Por

Anónimo

septiembre 7, 2013

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Mis alumnas preferidas

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El primer día de clase ya me di cuenta de como era cada uno

de mis alumnos. Casi todos adolescentes, los había traviesos, introvertidos,

empollones otros más torpes, etc. Entre todos destacaba Natalia, que con sus

escasos 15 años era toda una mujer. Medía 1,70, con ojos negros y una linda

cabellera rubia. Tenía más pecho que cualquiera chica de mi edad, y una sonrisa

que quitaba el sentido.

Las clases iban discurriendo con toda normalidad, pero

Natalia destacaba en todos los sentidos. Participaba muchísimo en clase, era muy

inteligente y sobre todo, tenía mucha seguridad en todo lo que hacía. Por si

fuera poco, estaba esplendidamente bella, su pelo rubio rizado, su piel

blanquita,, su ropita, y sobre todo su sonrisa. Por aquella fecha estaba sin

pareja y vivía de alquiler sólo en un pisito. Natalia me acompañaba en mis

pensamientos todas las noches, me la imaginaba en clase, los 2 solos, haciendo

mil y una cosas juntos, besándola, agarrando esos pechitos entre mis manos,

besándola en sus labios, enseñandole cosas nuevas…, no puedo recordar cuantas

noches me masturbé pensando en ella.

Natalia siempre estaba junto a su amiga Dolores. Ésta no

tenía nada que ver con Natalia, era mucho más torpe en clase, la chica lo

intentaba, pero le costaba muchísimo trabajo, se veía que iba a sudar mucho para

aprobar mi asignatura. En lo que si conincidían era en lo físico. Natalia un

poco más bajita, pelo moreno y pechos medianos, pero tenía un culo de infarto.

Siempre que paseaba por la clase no podía dejar de mirar los milimetros de

braguita que sobresalían entre su pantalón y su camiseta. Todos los chicos creo

que conincidían conmigo, no les faltaba los «buitres», al acecho siempre de una

mirada de ellas.

Un fin de semana me decidí a dar una vuelta por aquel

pueblecito. No tenía demasiado movimiento pero la gente disfrutaba lo poquito

que había. Salí con algunas compañeras del instituto, profesoras como yo. Sólo

había una de ellas que me gustaba, Merche, una mujer de treinta y pocos años,

más bien rellenita, pero con cara de muy viciosa. Nos quedamos sólos y una cosa

llevó a la otra. «Donde se puede estar por aquí tranquilos», le pregunté yo,

queriamos un poquito más de intimidad. «Vámonos en coche al descampado que hay

detrás de una fábrica, a las afueras», me contestó ella. No tardamos mucho en

llegar cuando cual fue mi sorpresa al ver llegar al mismo tiempo a Natalia

montada en un coche con un chico que yo no conocía.

Muy disimuladamente esperé que el coche donde estaba Natalia

parara para ponerme a su altura, no quería perderme detalle de lo que ocurría en

ese coche. Por nuestra parte Aurora y yo empezamos a besarnos, un rollo en toda

regla. Se sabía muy rica la profe, se veía que tenía mucha experiencia y que

sabía hacerlo todo muy bien. Empecé por abrir su camisa, y ella no dudó en

mostrarme toda su pechuga. Yo, casi por impulso levantaba la cabecita para

intentar ver a Natalia pero sin mucho éxito.

Mis manos rodeaban a Aurora, acaricé sus pechos, los besé con

mis labios, estaban duritos, los tenía un poco caidos pero ese pezón hacía las

delicias de mi lenguita. Antes de empezar a bajar pude ver a Natalia en el coche

de al lado, estaba medio desnuda!!. Nunca olvidaré esa imagen, una chica de 14

15 años sobre el asiento trasero de un coche, con sus pechos al aire. Eran los

más bonitos que había visto en mi vida, eso debía ser ilegal… eran redonditos,

su piel era muy blanca, y tenía un pezón muy muy pequeño.

