Joder es que esto me pasó el sábado y todavía estoy temblando cuando me acuerdo. Soy Cristiana tengo 50 años y soy española pero vivo sola desde que me divorcié hace tres años. Bueno el caso es que me descargué Tinder porque mis amigas me dijeron que para qué estaba sola con lo buena que estoy todavía. Pues conocí a un chico de 35 años que se llama Alejandro y empezamos a hablar.

Durante una semana estuvimos mandándonos mensajes super calientes. Él me decía que quería chuparme entera y yo le contaba que llevaba años sin que un hombre me hiciera venir. La verdad es que aunque soy mayor tengo un cuerpo que muchos me dicen que parece de 40. Tetas grandes y firmes culo redondo y bien cuidado. Pues este chico me volvía loca con sus mensajes.

El sábado quedamos para cenar. Yo iba con la idea de conocerlo y si acaso darle un besito nada más. Pero cuando lo vi en el restaurante me quedé alucinada. Era más guapo que en las fotos alto con unos ojos verdes que te traspasaban. Y lo mejor es que era super educado. Me abrió la puerta me sacó la silla todo caballeroso.

Durante la cena no parábamos de reírnos. Resulta que tenemos los mismos gustos para todo. Me contó que es ingeniero y que le encanta viajar. Yo le dije que soy profesora de yoga y se puso a hacerme preguntas super interesantes. La conexión fue instantánea no sé cómo explicarlo.

Cuando terminamos de cenar me abrió la puerta del coche y ahí me dio un beso. Joder qué beso. Con lengua pero con suavidad y me apretó la cintura. En ese momento sentí que se me mojaban las bragas del todo. Cuando se subió al coche me preguntó «¿a dónde vamos?» y yo le dije «a portarnos mal».

Fuimos a un motel que estaba cerca. Al principio estaba nerviosa porque hacía años que no estaba con un hombre así. Pero en la habitación me empezó a besar y a desnudar despacio. Me quitó el vestido y me dejó solo en bra y bragas. Se arrodilló y me empezó a chupar las tetas through la tela del sujetador. Después me lo quitó y se puso a mordisquearme los pezones que los tengo super sensibles.

Pero lo mejor fue cuando se bajó y me quitó las bragas. Empezó a hacerme un oral que casi me vuelvo loca. Tenía una lengua larga y caliente que me lamía el clítoris de una manera que nunca había sentido. Metía los dedos y me los movía en círculos mientras me chupaba. Me hizo venir tres veces seguidas solo con la boca. Gritaba tanto que seguro nos oían en otras habitaciones.

Después de eso me montó encima pero antes sacó un condón. Yo le quité la mano y le dije «quiero sentirlo piel con piel». Él me miró sorprendido pero accedió. Joder cuando me la metió sin protección sentí una conexión que no había sentido nunca. Era gruesa y larga y me llenaba completa.

Estuvimos en varias posiciones. Primero de misionero y me miraba a los ojos mientras me daba. Después me puso a cuatro patas y me dio por detrás agarrándome de las caderas. Luego yo encima moviéndome a mi ritmo. En cada posición me hacía venir. Llevaba tantos años sin un orgasmo así que creía que ya no podía.

Al final estaba acostada en la cama con las piernas en el aire y él encima de mí. De repente me dijo «ya me voy a venir». En ese momento pensé que se lo merecía por haberme tratado tan bien toda la noche. Así que le dije «puedes acabar adentro o en mi boca tú decides».

Vi cómo se le cambiaba la cara. Se puso más serio y empezó a darme más fuerte. No dijo nada solo me miraba fijamente mientras movía las caderas. De repente sentí su líquido caliente saliendo dentro de mí. Era mucho más de lo que recordaba. Me llenó por completo y se me salía entre las piernas.

Después se echó a mi lado y me abrazó. Estuvimos así un rato acariciándonos y hablando. Me contó que hacía mucho que no sentía algo así con una mujer. Yo le dije que yo tampoco con un hombre.

Como todavía estábamos calientes volvimos a follar. Esta vez fue más lento pero igual de intenso. Cuando estaba a punto de venirse se la metí en la boca y se corrió ahí. Tenía un sabor salado pero no me desagradó. Me lo tragué todo y él me dijo que era la mujer más increíble que había conocido.

Nos quedamos abrazados hasta que se hizo tarde y tuve que irme. Desde entonces no he podido dejar de pensar en él. Ayer me mandó un mensaje diciendo que quería verme otra vez. Y yo creo que voy a quedar porque joder nunca me habían hecho sentir así.

Eso sí me tomé la pastilla del día después porque aunque fue increíble no quiero sustos a mis 50 años. Pero la verdad es que no me arrepiento de nada. Fue la mejor noche sexual de mi vida y eso que he estado casada 20 años. A veces los desconocidos te dan sorpresas maravillosas. Ojalá siga viéndome porque quiero repetir eso muchas veces más.