De esto ya hace mucho tiempo, yo tenía como 20 años de edad y acababa de llegar a la ciudad, conseguí un trabajo como conserje  en una institución educativa privada para señoritas de familias adineradas. Había una señorita que me llamaba particularmente la atención la llamaré «Angélica», me reservaré su nombre real. Angélica estaba en el último año de secretariado bilingüe, próxima a graduarse, a sus 18 años recién cumplidos ya era toda una mujer, era una de las estudiantes más guapas de la institución. Su cabello era castaño con rulos que caían a su hermosa cara, con ojos verdes y labios carnosos, sus pechos parecían dos redondas esferas y a todo esto lo complementaba su trasero que era la mejor parte de su cuerpo. Dos nalgas firmes y grandes, como montañas a escala, que hacían que se perdieran mis pensamientos. Por supuesto Angélica me atraía mucho, pero ella pertenecía a una rica he influyente familia y yo era un conserje que no llevaba mucho en la ciudad así que me limitaba a contemplarla de lejos.

Yo generalmente me dedicaba a asear el colegio cuando ya todas las alumnas se había retirado y las clases habían terminado, ocasionalmente hacia algunos trabajos de plomería pues tengo conocimiento en la materia, una tarde tenía que arreglar la tubería de una de las fuentes que adornaba uno de los patios del colegio pues existía una fuga por donde se escapaba el agua. Tome mis herramientas, corte el flujo del agua y me puse a trabajar. Lo que yo no sabía esa tarde era que Angélica tenía que hacerse unos exámenes antes de tiempo pues iba a viajar a Europa con la familia y no podía estar presente las fechas programadas para los exámenes regulares. La directora accedió a que se quedara después de las clases para realizarse las pruebas así que ella aún estaba en las instalaciones. Después de trabajar algún tiempo termine de arreglar la fuga y me disponía a abrir el paso de agua cuando desde el segundo nivel de uno de los edificios logre ver que Angélica salió de unos de los salones (probablemente ya había terminado de realizar el examen del día) me llamo la atención que siguiera por allí y me detuve a verla, después vi que entro a uno de los baños que yo ya había limpiado. En ese momento pensé en ir corriendo a abrir la corriente de agua, pero decidí no hacerlo y esperar. Después de 15 minutos aproximadamente Angélica salió del servicio sanitario y cuando ya se había retirado caminé hacia los sanitarios en los que había entrado, entre al baño de damas puse cerrojo en la puerta y comencé a asomarme dentro de los servicios para ver que encontraba dentro de los retretes, no fue sino hasta que me asome al último servicio que pude ver que Angélica había entrado y como no pudo jalar la palanca, tres soretes flotaban dentro de la taza. Me quede por un segundo hipnotizado, no podía creer que me encontraba frente a uno de los tesoros con los que tanto había soñado, dos trozos de caca eran pequeños, pero uno era bastante generoso. Metí mi mano desnuda dentro de la taza y tomé el trozo grande, pero al levantarlo se partió en dos y pude ver que dentro del mismo se podían apreciar trozos de comida que el cuerpo de Angélica no había podido digerir, parecían trozos de verdura, pero no estaba seguro. Coloqué toda la caca dentro de un trastecito de plástico y procedí a retirarme al salón de servicio en donde se guardan las escobas y los instrumentos de limpieza. Me encerré y comencé a disfrutar del olor de la caca de Angélica, no podía creer que de un ser tan hermoso y delicado pudiera salir algo tan oloroso, en ese momento mi pene se puso duro como una roca. No sabía si me atrevería a probarlo, pero me arme de valor y lo hice, tenía un sabor un poco amargo pero lo sentía celestial, incluso comencé un juego de adivinar qué era lo que ella había comido, pensé en muchas opciones: Talvez fue pollo cocido con verduritas, o talvez una ensalada con jamón y queso. Al final no logre identificar que había comido al final eso no importo, disfrute cada trozo de caca como si fuera manjar de los dioses.

Poco tiempo después Angélica se graduó y se fue a la universidad, ella siempre me vio con algo de desprecio por ser conserje y ella una chica rica, pero eso a mí no me importaba, yo tenía un secreto que ella no sabía. Yo conocía el sabor de lo más íntimo de ella, parte de ella estuvo dentro de mí.