La extraña vida de Suevia. Parte 1.
Parte 1: Suevia despierta.
Suevia había tenido un extraño sueño. Estaba de rodillas en su habitación completamente desnuda excepto por una fina panty que se ensartaba en sus nalgas y en su ya hinchada y peluda vagina. Su clítoris rozaba la delgada tela y la hacía estremecer de placer. Pero lo que a ella realmente le importaba era chupar el inmenso seno que una chica rolliza y mas bajita que ella, le ofrecía estando de pie. La inmensa teta de pezón grande y rosado claro se le antojaba como el manjar más sabroso que hubiese probado. Sus propios senos pequeños de areolas grandes tenían los pezones erectos y duros. Y un hilo de saliva le rodaba por su mejilla a medida que chupaba más y mas. La mano de la chica se enredaba en su largo cabello enrulado mientras acariciaba su cabeza y la atraía hacia ella. Parecía disfrutar demasiado la boca de labios grandes de Suevia -quien no era lesbiana y nunca en su vida adulta había probado otro pezón que no fuese el de ella -.
Suevia estaba segura de no conocer a la chica, pero se le antojaba hermosa y apetecible. Su mano comenzó a recorrer sus gordas piernas, sintiendo la suave piel blanca bajo sus palmas. El olor de la vagina de la chica comenzó a emanar junto con sus fluidos lubricantes. Suevia recorrió con sus dedos la parte interior de los muslos recogiendo todo el fluido que podía y restregándolo en los pezones de la chica para volverlos a chupar. El resultado era ambrosia y los labios hinchados de la vagina de Suevia apretaban la tela del hilo que se metía entre ellos como una muy tensa cuerda provocándole dolor y placer. Los dedos de Suevia ya entraban y salían con rapidez de la apretada cuca de su amante anónima y hasta el ano de Suevia palpitaba de las ganas de ser penetrado.
Como si pudiera escuchar su pensamiento, la chica se retiro de Suevia y la hizo ponerse de pie. Sus manos acariciaron las caderas de Suevia y retiraron lentamente el empapado hilo dental. Este cayó al suelo con un débil sonido chapoteante y la lengua de la chica –que Suevia seguía aun sin poder ver- comenzó a recorrer lentamente el camino entre su ombligo y su monte de Venus. Las caricias de su lengua cambiaban a tiernos y húmedos besos que dejaban un brillante camino de saliva. La boca de la chica llego a sus labios externos e inclino su cabeza para besar su vagina. Su lengua recorría toda la rajita hinchada y roja de Suevia y chupaba su clítoris como si de un caramelo se tratara. Pero la boca de la chica era dulce, tierna y un poco ansiosa de abarcar toda su vagina.
No paso mucho tiempo para que Suevia explotara de placer en un inmenso orgasmo que inundó la cara de la chica y la hizo despertarse. Se encontró con su cuerpo sudado bajo la bata de dormir corta que llevaba, su ropa interior yacía en el suelo y su entrepierna estaba húmeda y babosa gracias los fluidos de su orgasmo. Su cuarto olía profundamente a sexo, aunque ella no lo notaba tanto. Sentada en el borde de la cama, estaba llena de sentimientos encontrados. Nunca había estado con una mujer, nunca había deseado a ninguna mujer, pero desde que soñó con la chica gordita, su cuerpo no había respondido nunca con tanta intensidad al orgasmo. Tenía miedo de poseer un lado oscuro y perverso que pudiera llegar a poseerla y no sabía cómo podía evitarlo. Al final, después de un rato de reflexión, pensó que lo mejor sería iniciar el día rápidamente y ocupar su cabeza en otras cosas.
Suevia no vivía sola, compartía apartamento con una madura tía, su primo, y la novia de este, que cariñosamente la llamaba “cuñada”. Se dirigió al cuarto de baño caminando con discreción, el apartamento estaba silencioso a aquella hora de la mañana, pero conociendo los hábitos de trabajo de su familia, probablemente todos ya habían salido, cosa que Suevia agradeció de sobremanera. Se desnudo e inmediatamente se metió bajo la ducha fría, dejando que el agua lavara su cuerpo de sus fluidos y bajara su calentura. El sueño la había dejado trastornada, nunca había pensado que podría excitarse tanto con otra mujer, aunque por más que revisara sus recuerdos, no conocía a ninguna como aquella de sus sueños. Los recuerdos de su sueño comenzaron a regresar nuevamente, haciendo que la vagina de Suevia se hinchara y se endureciera su clítoris, a pesar de su orgasmo, no se había tocado y su rechoncha cueva estaba pidiendo a gritos contacto.
