Por
Anónimo
La mamá de Pau pt.3
Tenía a Catalina sentada en la barra, estábamos abrazados, besándonos. No parábamos de besarnos. Besos cortos y tiernos. Ella estaba colgada de mis hombros con sus manos alrededor de mi cuello, yo la tenía abrazada por la cintura acariciando sus nalgas.
—No te vayas, ¿tienes que irte?—me dijo entre besos.
—Sí, tengo que irme—nos seguimos besando.
—Pensaba que el tener que volver al hospital era una excusa para quedarte aquí—, me abrasó fuerte y me siguió besando.
—Tengo muchos pendientes, puedo quedarme tarde. Pero no toda la noche, si me quedo hoy, no te veré mañana.— me abrazo con mucha fuerza. Nos quedamos abrazados un par de minutos sin decir nada.
—Pues creo que ya pasó lo que podía pasar, ya me cogiste. Y es todo supongo—, dijo algo sería, viéndome a los ojos.
—¿Qué más quieres, Catalina? ¿Qué seamos novios?—le dije sarcástico.
—No, no digas tonterías. Me hubiera gustado hacer el amor. No solo que me cogieras. Sí, me gustó y hacía falta, pero quizá esperaba algo diferente —me dijo mientras acariciaba mi cara.
—Catalina, pues esto no ha terminado. Solo me tengo que ir. Volveré en otro momento.— me vio algo emocionada.
—Quédate mejor, no te vayas.—
—Mira, tú elige; me quedo hoy y no nos vemos mañana. O me voy ahorita y te veo mañana todo el día.— no tardo nada en contestar.
—¡Quédate!—
—Está bien, me quedaré, hoy estaremos juntos, Catalina. La siguiente ocasión… Después veremos.—
—¡Sí! El ahora es lo único que tenemos, mañana ya puede ser muy tarde. Yo me puedo arrepentir o tú perder la emoción. Todo puede cambiar. Prefiero que te quedes hoy y tener este momento— nos empezamos a besar.
Le volví a bajar el vestido para besar sus pechos y empezamos a calentarnos otra vez.
—Vamos arriba al cuarto de visitas— me dijo con una carita muy coqueta y sus preciosos senos desnudos.
—Vamos arriba, llévame a tu cuarto, Catalina. Te quiero coger en tu cama—, me veía algo indecisa.
—No puedo, aún no. Son muchos recuerdos—, la tomé de la cara y le dije. —Catalina. Vamos a tu cama. Quiero que cada vez que estés en tu cama me recuerdes y te toques pensando en mí—, se me quedó viendo con los ojos llenos de lágrimas. Nos besamos. La bajé de la barra y me llevo de la mano hasta su habitación.
Ya en su habitación empecé a quitarme la ropa y ella también. Entro a la regadera y enjuago su cuerpo. Yo solo me desnudé y me acosté en su cama.
Al salir de la regadera, se acercó a la cama, quedándose de pie frente a ella. Se veía espectacular.
Sus pechos grandes firmes, su abdomen definido y el cuerpo esculpido por las cirugías más recientes. Le hacían ver un cuerpo más sexy que el que tenía cuando yo era un adolescente. De solo verla se me paró muy cabrón. Ella se rio.
—Espero y si me dures, aunque sea una vez, jajaja ——me dijo riéndose.
—jajaja, me gano la emoción hace un rato… Pero solo perdí un round. 1/12, faltan 11 y aún me siento fuerte. Te puedo dar la sorpresa y noquear, jajaja— ella me veía muy sexy y provocativa desde abajo de la cama.
—Vamos a ver, veremos qué tan cierto es eso.— se empezó a subir pegada al raz de la cama, sigilosa. Empezó a besar mis piernas, subiendo hasta llegar a mis testículos y empezarlos a chupar. Yo ya estaba bien seco, pero se sentía muy bien. Y verla ahí con el culo parado y conmigo en la boca fue algo muy excitante.
La dejé que me la chupara, parecía disfrutarlo tanto como yo. Lo hacía muy bien. Mientras lo hacía se tocaba. Llegó un momento en que estaba muy caliente y me veía mientras me la mamaba. Esperando él que le diera alguna indicación.
—¿Quieres que te la meta, Catalina?— asintió con la cabeza con mi verga en sus manos y en su boca.
Me levanté y me paré de la cama, ella quedó con el culo parado en la cama, boca abajo. Me puse detrás de ella y la jalé a la orilla de la cama.
