Llegue a casa temprano y oí unos gemidos en la casa. Eran chillidos y gemidos de placer y al subir descubrí a mi hijo siendo gozado lujuriosamente por un hombre negro enorme.

Mi hijo de 17 años mide 1.75, es delgado y rubio, su piel nívea contrastaba con la del negro. Este medía no menos de 1.95, era muy fuerte y musculoso, su pene era increiblemente grande y no comprendí como podía recibirlo mi hijo en su cuerpo.

Al eyacular, Bryan, que cabalgaba sobre el negro, lo beso con gran ternura y luego de unos minutos de besos y caricias, se separó de él y empezó a satisfacerlo oralmente.

Me fuí a mi cuarto y allñi los escuché gemir una vez más, luego la ducha y aquel hombre se fue. Mi hijo tomó su moto y salió.

Monté una cámara escondida en su cuarto y ahora se que Bryan es la hembrita complaciente de aquel negro, pero también descubrí a mi hija Sarah de 19 años con otro hombre negro, quien la satisface tan plenamente que Sarah me dijo que se casaría con su novio negro porque estaba preñada de él. Mi hijo al afrontarlo me confesó que Sarah lo había inducido a tener sexo con el negro que ahora era su novio para que no me dijera que tiraba con su amigo