Había planeado una sorpresa para ella, esperarla desnuda en mi cama, imaginando su reacción al verme ahí, lista para ella, era suficiente para calentarme. Pero el cansancio pudo más que los nervios, y me quedé dormida.

El roce de la puerta abriéndose me despertó. Por instinto, me quedé quieta, respirando lento, fingiendo estar dormida. Pero el perfume no era el de mi Catalina era el de su madre.

Sentí sus ojos recorriendo mi cuerpo. La sábana apenas cubría una pierna, y un piecito, dejando todo lo demás al descubierto, mis pechos, mi vientre, y entre mis muslos, el suave vello que Catalina tanto le gustaba tocar siempre bien rasurado, como a ella le encantaba. El aire frío de la habitación y mis nervios/verguenza hizo que mis pezones se endurecieran, y sé que ella lo notó.

Se acercó. No dijo nada al principio, pero sus dedos tiraron de la sábana con más fuerza de la necesaria, como si le molestara verme así. Su manga rozó mi piel al cubrirme, me dio un escalofrío sentirlo tan cerca de mi pssy, y por un segundo, sentí que su mirada se detenía justo ahí, entre mis piernas.

«Pendeja indecente», dijo muy bajo, casi para sí misma. La sábana me cubrió por completo, pero el silencio era más pesado que cualquier regaño.

Catalina llegó mucho después, deslizándose bajo las sábanas como si nada hubiera pasado. «¿Ya te dormiste?», me dijo, su mano encontrando de inmediato mi cadera y sus labios apretándome un pezón. No le dije nada sobre su madre, dejé que se divirtiera con mi cuerpo como lo había planeado.

Creo que me quedó gustando el que me hayan visto desnuda, exhibirme así jaja, o solo fue la adrenalina del casi descubrimiento?

Alguna vez han sentido eso?