Eso me excito de sobremanera, empezé a sobar los pechos de

Aurora con más ímpetu, mis manos bajaban hacia abajo hasta tocar sus braguitas.

Cerraba los ojos y sólo veía los pechos de Natalia. Le bajé un poco el pantalón

a Aurora y me hundí en su sexo, con mucho bello pero muy rico. Ella mientras me

apretaba mi cabeza contra su sexo. Mis manos recorrían sus pechos, su vientre…

Aurora se sorprendió «que te han dado papito, te has puesto como un tigre».

Nunca se podría imaginar que pensamiento tenía yo, cual fue la fuente de mi

inspiración y de mi deseo.

Quería ver más, así que levanté la cabeza pero no vi a nadie

en el coche de al lado, me imaginaba que estarían por debajo de los cristales,

lógico, para que nadie los viera. Los que le delató fue el movimiento del coche.

No había duda, ese chico se lo estaba haciendo a mi dulce Natalia. Me lo

imaginaba atravesándola mientras ella se tocaba esos pechos tan hermosos…

tenía una mexcla entr enfado y excitación que me desahogué con la pobre Aurora,

que no tenía ni idea de nada.

De nuevo vi a Natalia a través del espejo, y pensaba que

Aurora se podía dar cuenta de todo lo que yo levantaba la cabezas, así que

cambié de táctica. «Profesora, mi pollita quiere darte un besito…», Aurora

sonrió antes mis palabras, y yo me salí con la mía. Me volví a sentar en mi

asiento, con lo que gané altura para seguir espiando a mi alumna, y Natalia

agachó su cabeza, bajándome los pantalones y sacándome mi polla que estaba a

punto de explotar. «Joder Manolo, que pedazo de tranca, y eso que todavía no te

la he tocado». Aurora no se podía creer lo que tenía a un palmo de su

cabeza. Mi polla no paraba de soltar fuidos, estaba enorme, pero logicamente no

por Aurora, sino por mi alumna preferida, Natilia.

Aurora que se veía que tenía mucha práctica, no tardó en

empezar a besar mi polla muy sorprendida, tenía las venas a punto de explotar y

a ella le encantó el nivel de excitación que tenía. A duras penas pudo

entroducirse la mitad de mi tranca, pero eso le gustaba. Yo mientras con mis

manos, agachaba su cabeza, no quería que me mirara espiar al coche de al lado.

Ligermente pude ver a Natalia, tenía la impresión de que

estaba cabalgando a ese chaval que estaría tumbado en los asientos traseros.

Nunca me podría imaginar como se movía Natalia. Se inclinaba hacia delanta y su

espalda se retorcía una y otra vez, levanté la cabeza al máximo y pude ver donde

termiaba su espaldita, movía el culo de miedo hacia delante y hacia atrás. Sus

pechos bailaban al mismo son.

Aurora se quiso incorporar pero no se lo permití, «Aurora,

eres la mejor mamadora de pollas que conozco, sigue por favor». Yo mientras me

puse en el lugar del chaval que se estaba tirando a mi Natalia. Me imginaba que

ella estaba sobre mi, completamente desnuda, cabalgándome, yo mientras

acariciaba ese pezoncito con la yema de mis dedos, la apretaba al máximo contra

mí, le acariciaba la colita, todo!!. No pude más, arrrrrrrrrrr, por un instante

también pensé que quien me estaba comiendo tan maravillosamente mi tranca era

Natalia, y ahí me corrí como nunca. No le dió tiempo a Aurora a quitarse y mi

semén salió disparado como un misil, le inundé toda la boca, veía como le

chorreaba por la barbilla, fue excitante al máximo.