Se masturbo lenta, concienzudamente, exponiendo con una mano su clítoris abierto y con la otra rozando su pepita e introduciéndose varios dedos, pero a pesar de sus esfuerzos, el orgasmo llego rápido y fugaz, la sensación de la boca y los dedos de la mujer de sus sueños habían sido tan realistas, que no se comparaban en nada con su propio contacto.
Frustrada salió de la ducha y solo seco su cuerpo a medias, dándose una larga mirada en el espejo. Su rostro no era hermoso pero nada desagradable tampoco. Morena clara, de labios gordos y nariz gruesa pero no grande y cejas tupidas que delataban sus ancestros españoles, tenía un aire a Frida Kahlo mucho mas mulato por su cabello negro ensortijado que llegaba casi hasta su cintura. Sus senos eran pequeños, sus caderas grandes y su culo no estaba en la mejor forma pero todavía levantaba miradas, al igual que unas gordas piernas con unos pies grandes pero delicados y siempre limpios, no entendía como podía pensar en estar con una mujer cuando tantos hombres la buscaban por su aire liberal y su sencillez encantadora aunque de temperamento explosivo. Salió desnuda del baño y comenzó a caminar hacia su cuarto, cuando un extraño sonido la detuvo en seco. El sonido venia del cuarto de su primo, que quedaba junto al de ella, y acercándose lentamente sobre la punta de sus pies se asomo a la puerta entreabierta. Lo que vio la dejo pasmada.
Su cuñada se encontraba en el piso de su cuarto, aun tenia la ropa de su trabajo como cajera de un banco, con una camisa blanca y un blazer azul marino muy elegante, pero de su cintura para abajo se encontraba con sus piernas desnudas y abiertas mostrando una vagina oscura y de labios grandes con una pequeña mata de pelos, su mano derecha la masturbaba convulsivamente, introduciendo los cuatro dedos con un sonido chapoteante salpicando todo el piso con su corrida. Los dedos de sus pies se contraían y estiraban de placer, mientras su mano izquierda sostenía con el puño cerrado un trozo de tela que aspiraba su aroma y chupaba con desesperación. El trozo de tela era la pantaleta que Suevia acababa de usar.
Suevia tardo un poco en entender la escena, quien de otra manera era una mujer seria y discreta y de paso familia, se hallaba en la posición mas erótica que una estrella de porno. Su piel era blanca y su cuerpo relativamente delgado aunque de caderas grandes, su rostro tenía una nariz un poco gruesa al igual que sus labios, lo que la hacía parecer un poco vulgar, aunque lo compensaba con una estricta personalidad. Su cabello largo, liso y oscuro que de otra manera siempre estaba atado en moño descansaba ahora sobre sus hombros dándole una imagen aun más erótica. El cuerpo de Suevia respondió antes que ella, y una fuerte palpitación de su entrepierna junto con unas extrañas cosquillas en el estomago la invadieron. No podía pensar mucho y su cuerpo mojado por el agua se humedeció aun más pero de sudor.
Apoyada en la puerta como estaba, sin tratar de moverse abrió un poco sus piernas involuntariamente para tocarse nuevamente, pero sus pies resbalaron por la propia humedad, cayendo de nalgas, abriendo la puerta de par en par y quedando expuesta a su cuñada. Esta se detuvo en seco, abrió los ojos y miro a los de Suevia directamente, sin cambiar su expresión de éxtasis, Suevia pensó que parecía una perra en celo, y como si leyera su mente, su cuñada se coloco sobre sus manos y rodillas y se acerco gateando hasta la puerta, no parecía pensar, solo actuar y esto asusto a Suevia tanto que intento levantarse, pero solo logro recostar su espalda sobre la pared del pasillo. Gateando aun, la cuñada se acerco a Suevia y termino de abrir sus piernas con un manotazo, acercando su rostro a su vagina y aspirando su aroma profundamente. Levanto de nuevo su rostro para mirar a Suevia, y de su boca cayo un hilillo de saliva. La cuñada bajo de nuevo su cabeza y sin pensarlo pegó su boca a la raja abierta de su amiga, lamiendo, comiendo y chupando la cueva de placer. Suevia suspiro profundamente, dejándose llevar por aquella boca que la comía sin mucha contemplación pero compensando la falta de experiencia con voracidad. La gran lengua de su cuñada no dejaba un centímetro de piel sin probar, lamer y chupar.
