril podría sospechar que alguien estuvo husmeando en su intimidad.

Estaba por darme por vencido, cuando en el último cajón, al fondo, encontré toda una hilera de tanguitas muy provocativas y atrevidas. No pude evitarlo y me restregué un par en el pene, en la zona que posiblemente un día de estos estaría metida en su culo. Ello me daba un morbo increíble, debo confesar. De ahora en adelante, cuando la viera en la mañana o en la noche, posiblemente estaría usando una de esas tangas, y esta, había estado en contacto con mi miembro; por supuesto, que ella lo ignorase, daría una sensación de esxcitación extra.

Estaba por correrme otra vez, pero me controlé; quería hacer algo más, algo loco, pero no sabía qué. Podría regresar al cesto y dejar más semen en su ropa sucia, pero no lo vi apetecible. Entonces, como empoderado por una malicia infernal, me dirigí conteniendo mi descarga hasta su cocina y abrí su refrigerador. Tenía pocas cosas, probablemente no había hecho las compras: un paquete de salchichas de pavo, una jarra con agua de coco, una cacerola con pasta y albóndigas (posiblemente de la noche anterior), y un bote de yoghurt natural. ¡Bingo! Froté mi pene lo necesario en una de sus tangas verdes para correrme y disparé un buen chorro dentro, después lo revolví con el dedo para no dejar evidencias y lo sellé nuevamente. Ahora, cuando comiese, se estaría bebiendo parte de mí. Estaba muy excitado.

¿Por qué hago estas cosas…? ¡Vamos, todos lo hemos pensado alguna vez! Cuándo nos encontramos sin supervisión en el cuarto de una chica, ¿qué es lo que hacemos? ¿Qué es lo que nos apetece hacer? 

Antes de volver a mi departamento revisé cuidadosamente, no quería que ella notase que alguien había estado allí, pero en eso tuve otra idea. La lavadora se había interpuesto entre mi fetiche y yo, así que rápidamente llevé a cabo un pequeño sabotaje, así seguramente no funcionaría y Abril me pediría que la arreglase nuevamente, dándome otra oportunidad para cometer mis fechorías.

Pasé la tarde ocupado en mis asuntos y cuándo llegó la hora en que Abril volvía del trabajo, me apresuré y salí a fumar un cigarrillo. Al poco rato se apareció visiblemente agotada. Al preguntar me respondió qué había estado despierta hasta tarde con unas amigas de la universidad y que moría de sueño. Le di las buenas noches y la vi alejarse en la oscuridad.

Así continúa mi historia con la inquilina del 3-E.   

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

🔞 Recomendado 18+:
🔥 ¿Buscas algo real hoy? Acceso gratuito y confidencial.

Entrar ahora

2 respuestas

  1. nindery

    Estoу cоmplеtаmеntе dеsnudо. ¿Quiеre vеr unа imаgеn? – http://analsex4.fun

  2. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Le pagué a mi cuñada para lamerle las axilas… y terminó mucho más intenso de lo que imaginé

anonimo

23/07/2025

Le pagué a mi cuñada para lamerle las axilas… y terminó mucho más intenso de lo que imaginé

Un domingo en la piscina con mi vecino

anonimo

20/01/2011

Un domingo en la piscina con mi vecino

Inflando Globos

anonimo

11/03/2020

Inflando Globos
Scroll al inicio