Aurora sorprendida por mi ímpetu se puso a 4 patitas apoyada

contra la puerta del coche, se abrió de piernas y me dijo «compañero ahora te

toca a tí y hazlo bien, te vaya a suspender». Abrió las piernas y empezó a

tocarse, estaba un poco humeda. Mi boca empezó a besar su culito hasta bajar

hasta su clitoris, mis dedos empezaron a visitar su vagina, lástima que no podía

seguir mirando a nuestros vecinos. «Anda, a que no te imaginas a quien tenemos

en el coche de al lado», me dijo Aurora. Yo me hice el despistado, «me supongo

que gente follando como nosotros». «Si, pero a esa chica la conozco, creo que

está en tu clase, estubo conmigo el curso pasado, se llamaba, …no lo

recuerdo». Yo seguía en lo mío, dándole unos lindos lenguetazos a su coñito.

«NAtalia, eso, se llama Natalia. Estas niñas están todas salidas, con la cara de

inocente que tenía». A mi me daba aboslutamente igual, yo estaba imaginándome

que sería comerse el coñito de una quinceañera de la tallta de Natalia. Me

imaginaba que sería distinto al de Aurora, mucho más rasuradito, una piel más

blanquital… exquisito.

No me gustó mucho el comentario de Aurora, así que le iba a

hacer callar. Me puse de rodillas sobre el asiento y acerqué mi polla a su sexo.

«Venga Manolo, termina lo que has empezado…», no sabía bien lo que le

esperaba. De una estacada se la introduje hasta el final, «no seas bestia,

joder», jajaj, eso le pasaba por bocazas, empecé a embestirla por detrás,

rápidamente, ella intentaba separarme un poco pero fue imposible. En ese momento

pude ver a Natalia y al chico que estaba con ella vistiéndose, ella se estaba

poniendo el sujetador , y en un movimiento rápido giró la cabeza hasta

mirarme… Me pilló infraganti, o mejor dicho, nos pillo a Aurora y a mí. Lo que

ocurría que es yo me encargué de bajar con mis manos la cabeza de Aurora para

ver bien a mi Natalia. Ella advertió que era yo y avergonzada empezó a cubrirse

sus pechos con una camiseta. Yo le guiñe un ojo y ella respondío más serena. Se

había sobresaltado de manera, pero yo con mi rostro quería transmitirle que no

pasaba abosluntamente nada.

NAtalia recuperó el gesto de su cara, se bajó la camiseta y

mientras el chico se vestía ella se acarició los pechos, mirándome a los

ojos…. y por último me tiró un besito de sus labios…. Esa imagen fue

superior a mí, le pegué tal embestida a Aurora que casi abro la puerta del coche

del impulso, me había corrido con la imagen de mi Natalia y sus pechitos…

mmmmmmm Aurora se desplomó y yo con mi mano le decía adios a mi alumna que se

iba en el coche con ese desgraciado.

Al día siguiente en los pasillos del instituto Aurora se

mostraba muy contenta de nuestro encuentro, pero yo quise hacerle muchas

ilusiones. Mis pensamientos estaban en Natalia, en esos pechos que había en

aquel descampado, en esa manera de moverse, quería que fuera mía, sólo mía,

daría lo que fuera.

En clases todo seguía como siempre, los 2 hicimos como si no

nos hubieramos visto. Pasó el tiempo y mi calentura por Natalia no descendía,

todas las noches me acostaba con esa estampa en mi mente. Llegaron los exámenes

y Natalia, como era de esperar obtuvo un notable, mientras que su amiga Dolores

no corrió la misma suerte, obtuvo un 4, casi un aprobado.

Dolores al final de clase se dirigió a mi mientras le

esperaba Natalia, «D. Manuel, me gustaría comentar el examen con Vd, y que me

acompañe Natalia, aunque ella ha aprobado.». No era lo más normal, la nota

estaba puesta y era justa, pero tal y como estaban esos 2 bombones, cualquiera

les decía que no, era la oportunidad perfecta para coger a Natalia por banda, y

de paso a su amiga, que estaba también de toma pan y moja, no tan guapa, pero

con un culo que me volvía loco y unos pechos que tampoco se podían despreciar.