El orgasmo que con tanta ansiedad había tratado de arrancarse en el baño llego con toda la fuerza de un tsunami, provocando que Suevia por primera vez en su vida soltara un fluido claro como un chorro que lleno la cara de su cuñada. Suevia había visto películas porno más de una vez en su vida y sabía que aquello se llamaba Squirt y que solo los orgasmos más intensos -los orgasmos de una actriz porno- podrían provocarlos en ciertas mujeres.
La cuñada no le dio mucha tregua a Suevia. Se levanto y abriendo sus piernas acerco su propia panocha al rostro de la sorprendida mujer, no tuvo que ponerse de puntillas por lo alta que era y sus pies pegaron a ambos lados de las nalgas de Suevia. La oleada de olor al sexo de su cuñada el golpeo de lleno, era el olor a celo de otra mujer, la vagina peluda y de labios gruesos de su amiga, su cuñada. Suevia la admiraba hipnotizada sin saber qué hacer, a escasos milímetros de su rostro no entendía por donde comenzar, en ese momento un hilillo de flujo de la cuca de la cuñada salió con dificultad de entre los labios hinchados y peludos, depositándose suavemente sobre el labio inferior de Suevia, y como una señal, esta se dedico a comer.
Los labios gruesos de la boca de Suevia se entremezclaban con los de la vagina de su cuñada, como enredados en un beso pecaminoso. Los vellos de la cuca cosquilleaban desde su nariz hasta su mentón, pero Suevia estaba concentrada en probar por primera vez el jugo de otra panocha, un poco salado, un poco acido, un poco dulce, pero completamente delicioso. Su lengua y sus labios sentían cada superficie, cada arruga de piel, y se introducían como exploradores en una cueva desconocida. De repente sintió la mano de su cuñada presionando su cabeza contra su pelvis y un chorro muy similar al suyo salió despedido de la cuca de su (siempre seria, siempre elegante, siempre inocente) cuñada. A Suevia no le sorprendieron tanto los gritos de placer como las groserías que salían de la boca de su cuñada. Así mi puta así, chúpame esa cuca mi puta rica, cómeme este bollo rico, chúpame el jugo rico de mi cuca mami, así rico así- al acabar, los pechos de Suevia estaban húmedos y olorosos, los pezones goteaban el “jugo de cuca” como lo llamó su cuñada, y la misma vagina de Suevia aun palpitaba pidiendo más.
Aun respirando con dificultad y sin abrir los ojos después de tanto placer, intento preguntarle a su cuñada que había sucedido, cuando esta sin mediar palabra entro a su cuarto, se coloco la falda del uniforme de trabajo y los tacones como si lo que hubiese pasado fuese la cosa más normal del mundo, cuando Suevia abrió los ojos la vio lista para irse –aun con el brillo de su corrida en sus labios ya pintados de rojo- y como si recordara algo de repente se agacho al piso, tomo la pantaleta de Suevia y se la puso como si fuera su propia prenda.
Suevia escucho como cerraba la puerta del apartamento dejándola a ella sola, desnuda, en el charco de su propio orgasmo, con su cuca aun hambrienta y llena de la corrida de un miembro de su familia de quien ella nunca se hubiese imaginado estar cubierta. Aunque pensándolo bien, ella nunca había hecho esto.
Ya calmada, se levanto y se dirigió al baño, aunque solo logro limpiarse los fluidos con una ducha rápida, consciente de que llegaría tarde a su trabajo. Se vistió con una blusa ligera, pero al verse desnuda para abajo temía que el más mínimo contacto de la tela del pantalón o aun su misma pantaleta, pudieran desencadenar otra sesión de masturbación intensa, así que se coloco una larga falda y unas sandalias sencillas y se dirigió rápidamente a su oficina, aun confusa de toda su experiencia.
Continuara
Relato editado el 01/06/2017
2 respuestas
-
Cоmpré lencеría sеxу nueva. ¿Quieres vеr? – http://analsex4.fun
-
Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.