Una amiga me enseño unos videos de sexo interracial y me excité mucho por lo que acepté a ir con ella a su casa de playa el fin de semana, a fin de coquetear y fantasear con hombres negros del pueblo.

Tenía 18 años y era aún virgen, pero sentía una gran curiosidad que no había satisfecho porque todos los hombres que conocía querían propasarse conmigo.

Al llegar a la playa Carla vio a dos hombres negros enormes que sacaban unas redes y me pidió que la acompañara diciendome: Esos dos estan como me los recomendó el médico. Al llegar a ellos los saludamos y ellos nos miraron de arriba abajo. Carla le preguntó que hacían y ellos le dijeron que recogían la pesca. Vi como Carla ponía su mano en el fuerte brazo de aquel hombre y le decía algo, el soltó la red y se la dio a ella, al hacerlo el otro hizo lo mismo conmigo. Aquello no se movía, entonces el negro se puso detrás de mi amiga y halo, el otro hizo lo propio conmigo y halamos. Sentí su bulto erectandose en mi trasero y me excité mucho, por lo que le levanté mi cola.

Sacaron una buena cantidad de peces y nos dijeron que tenían que irse a venderlos. Sus penes estaban erectos y se veían enormes. Carla les dijo que estaríamos allí esa tarde y los invitó a conversar un rato.

Los hombres se dedicaron a su faena y mi amiga me dijo que iríamos a casa. Al llegar nos duchamos y Carla empezó a depilar con crema sus genitales y me dijo: Ven, voy a depilarte a ti también. Al poner la crema me extremecí de placer, al quitarmela me lavó con jabón y pegó su boca a mi vagina dandome un orgasmo muy intenso, al terminar me besó en la boca y luego la llevó a sus genitales, donde le di un fuerte orgasmo. Quedé aturdida, muy excitada, y avergonzada. Comimos y Carla se comportó como si nada hubiera pasado, pero por mi cabeza volaban mil preguntas y deseos. Me puse un hilo diminuto que me dio mi amiga y partimos a la playa.

Allí llegaron los dos hombres, tenían entre 35 y 40 años, empezamos a coquetear y pronto nos besábamos y acariciabamos con pasión. José deslizaba su mano por debajo de mi hilo acariciando mi vagina. Al verlo Carla sugirió ir a la casa y todos partimos.

En la casa José continuó con sus caricias, mientras Jackson le sacaba fuertes gemidos de placer a mi amiga.

Al quedar desnudos José se montó sobre mi y abrió mis piernas. Soy Virgan, le dije, y el sonrió y me dijo: Entonces gracias por guardar ese bello tesoro para mi. José fue muy tierno y me desvirgó sin apuro, dandome un intenso orgasmo al hundir su enorme sexo en mi y luego otro mientras eyaculaba.

José desvirgó cada agujerito de mi cuerpo y me hizo el amor con gran deseo y potencia. Habíamos tirado 4 veces y ya oscurecía, y nos paramos a comer algo. Poco después llegaron Carla y Jacson, preparamos la cena y al volver a la cama Carla sugirió cambiar pareja. Esa noche dormí con Jackson, quien me cogió otras 4 veces mientras oíamos los gemidos y jadeos de Carla y José.

Pasamos tres días juntos sin salir, solo hacíamos el amor, nos besabamos, y acariciabamos intercambiando parejas. Mientras volvíamos Carla me propuso no copular con ningún otro hombre. Tu y yo podemos satisfacernos mutuamente entre semana y los fines de semana seremos de ellos.

Así fue como dos lindas jovencitas rubias de buena familia terminamos siendo las putas, y terminamos preñadas de dos negros incultos, pero deliciosamente dotados y expertos en satisfacer a una mujer.