Por

Anónimo

mayo 18, 2025

306 Vistas

mayo 18, 2025

306 Vistas

Lo hice en las duchas del gym con mi hermanastra. MyM

0
(0)

El sudor corría por mi espalda, pegando la camiseta deportiva a mi piel. Cada movimiento de mis músculos, cada gota que resbalaba entre mis pechos, solo alimentaba el fuego que ardía dentro de mí. No era solo el esfuerzo físico era ella. Catalina, con sus leggings negros tan ajustados que dejaban ver la forma de su sexo, con su respiración entrecortada, con esa mirada que me devoraba cada vez que creía que no la estaba mirando.

El gym estaba casi vacío, pero no lo suficiente. Necesitábamos privacidad, y las duchas eran nuestro único refugio.

Nos encerramos en la cabina más alejada, el vapor llenando el aire, el sonido del agua cayendo en las otras duchas creando una cortina de ruido perfecta. No hubo preámbulos, ni palabras, solo manos urgentes quitando la ropa empapada, bocas hambrientas encontrándose en un beso que sabía a sal y deseo.

Catalina me empujó contra la pared fría, el contraste con mi piel ardiente haciéndome estremecer. Sus manos, fuertes y ávidas, me exploraron sin piedad apretando mis pechos, hundiendo los dedos en mi carne, marcándome como si quisiera dejar huellas que duraran días. Yo le devolví el favor, deslizando mis manos por su abdomen tenso, bajando hasta ese lugar donde su calor me quemaba los dedos.

Mi celular estaba allí, en el banco, grabando cada segundo.

No sé quién lo tomó primero, pero de pronto estábamos posando para la cámara, mostrándonos como putas hambrientas. Catalina, con su espalda arqueada, sus nalgas redondas y firmes, su sexo empapado y entreabierto. Yo, con mis piernas abiertas, mis dedos jugando con mis labios, mi boca llena de ella.

Las fotos se volvieron más explícitas, más depravadas. Mis uñas marcando su piel, su lengua recorriendo mi espalda, mis gemidos ahogados por el agua caliente que caía sobre nosotras.

Y luego, el clímax.

Catalina me levantó, mis piernas alrededor de su cintura, y me empujó contra la pared. No hubo delicadeza, solo necesidad animal. Sus dedos, su boca, su cuerpo entero dedicado a saciarme, a hacerme gritar hasta que mi voz se quebró.

El celular capturó todo. Cada gemido, cada sacudida, cada gota de placer que corrió por mis muslos.

Cuando terminamos, jadeantes y temblorosas, supimos que esas fotos nunca serían borradas.

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Deja un comentario

También te puede interesar

Lo hice en las duchas del gym con mi hermanastra. MyM

anonimo

18/05/2025

Lo hice en las duchas del gym con mi hermanastra. MyM

Descubrí que era lesbiana, una noche...

anonimo

27/09/2016

Descubrí que era lesbiana, una noche...

Algo que no buscamos

anonimo

17/07/2019

Algo que no buscamos
Scroll al inicio