«De acuerdo, os espero esta tarde en mi despacho», dije yo

intentando disimular la felicidad en mi rostro. «Esta tarde, creía que sólo

podía ser por la mañana?», me replicó Dolores. «Tienes razón, pero es que estoy

muy mal de tiempo, y además así estaremos más tranquilos», Dolores se encogió de

hombros y me dijo que sí, quedamos para mañana por la tarde en mi despacho.

Esa noche no pegué ojo. Me imaginaba a las 2 sobre mí

«profesor, le gusta esto…, que quiere que le hagamos….»….me masturbé un

par de veces antes de conciliar el sueño.

Al día siguiente por la mañana como siempre, un día igual que

otros tantos, ninguno comentamos nuestra reunión para esa tarde. Me quedé a

almorzar cerca del instituto y una hora antes ya estaba en mi despacho. Lo

ordené, me cambié de ropa y me dispuse a esperar lo que fuera a ocurrir.

Habíamos quedado a las 7 y eran las 7:45 y no apareció nadie.

No me lo podía creer, que habría pasado?. Cerca de las 8 llamaron al teléfono

«D. Manuel preguntan por Vd. 2 alumnas, las hago pasar», era el conserje del

centro que vivia una casita al lado del instituto la única persona que estaba

por allí ese día, aparte de las limpiadoras, «Ok, déjesle pasar por favor».

Me coloqué en mi silla, y esperé su llegada. «Se puede D.

Manuel», estaba nervioso, con mi edad!, el corazón me latía muy fuerte, «si

pasen chicas». La tardanza valió la pena, estaban las 2 preciosas, «perdone la

tardanza D. Manuel, fuimos a la peluquería». Una rubia y una morena, Natalia y

Dolores, muy distintas entre sí pero 2 bombonazos. Iban con una ropa más ligera

que por la mañana. Natalia llevaba una faldita corta y una camisetita de

tirantas, creo que no llevaba sujetador porque se veía muy bien su formita…,

el pantaloncito le quedaba de miedo, cortito y pegadito, unas piernas

larguísmias, blanquitas, y además iba un poco maquillada. Dolores iba con

faldita y una blusa, mucha más recatada que ella, era mucho más introvertida que

NAtalia.

«Sentaros por favor», las 2 se reían mucho y a mi eso me

gustaba. «Bueno, quieres ver el examen, ¿no Dolores?. Dolores no abrió la boca y

bajó la cabeza, se puso muy colorada de pronto y no articuló palabra. Natalia

cogió las riendas de la conversación «mire D. Manuel, Dolores se ha esforzado

mucho pero no ha tenido suerte con las preguntas», puf, esa chica se expresaba

perfectamente, yo estaba que iba a reventar, tenían unos olores que me estaban

matando. «Lo sé Natalia, pero yo no puedo hacer nada por Dolores, debe

esforzarse un poco más y participar más en clases», dije acaloradamente. «Bueno,

y no se puede hacer nada… D. Manuel, estariamos dispuestas a lo que sea…».

Puff como sonó eso, en ese momento les hubiera soltado una barbaridad, pero me

controlé. «Existen los exámenenes de septiembre, ahí podrá recuperar Dolores»,

casi sin dejarme terminar me dijo Natalia, «si, pero entonces le castigará su

padre y no podrá venirse de vacaciones conmigo, y a mi tampoco me dejaran ir sin

ella, con mi amigo Juan, sabe quien es, no?, el chico con quien me vió el otro

día…».

Casi me caigo de espaldas, Juan sería el chaval con el que

pillé a Natalia el otro día. «Bueno, podemos hacer un examen de recuperación

aquí, ahora mismo…», estaba esperando que ellas dieran otro paso…. «Vale D.

Manuel, es Vd. un encanto, no sé porque sale con la cascarrabias de la Aurora,

que bruja!!», cuando me dijo eso NAtalia se levantó y se acercó a mi para darme

un besito en las mejilla, «muchas gracias por todo, ven Dolores, agradécelo al

profe».

Dolores sonrió, no me imgaba la presión que tendría en casa

por los estudios, pero eso de pensar que iba a probar le encantó. Dolores se

levantó de su aciento y se acercó a mi y me dió un abrazo. Sus pechos estaban

contra mi pecho, «son muy lindas, y por eso mismo creo que Dolores se merece

esta oportunidad».

