Mi nombre es Marina, conocí a Paola en la Universidad. Tenía 17 años y Paola 18. Yo soy rubia ceniza, bello cuerpo, y ojos verdes. Paola es morena, largo cabello negro, lindo cuerpo, y ojos verdosos. Al conocernos hicimos buenas migas. Empezamos a estudiar juntas y la pasabamos bien. Yo era virgen aún y Paola había disfrutado del sexo con varios chicos.

Una tarde lluviosa nos quedamos solas en casa. Mis padres y hermano estarían fuera el fin de semana. Teníamos un examen facil, pero queríamos estar libres. Hablábamos de sexo y Paola me propuso nadar desnudas en la piscina. Me gustó la idea y accedí. Al verla desnuda vi que estaba totalmente depilada. Al ella verme me dijo: Voy a depilarte, eres demasiado bella para tener pelos allí, y sin más me tomó la mano y me llevó a la ducha. Allí me colocó crema y puso su dedo pulgar entre mis labios vaginales. Nunca había sido tocada allí y el contacto me agradó. No quero que te irrites, fue su escusa para colocar allí su dedo. Sentí que lo movía y reí nerviosa preguntandole qué hacía. Aprovechando el tiempo, dijo, tenemos que esperar 5 minutos. Su roce suave y delicado me excitó mucho, pasado un tiempo empezó a pasar una especie de máquina de rasurar sin hojilla por mi pubis. La pasaba delicadamente y ví como de depilaba totalmente. Al terminar llevó su dedo a su boca. Ví como saboreaba mis jugos vaginales y al decirme Hummm, qué sabor tan rico y delicado tienes, sentí que temblaba. Me toco a placer miestras me lavaba y dandome una toalla me dijo: Ahora si te vez hermosa. Vi que se agachaba y llevaba su boca a mi pubis. Reí muy nerviosa y excitada preguntandole qué hacía. Quiero ver si quedaste bien depilada. Cerre los ojos y entonces Paola se irguió y me llevó a la cama. Allí me beso con ternura en los labios y pronto respondía a sus besos. Nunca había sentido nada tan delicioso.Sus manos me tocaban a placer. Me llevó a la cama y allí me llevó a un delicioso orgasmo con su boca, luego se puso a horcajadas sobre mi rostro y la lamí como ella me lo había hecho. Ví como se contorcionaba y gemía de placer, hasta llegar al orgasmo.

Paola me disfrutó a plenitud todo el fin de semana, enseñandome muchas cosas. El domingo en la mañana fuimos a pasear en una zona en construcción, hablaba con los vigilantes y les coqueteaba, sentí celos, y empecé a molestarme. Entonces llegamos a un edificio que construían. Salió un negro enorme y fuerte y ví como Paola le coqueteaba, vi asombrada como el la tomó, y entonces miró en mi dirección indicandome que entrara, abriendo el portón.

Al pasar fuimos a un apartamento donde este hombre tenía un colchón, miré a Paola asustada y ella me dijo: Mi vida, tu eres mi hembra ahora, pero eres virgen y quiero que dejes de serlo, sin darme tiempo me besó con deseo y empezó a desnudarme. Traté de oponerme pero el hombre me inmobilizó. Quedé desnuda y ví como Paola se desvestía. El hombre tenía un pene enorme y grueso. Paola me tumbó a la cama y empezó a acariciarme, sentí las manos del hombre y me excité mucho. Allí, aquella mañana perdí mi virginidad en brazos de un hombre negro desconocido. Paola me acarició con ternura largo rato cuando el acabó. Entonces me dijo que se iría y me buscaría más tarde. Quiero que seas muy complaciente con Juan, va a desvirgarte completamente.

Ese negro me gozo por todas partes, eyaculo en todos mis agujeros poseyendome 2 veces, y al volver Paola se la montó con gran deseo.

Al irnos Paola me llevó a una farmacia donde me hizo comprar una pildora que prevendría un embarazo.

Desde ese día Paola me domina completamente, pero no me quejo, pues me da un placer increíble y no me importa que sepan que somos lesbianas