y nomás le vi el vergón a mi maestro, me la pasaba fantaseando con aquel instrumento en mi boca y en mi pepa o mis nalgas.

Ya era experta en chupar pitos de todos sabores y tamaños, a los chamacos que me llegaban en la secun o por mi casa a todos les daba entrada como cualquier niña precoz: mis ojos aceitunados, mis piernas moldeadas y acaneladas, y mis nalgas que todos querían agarrarme y abrirlas, pero me olvidé un poco de los otros para dedicarme a seducir a mi maestro.

me siento en pupitre de adelante, y comencé abrir las piernas más descaradamente de lo que lo hacía por costumbre, yél se quedaba viendo muy lelo hacia mis muslos abiertos y mis braguitas, hasta que un día decidí quitármelas en el baño, y cuando en el momento oportuno abrí las piernas para que me viera mi pequeña selva de vellos café oscuro como mi larga cabellera, el maestro se quedó haciendo vizcos y empezó a ponerme la mayor de las atenciones.

hasta que llegó la oportunidad y con el maestro de historia con otros maestros fuimos a la vieja ciudad de Teotihuacán.

Fuimos 4 grupos y después de recorrer la prehistórica ciudad, subir y bajar las pirámides, llegó la hora del refrigerio y mi amiga fiel y yo que íbamos colgadas del brazo del maestro Aarón lo convidamos de nuestro lunch, y el maestro aceptó encantado.

nos alejamos los tres y los otros se dispersaron, y ya que encontramos una sombra por unos arbustos y matorrales allí nos sentamos departir los alimentos, yo sentada frente al maestro para que me viera mi sexi bikini rosa con orilla blanca que estrené para él, él cada que podía fijaba su negra mirada entre mi entre pierna que ya estaba húmeda, en eso me atreví hacer algo excitante: «ya me anda del uno». Le dije a mi amiga y al maestro le dije que se volteara; y me fui hacia el arbolito donde me bajé el calzón y me senté a cortar florcitas, hice un río y hasta me dio pena el ruido que hacía pero al cesar le pedí papel a mi amiga».

El maestro de regular estatura con anchas espaldas y cadera estrecha parecía un héroe teotihuacano, pero al oír que pedí papel ya no se aguantó y volteó a verme diciéndo que él traía papel… se fue acercando directo a mí y viendo hacia mi pepita abierta chorreando de pis junto a mis vellitos.

mi amiga arrarró la onda y dijo que a ella también le andaba del uno, pero ella se fue hacia unos matorrales y un arbusto que estaban como a 50 metros.

Nomás se alejó mi amiga, y me acerqué al maestro cínicamente tomándolo de la cintura y ofreciéndole mis labios.

eres muy bonita malena, dijo, y me besó suavemente pero yo me apreté a sus gruesos labios y busqué ansiosa su lengua, para no ser vistos por alguien, nos tendimos en la yerba y besándonos sacó mis pezones que chupó como bebé, mientras yo le sacaba el paquetote que hasta se atoraba en el bóxer, pero ya que tuve aquel pedazote de carne ya parado como de 18 centímteros lo engullí hasta topar con mi garganta, y como no teníamos mucho tiempo, hicimos un rápido 69, y ya más cachondos, aunque con cuidado me senté para darme unos tallones, y como me acordé que ya me había metido pepinos de ese grueso, que le meto toda la pepa de un sentón, así cabalgué a puro pelo hundiéndome hasta los huevotes del maestro Aarón, hasta que sentí el semén caliente de mi maestro pues fue la única vez que cogimos sin condón.

y yo seguí metiéndole la pepa a mi maestro hasta que salí de la secundaria, y como él también me abrió el culo lo seguí buscando otro año ya que iba en la prepa, hasta que ahí en la escuela conocí a un guapo muchacho más pitón que mi amado maestro Aarón, y lo fui olvidando poco a poco pero su recuerdo lo llevo dentro de mi pepa y mi culo.