«Vd. se merece un regalito, verdad Dolores», Natalia guiño un

ojo a Dololores que seguía aferrada a mi. Mi polla iba a reventar dentro de mí,

me levanté y cerré la puerta desde dentro, las cartas estaban echadas, esperaba

su reacción…

Natalia sonrió y con los dedos empezó a dar una suave caricia

sobre sus pechos, igual que la noche anterior, pero con la ropa puesta.

«Dolores, que te parece si le decimos al profe que te haga el examen oral»,

Natalia era una diablesa, se mordía los labios mientras su manita seguía

acariciando sus pechos, redonditos, se notaba su pezón tras la camisetita.

Dolores aún estando contenta estaba un poco cortada, pero yo

le ayudé. «Ven Dolores, siéntate y relájate», Dolores me hizo caso y se puso

delante mía, sentada. Natalia se puso tras de mi, pegó sus pechos sobre mi

espalada, los notaba perfectamente. Acarició mi pecho y bajó hasta notar mi

verga complemente erecta, «no le hará daño a la pobre Dolores, verdad?, ella

nunca ha hecho esto».

No me podía creer lo que estaba ocurriendo, solo con los 2

bombones de mi clase, 2 chicas de 14 y 15 años, mi tigresa, Natalia y mi

gacelita, Dolores. «Ven Dolores, yo te enseño», Natalia se puso al lado de

Dolores y la fue guiando. «Dolores vamos a bajarle el pantalón a D. Manuel,

antes de que explote.». Bajaron entre las 2 mis pantalones y empezaron a tocar

mi polla dentro todavía de los slips. «Esto es normal Natalia», Dolores era muy

inocente y Natalia demasiado lista, «la verdad es que la tiene más grande que

Juan, mucho más grande, «puedo hacer yo también el examen oral D. Manuel».

Desde arriba veía los pechos de Dolores, su canalillo, y el

culo en pompa de Natalia. «Si claro mi niña, pero tienes que superar ese

notable, sabes eso que significa, no?», ella asintió, «claro, tranquilo

profesor, que voy a dejar que me haga TODO lo que quiera…» Esas palabras

hicieron que casi me corriera, ya estaba imaginándome todo lo que podríamos

hacer los 3 allí juntitos.

Natalia me bajó los slips y cogió fuertemente mi polla entre

sus manos, «toma Dolores, dale besitos y chúpala como si fuera un helado, pero

no te lo comas todo, que yo quiero mi parte». Dolores me la cogió timidamente y

empezó a besarla en la puntita «está humedo? y además esto es demasiado gordo,

me va a hacer daño en mi boquita». Natalia se le adelantó y empezó a

besarla, a sobarla, mientras sus manos me la pajeaban. «MMMMMm D. Manuel, esto

está muy rico», Su boquita fue abriéndose cada vez más para dejar cabida a mi

tranca, sus labios carnosos hacía un poquito de presión sobre ella, la justa. Yo

empecé con mis manos a quitar la blusa a Dolores para dejar al aire esos

pechitos, casi como los de una niña, muy tiesos aunque no demasiado grandes.

Ella se dejaba hacer, incluo me ayudó a quitarse el sujetador, blanco con muchos

lunares.

Con Natalia hice lo mismo, empecé a quitarle la camisetita,

primero vi su ombligo y despues sus pechos al aire, eran inmensos para una chica

de sus edad. En ese momento mientras Natalia se quetaba la camisetita por

la cabeza Dolores torpemente se metió mi verga en su boca, casi se atragata…

«tranquila Dolores, tranquila», Dolores empezó a chuparla casi por instinto, y

empezó a sobarse los pechos. Natalia que ha se había quedado la camiseta se puso

de pie y empezó a tocar mis bolitas, ayudando a su amiga. Yo con mis manos

empecé a tocar los pechos de ambas, eran precisos.

