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Anónimo

octubre 21, 2024

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Intercambio de pareja

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Hola, soy Consuelo y tengo 34 años y divorciada de un matrimonio fracasado desde un principiop. He practicado el sexo desde los quince  y siempre he buscado el mejor macho para satisfacerme pues soy muy erótica, caliente y morbosa. Obviamente he tenido varios hombres, desde jóvenes como yo hasta uno mayor de 58, el mejor que he tenido y que se fue al extranjero cuando incluso pensaba arrebatarle a su esposa y casarme con él. Menos mal que no resultó y cuando se fue cambié mi modo de ser pues mi enamoramiento me resultó bastante dañino y molesto. Reflexioné y y empecé a pensar en cosas más agradables que solo coger con uno solo y volver a caer en lo mismo. Después de dos jóvenes, me metí con un primo de una amiga de siempre, de 27, mucho más joven que yo, resultó muy bueno en la cama y muy bien armado asi es que me fue satisfactorio del todo. Llevaba unos cuatro meses con él cuando mi amiga conversó conmigo, mientras nos tomabamos un café como acostumbrabamos a menudo. Naturalmente, siempre las mujeres jóvenes llegamos al tema sexual y en esta ocasión Marta me sorprendió con el tema. Esta es la aparte interesante:

–  Oye Coni, te voy a preguntar algo pues estoy muy tentada y a lo mejor me seguirás.

–  Dime Martuca.

–  Resulta que estoy tentada en practicar intercambio de parejas y mi esposo está de acuerdo pues le gustas de hace tiempo. ¿Te atreverías a tentar con nosotros?.

–  Tendré que pensarlo aunque creo que tu primo estará de acuerdo con tal de cogerte porque estás demasiado rica y un incesto no te vedría mal. Voy a conversarlo con él y te digo que haremos.

–  Me daría igual pues eso del incesto es otra estupidez más de la sociedad gasmoña que tenemos. Mejor pues todos estamos como en familia y seremos cuidadosos.

En la tarde me llamó Vicente y me dijo que tendríamos que vernos el viernes, o sea tres días después, porque salía de la ciudad, por trabajo.

– Te daré trabajo para que lo pienses , mi lindo.

– ¿Qué trabajo?

– Tu prima Marta quiere practicar  intercambio de parejas con nosotros y tengo que contestarle.

– Vaya que degenerada pero no estaría mal darle en el gusto pues me gusta mucho y tirarmela sería increible.

– Puta que degenerado eres,  pero le diré a Marta que nos veremos en fin de semana y practicaremos el intercambio,…¿te parece?

– Excelente amor. Me parece que estamos entre degenerados y resultará muy bien…ja.ja.ja….viva el incesto.

Hablé con la Marta y me dijo que está de acuerdo y que podremos hacerlo en su casa pues es muy cómoda.

Dicho y hecho. Nos juntamos el sábado en la tarde. Marta tenía todo preparado. Empezamos con unos tragos, cosas para picar y decidimos cambiar de pareja de inmediato, así es que nos cambiamos de posición en las sillas de la mesa y empezamos a hablar del tema.

A poco Pepe me empezó a correr mano en las piernas y ellos se empezaron a besar. Al parecer querían empezar rápido, así es que nosotros también empezamos a besarnos y manosearnos. No pasó mucho rato y la Marta estaba con las tetas afuera y gozando de  una mamada de pezones que la hicieron gemir fuerte.

Pepe me sacó la camisa, el sostén y me empezó mamar los pezones, cosa que me fascina y me pone cachonda de inmediato. Le agarré la verga sobre el pantalón pero él me dijo que esperara un poco hasta estar desnudos. Poco rato pasó y estabamos todos desnudos manoseándonos por todas partes. Marta con las piernas abiertas gozaba un oral con mucha lengua y dedos de Vicente y me encantó verla desnuda pues es abundante, bonita, lindas tetas y pezones y tiene una champa de pendejos muy bien recortados de modo que se ven casi trasparente pues se deja muy pocos pendejos sobre la abertura del coño. Yo hice lo contrario y empecé a chuparle la verga a Pepe, grande, gruesa y de muy buen porte, estaba como fierro y botando seminal en cantidades lo que gustó mucho y lo saborié, tomé algo en una mano pasándomelo incluso por la cara.

Unos minutos y las dos estábamos ensartadas por las respectivas vergas de nuestra intercambiadas parejas. Me gustó la de Pepe, más grande o al menos más gruesa que la de Vicente, la sentí muy cómoda y  de inmediato sentí las sensaciones eróticas que tan bien conocemos las mujeres. Luego la eyaculada y la sacada de mi coño hacia mi boca para saborear la chiquetadas menores. Me encantó todo y estuvimos la tarde cogiendo como viciosas.

Lo cierto es que  me di el trabajo de llamar a todas mis casadas conocidas y plantearles el tema con mucho cuidado. Me sorprendí mucho porque tuve una excelente acogida en el sentido de que ninguna se negó o me reprendió, todo lo contrario, se expresaron en muy buena forma acerca de practicar esta modalidad. Dos me dijeron que lo hicieramos pues lo habían pensado muchas veces ya que, a nuestra edad, la idea está viva en la mente  femenina aunque los prejuicios pueden más que el deseo. Pero en estas mujeres no, se lo planteé, y lo hicieron realidad al instante. Estrenamos en mi casa donde las recibí solo en ropa interior trasparentey erótica para incentivarlas desde un principio y también las besé en la boca al recibirlas. Lo mismo hice con los esposos, incluida algo de lengua, y todos quedaron encantados. A poco todos desnudos, cambiamos de parejas y nos dimos a follar como enfermos. Fue un espectáculo precioso y tener  tres machos al mismo tiempo algo impensado y atroz de caliente y cachondo. Me encantó mirar como cachaban, se besaban , se mamaban, se manoseaban enteros, que belleza de evento. Con varios polvos en el cuerpo y varios orgasmos en nosotras, decidimos hacer esto todas las semanas y empezamos cumplir rigurosamente todos los días viernes. Pero sin haberlo pensado, los esposos empezaron a llamarnos individualmente para coger otros días que podíamos. Terminé, por ser la de la idea, tirando nada menos que una semana completa de lunes a viernes sin descanso.Ni hablar como estaba de feliz aunque solo me faltaba el pago para completar mi tarea de puta. Esto se prolongó por bastante tiempo hasta que decidí inscribirme en un club swingers. No fui defraudada pues empecé a ir sola. En dos semanas me había echado encima a veinte machos e insólitamante a seis mujeres. Me encantó el lesbianismo y he resultado una bisexual convencida. Practico el swing todas las semanas y ya tengo varias parejas a mi haber así es que cada vez me cogen desde que llego hasta que me voy. 

El intercambio es algo que deberían practicar los casados de nuestra edad para cambiar la rutina y gozar el sexo a plenitud. Ninguna de las mujeres de intercambio se ha expresado mal de esta modalidad, todo lo contrario están felices probando nuevas vergas y también aprovechando, muchas,  de practicar el lesbianismo con mujeres seguras absolutamenteUna párctica absolutamente recomendable. Y los matrimonios siguen bien y a ninguna le ha fracasado por practicar el intercambio.

Haganló y sean felices a plenitud.

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