El tema de hoy es cuando recién compramos nuestra primera casa, aún recuerdo cuando nos entregaron esa casa a mi tetona y a un servidor, aún éramos novios.

Cuando empezamos a amueblar esa casa, lo primero que compramos fue la sala, así ya no pagábamos moteles, no había día que no íbamos a hacer nuestras fechorías ahí. No nos importaba que no tuviéramos cortinas jajajaja los vecinos de ese fraccionamiento nos veían con ojos juzgadores jaja.

Lo hicimos en todas partes, escaleras, en los baños, en los cuartos. Hasta en la cochera.

Era nuestra cueva del sexo, nuestras citas dejaron de ser citas y eran solo sesiones de sexo. Muchas veces nos quedábamos de ver ahí a la hora de la comida del trabajo.

Ella me mandaba un mensaje diciendo que no aguantaba las ganas de darme una mamada y abrazar mi verga con sus tetotas. Es fecha que aunque pasaron algunos años, lo sigue haciendo, hace salirme del trabajo solo para complacer su sed de mi leche.

Tengo la esposa más puta y saborsa que pude conseguir. La que sabe como prenderme en segundos, la que sabe que me encanta verla en sus lululemon negros con calcetines blancos y su blusa de mamadora.

La que me pide que me venga en su ropa para poder olerla cuando salgo de viajes de trabajo, la que me la chupa diario cuando llego de trabajar y la que me exige que le chupe sus pezones antes de irme.

Me encanta tener una esposa adicta a mi verga, me dijo que más tarde les va a platicar cuando me la mamó en un autobús y por qué lo hizo.

En definitiva me encanta mi tetona