Dolores empezó a ir más rápido y yo no pude aguantarme y

terminé en su carita de niña. «Joder que es esto», dijo Dolores mientras se

limpiaba el semen sobre su cara. «No te preocupes tontona, que eso es así», dijo

Natalia. Dolores se retió un poco y Natalia se sentó sobre mi mesa, yo me

acerque, tiré todos los papeles que había y la tié hacia atrás, «eso profe,

follame, quiero que me hagas lo mismo que le hicistes a la Srta. Aurora». Le

bajé los pantalones y le abrí las piernas. Eran suaves como las de un bebé,

blanquitas… mis manos subían por sus muslos hasta llegar hasta sus braguitas.

«MMMM siga D. Manuel, quiero que me de un sobresaliente…», mis dedos empezaron

a acariciar su sexo sobre las braguitas, mis manos subían hasta sus pechos y mis

dientes bajaron parte de su braguita para dejar al aire una conchita muy

rasuradita, perfecta, con un olor que me estaba embriagando. «Haber si esto te

lo sabe hacer tu novio», empecé a pasar mi lengua con pasión entre sus muslos

hasta llegar a su sexo, mis dedos jugueteaban con su clitoris entre sus jugos.

Mientras Dolores se acercó a nosotros, ya no tenía la cara de

ingenua de antes, «bueno dígame maestro que tengo que hacer,». Yo ni corto ni

perezoso le dije lo primero que se me ocurrió, «quiero te subas un poco la falda

y te empieces a tocar».

Dolores era encantadora, se puso al lado de NAtalia y se

subió la falda, se metió la mano bajo sus braguitas y empezó a tocarse. Aun con

las piernas en alto me levanté y dejé mi polla a la altura de la abertura de

NAtalia qu seguía sobre la mesa. «D. Manuel, eso es un notable y yo quiero un

sobresaliente…». Cogí la indirecta al momento, mis dedos empezaron a rodar el

anito de mi alumna, a ella le gustaba. «Bueno Natalia, este es el examen, espero

que te guste…», con mi polla entre mis manos empecé a metersela por el culo,

ella al principio dio un pequeño grito, «joder, despacio, que no estoy

acostumbrado a eso…». Yo seguí hasta que le metí más de la mitad, su culo

estaba ahora muy anchote…

«Arrrrr, adelante, adelante,», no hacía falta que me dijera

mucho más Natalia, yo estaba ido, dándole por el culo a mi alumna con la que me

había pajeado durante varios meses…. En ese momento vi a Dolores, que nos

miraba a nuestro lado… la saqué del culo de Natalia y me dirigí a Dolores, que

estaba boca abajo en la mesa, con el culo en pompa. Un culo de campeonato,

empecé a besarlo y a bajarle las braguitas, le subí la falda «has hecho los

deberes Dolores», «si profesor, está muy humedo», me contestó.

Metí uno de mis dedos y pude comprobar que era verdad, estaba

humeda… le quité la camisa por atrás y sobaba sus pechos. NAtalia se incoporó,

abrió las piernas a Dolores y dirigió mi verga hacia el coñito de su amiga,

«ahora relajate Lole, esto te va a doler un poco». Poco a poco empezó a

metersela a Dolores, «Arrrr. me duele, me hace daño, basta!!», yo seguí con lo

mío, logré meterle la cabeza y despues de un tión toda entera, arrrrrr. Empecé a

moverse dentro de Dolores, mientras que Natalia se situó delante de ella y

empezó a besarle los pechos.

Cuando iba a llegar traje hacía mi a Dolores y a Natalia y

derrame todo mi semen sobre sus caritas, Dolores estaba todavía exhausta y

Natalia, despues de yo haber terminado se la metió dentro hasta el final… «he

aprobado ahora D. Manuel…»

Las clases siguieron igual, pero con una diferencia, Natalia

había subido nota a un sobresaliente y Dolores aprobó.


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3 respuestas

  1. lobo_caliente

    mmm que buen relato

  2. nindery

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