—Acércate, Catalina.— Ella prácticamente no habla mientras la cojo. Solo obedece.
La tomé de las caderas y vi su culo, tenía el ano dilatado. Y la vagina también. Ella moría de ganas porque la llenara toda.
Le pasé la verga por el culo y dio un suspiro. Le pasé un par de veces la verga, se la metí vaginal. Empecé a darle suave. Le entraba toda, como cuchillo caliente en mantequilla. Resbalaba y sentía cómo se mojaba y venía cada vez que entraba y salía de ella. Tenía la cara pegada al colchón, volteando hacia un lado. Sus ojos blancos y boca abierta me daban la impresión de lo mucho que lo estaba disfrutando. Empecé a tomar ritmo poco a poco. Ella se sujetaba de las sábanas en la medida en que le daba más fuerte y rápido.
—¡Ah, ah, aaah, qué rico!—, le estaba dando con fuerza. Mis testículos golpeaban con fuerza su vulva mojada.
—¡Ay!! Siii!! ¡Qué rico! ¡Dame más fuerte!— la tenía tomada de las nalgas y la nalguéaba con fuerza.
Ella se retorcía y se aferraba a las sábanas con fuerza. Se vino un par de veces y yo aún tenía mucho por darle.
—¡A dame duro, dame por atrás! ¡Métemela toda!— se la saqué y se la metí en el culo de una sola vez.
—aaaa espera, poco a poco!—. Estaba dentro de ella y ella estaba muy apretada y caliente. Me apretaba muy cabrón la verga con el ano apretado que tiene. Su cara estaba llena de lágrimas. Estaba llorando, pero estaba muy satisfecha también.
Le estaba dando con fuerza, nalgueándola y embistiéndola. Ella se metía los dedos y me masajeaba los testículos mientras le daba.
—¡Ya, ya no puedo más, sácamela! — dijo gritando. Después de venirse. Todo su cuerpo temblaba, sus piernas estaban empapadas. El brillo de su piel sudada y mojada del squirt y sus secreciones me tenían muy caliente y duro aún.
Se la saqué para moverla, para seguirle dando. En cuanto sé la saque empezó a temblar aún más y se colapsó. Se estremecía y temblaba en el colchón. Gemía y se apretaba los pechos. —¡aah ya! ¡Qué rico, ya no puedo más! Espera. Me decía mientras atravesaba ese intenso orgasmo. Fui al baño, después fui a la cocina para tomar agua. Al regresar, ella ya estaba recuperada.
Dormida en la cama.
—Catalina, me voy a ir. Ya fue suficiente.— le dije, a lo que respondió negando con su cabeza y quejándose un poco.
Empecé a ponerme la ropa y se levantó. Quedando sentada en la cama, entre dormida y despierta.
—Ven a dormir conmigo. ¡Dijimos que te quedarías hoy! — se paró y caminó hacia mí, tomándome de la mano, jalándome a la cama. Me volví a desvestir y me acosté en la cama, ella se acostó sobre mi pecho quedando dormida. Puse una alarma e intenté dormir.
Después de un rato me quedé dormido. Por la madrugada ella se levantó. Abra ido por algo y al volver regresó cariñosa. Nos empezamos a besar, estando acostados, solo separo sus piernas y me monto lentamente. Podía sentir su cuerpo suave, sus manos acariciándome, la tenía tomada de la cintura mientras se movía despacio, sintiendo todo, con atención y detenimiento. La escuché gemir y venirse. Se acostó en mi pecho y se quedó dormida conmigo dentro de ella. Yo también me dormí.
Al sonar mi alarma, despertamos y nos besamos, ella fue bajando por mi cuerpo hasta llegar a mi pene, un par de veces pasó su lengua por mi y yo ya estaba mal, quite la cobija que la tapaba para verla. Me vine en su boca muy cabron. Lo que me hizo querer dormirme otra vez jajaja es una locura lo intenso que es el eyacular con ella. Solo me hizo terminar dos veces pero fueron muy muy intensas.
—levántate, ya te tienes que ir. Luego nos pondremos de acuerdo para volvernos a ver!— me quede en la cama unos minutos y después me fui.
Ella quedó muy contenta. Quedamos en volvernos a ver, 1vez al mes, 1 vez cada 15dias, 1 vez a la semana,…veremos. Por lo pronto tenemos este encuentro. Y tenemos el saber que queremos que se repita.


Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.