febrero 5, 2025

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Tengo veinticuatro años y mi novio fue el que me desvirgó al poco tiempo de comenzar a salir enseguida me despedí el coñito a láser y tengo unas bonitas tetas de un tamaño más que aceptable para mi edad bien tiesas y con una aureola muy marcada y unos pezones muy sensibles un culito respingón y mi rajita con unos labios y un clítoris bien desarrollados. 

Acostumbraba mucho a hacer toples e incluso naturismo y mis pechos muy acostumbrados a ir liberados de sostén, como bien digo con mi novio el sexo era maravilloso o así por lo menos yo lo creía. 

Como estaba algo de caída no quedaba con mis amigas y estaban tanto aislada un día que me encontraba algo mejor fui a casa de una de ellas, fui sin avisar ya que vivíamos a pocas manzanas. 

Me abrió su madre una mujer en los cincuenta años muy coqueta y realmente atractiva llevaba puesto vestido playero que vislumbraba el entorno de sus grandes pechos que por lo que yo sabía por su hija estaban operados, me hizo pasar al interior de la vivienda comentándome en el acto que mi amiga había ido a pasar el día con su padre a pescar en un pequeño barco y que lo regresarían hasta el atardecer. 

Marta sabía la ruptura con mi novio y creo que por la cara que puse se dio cuenta que necesitaba de alguien así que me dijo que si quería hablar podía hacerlo como si fuese una amiga, rehusé su imitación me sentía un poquito incómoda contarle a la madre de una amiga ciertas cosas pero ella insistió y salimos al jardín preparó un aperitivo con unas aceitunas y una vez en el jardín para mi gran sorpresa se quitó aquel vestido tumbándose en una hamaca quedándose completamente desnuda. 

Yo no pude evitar mirar su desnudez unos grandes pechos bien formados y la raja de su coño completamente depilada con un pequeño mechón al principio de su raja que lo tenía coloreado de color rubio al igual que su cabeza. 

A ver me dijo somos mujeres y yo en casa suelo practicar el nudismo para tomar el sol al igual que tu amiga siempre y cuando no está mi marido y él y yo lo hacemos cuando no está mi hija nos parece una cosa de lo más natural, yo titubeé no sabía que contestar y al final le dije que cada uno en su intimidad hacía lo que le daba la gana y que yo también lo había practicado con mi novio. 

Enseguida comenzamos a hablar de la ruptura de mi noviazgo y en un momento dado ella se acercó hacia mí y desabrochó mi blusa para la sacármela por encima de mi cabeza. 

No me digas que no estás más cómoda así y de paso bronceas esos bonitos pechos que tienes, yo le contesté que los suyos eran impresionantes y que estaba claro que haría al mirar a muchos hombres, ella añadió que mirar si pero que solo tenía su marido el privilegio de sobarlos y luego añadió que no son hombres sino también mujeres los admiraban.

Nos reímos ambas cómplicemente no voy a negar que me ruboricé sentí a mis mejillas coloradas, Marta se fue a la cocina y volvió con otros dos vermut yo riéndome nerviosamente le dije que nos íbamos a emborrachar momento en que ella añadió que tampoco importaba demasiado ya que estábamos en casa. 

Aquella mujer me inspiraba confianza tanto como una amiga y me sentía a gusto al punto de que aquella conversación era más intimista. 

Marta se levantó de su tumbona y cogiendo un bote de crema solar sin que yo le pidiese comenzó a frotarme mi vientre para ir subiendo a mis pechos momento en el que me estremecí profundamente aquellas manos amasaron mis necesitadas tetas de aquellas caricias y ella se dio cuenta al instante porque pellizco uno de aquellos pezones y de mi boca salió un ligero jadeo. 

Yo en la tumbona ya tenía mi faldita a modo de cinturón enseñando mi minúsculo tanguita que habían absorbido mis labios vaginales, Marta me sugirió quitarme la falda cosa que hice poniéndome de pie ante su mirada me hizo un gesto para que me acercase a donde ella estaba ahora sentada sobre la hamaca y cogiéndole el elástico de mis braguitas comenzó a deslizarlas hasta mis tobillos ayudando yo retirarlas. 

Tienes un cuerpo muy bonito realmente sexy no sé como tu novio ha podido cambiar de chica estás muy apetecible. 

Me sentía halagada pero a la vez un tanto abrumada me estaba diciendo cosas muy bonitas la madre de mi mejor amiga y no sabía cómo comportarme. 

Yo me tomé aquel vermut sin casi saborearlo y sentía como mis percepciones de todo eran como en una nube por aquel alcohol, Marta se propuso traerme otro a lo que yo le sugerí que mejor que no añadió ella que íbamos a disfrutar el momento cuando estábamos terminando aquel otro vermut yo ya me sentía bastante embriagaba y quedándome medio dormida Marta comenzó a untarme crema en mi espalda bajando hasta mis tobillos y dejando mis nalgas para lo último en el que empecé a sentir sus manos manoseando mi pequeño culo y amasandolo como si fuese harina. 

Qué verdad es de aquello que algunas el alcohol nos abre las piernas estando tumbada en aquella hamaca boca abajo sé que abrí ligeramente para mostrar algo más de mi intimidad momento en que aquella mujer deslizó un dedo por el canal de mi raja pudiendolo sentir en mi esfínter hacer varias pasadas y de mi boca salir un pequeño gemido. 

La cosa se quedó ahí no fue a mayores y ella me pidió que también le diese crema a ella esta directamente me enseñó todo el esplendor de sus nalgas y aquella profunda raja que brillaba seguramente por la humedad que tenía mis manos al igual que ella había hecho amasaron aquel culazo pero no llegué a intimar tanto en su raja. 

Nos quedamos dormidas durante un buen rato momento en que sentí a Marta pegarse una ducha en el jardín y entrar a la vivienda yo me puse mi tanguita y la seguí hasta la cocina donde estaba preparando algo para comer, ella me miró diciéndome que como así me había puesto mis braguitas, yo sin contestarle me las quité y las deposite sobre la encimera. 

Se acercó a mí y cogiendo de mi barbilla me dio un ligero beso en mis labios sin decirme nada más, sentí un chispazo un calambre al roce con sus labios mientras podía ver sus hermosas nalgas balanceándose en aquella cocina y al acercarme a ella para ayudarle el roce de su cuerpo desnudo. 

Estoy pringada de crema solar toda pegajosa, comenté yo mientras Marta me dijo que ya sabía dónde estaba la ducha así que sin mediar palabra me dirigí hacia ella. 

Mientras me estaba duchando acariciaba mis pechos y me estaba dando cuenta de que mi rajita tenía cierta humedad cuando Marta entró en el cuarto de baño y me preguntó sí necesitaba algo creo que no le contesté serás capaz de quitarte toda la crema de tu cuerpo momento en el que yo le dije que estaba claro que mi espalda no iba a poder ser. 

Marta entró en la ducha sentí su cuerpo pegado al mío mientras sus manos en mis caderas acariciaba mi vientre y comenzaban a subir sintiendo yo cada centímetro de aquellas manos estremecer mi piel y vas cuando atraparon mis pechos y comenzaron acariciar mis pezones y no solo eso si lo sentís sus dedos apretar y pellizcar estos. 

Me tenía a su disposición comenzó a acariciar mi espalda frotando para quitar los restos de crema mientras acariciaba mi culo yo me giré no sé por qué ni para qué pero entonces primero depositó sus labios sobre los míos para luego abrir paso con su lengua al interior de mi boca me fundí en un estremecedor beso húmedo y caliente apasionado como si no hubiese un mañana como si fuésemos un par de buenas amantes duró varios minutos mientras sentíamos caer el agua en nuestros cuerpos. 

Sin decir nada lo secamos ligeramente y me llevó de la mano hasta la habitación donde una vez me tumbó en ella agarrándome de los brazos comenzó a besarme y pasar su lengua por mis axilas ambas bajando mis pechos y sintiendo lo que iba a hacer me iba a comer mi coñito cuando estaba a punto de hacerlo yo ya me revolvía como una culebra y sentía la necesidad de que aquella lengua tocase el interior de mi raja dos hizo esperar sabía que anhelaba que lo deseaba que lo quería. 

Su lengua rozó mi clítoris llegando a un éxtasis y acto seguido comenzó a rebuscar en el interior de mi raja sintiendo como hurgaba profundamente para luego antiviral sorpresa sentir algo que nunca había sentido hasta entonces su lengua había bajado a mí hoyuelo al agujero de mi culo a mi ano haciéndome llegar a un orgasmo casi instantáneo su lengua recorría toda mi raja desde mi clítoris hasta mi esfínter sin dejarme un segundo de tiempo para responder cuando sentí mi segundo orgasmo ella misma se revolvió sobre la cama para colocándose encima ofrecerme la visión de aquella profunda raja. 

No lo dudé un instante nunca había hecho algo así pero me comí todos los jugos de aquel coño saboreando aquel sabor que no me era tan extraño ya que en muchas ocasiones yo había chupado la pija debido vió después de haber salido de mi coño y el sabor me gustaba saboré sorrbia y jugueteé con todos aquellos líquidos y al igual que ella había hecho busqué el hoyuelo de su ano donde coloqué mi lengua mientras uno de mis dedos movía aquel clítoris desarrollado sentí como si estaría meando encima cuando tuvo su primer orgasmo y lo depositó en mi boca. 

Habíamos entrado en una lucha fratricida comiéndonos coño culo y mordisqueando aquellas partes tan íntimas estaba desbocada desatada que día más mucho más y necesitaba desde luego algo dentro del interior de mi raja. 

Cuando tuve mi tercer orgasmo me quedé boca arriba a la cama deshecha sudorosa mientras Marta se alejaba y me dejaba durante un instante en aquella postura cuando vino no me lo podía creer en sus manos blandía un consolador de unos veintitantos centímetros de un grosor desmesurado donde tenía un capullo y unas venas supermarcadas y era de color carne comenzó a chuparlo y me lo ofreció a mí que también los chupé se lo introdujo en su coño prácticamente de un solo golpe para volver a dámelo a chupar cosa que hice lastimamente. 

Yo también lo quiero Marta vetemelo entero estoy muy caliente, lo apoyó a la entrada de mi coño y comenzó a penetrarlo hasta que sentí que hacía tope y luego comenzó a moverlo follándome con aquel gran consolador consiguió un orgasmo enseguida mientras ella ahora en posición de sesenta y nueve me follaba con aquel consolador y me debaba mi ano donde había conseguido meter dos de sus dedos frotando y metiendo mientras me follaba con aquel tremendo consolador. 

Perdí la cuenta de los orgasmos y de la lujuria de aquella tarde no comimos terminamos rendidas dormidas juntas abrazadas sudorosas había comenzado una gran amistad. 

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