Por

Anónimo

julio 2, 2025

175 Vistas

julio 2, 2025

175 Vistas

Intercambiando parejas con amigos

0
(0)

Mi esposa y yo tenemos de amigos a otros dos matrimonios. Aproximadamente nos reunimos los 3 matrimonios al menos una vez cada dos meses. La verdad es que los 6 nos llevamos muy bien y pasamos buenos momentos.

Pero fue el año pasado cuando decidimos hacer un viaje las 3 parejas. El plan era pasar 3 días en unas cabañas en medio del bosque. Nuestra cabaña era muy grande pues tenía 3 recámaras con su propio baño cada una.

Acepto que al estar con otras 2 parejas bajo el mismo techo me entraba un morbo, razón por la cual las primeras 2 noches disfruté mucho el sexo con mi esposa.

Fue el último día en el que comenzamos a beber muy temprano debido a que estaba lloviendo mucho y no podíamos salir. Ya pasadas las horas alguien bromeó con qué pasaría si estuviéramos casados pero con la mujer de otro, es decir, con parejas intercambiadas. Fue entonces cuando Adriana dijo que podíamos porbarlo, que quedaba una noche. En ese momento se quedó la sala en silencio pero otro amigo dijo que él le entraba y fue así como todos acordamos cambiar de pareja.

Se hicieron 3 papelitos y cada mujer eligió uno. Había 2 reglas, no podía tocarte tu esposo, de ser así se volvían a sortear hasta que cada mujer quedara con un hombre diferente. La otra regla era que una vez en el cuarto estaba prohibido salir hasta la mañana siguiente. En el cuarto estaba permitido desde solo platicar hasta llegar al acto sexual. Cada quien decidiría lo que quisiera hacer.

Fue así como a mi me tocó pasar la noche con Karla. De las 3 mujeres Karla era la más sociable y simpática además de ser la más joven. Karla en ese entonces apenas tenía 30 años. El detalle estaba que aunque los 6 teníamos una muy buena relación, Karla y yo éramos los que menos convivíamos entre nosotros.

La realidad es que desde un principio yo prefería a Adriana, mujer de 36 años en ese entonces, madre de 2 y de tez blanca. Adriana es una mujer sexy aunque es llenita pues pesa más de 80 kilos, aunque tiene un buen trasero y unas tetas que alcanzan para hacerte una rusa. Con ella tengo muy buena relación y me sentía más seguro.

Sin embargo no fue Adriana sino Karla. Karla es una mujer muy delgada que no supera los 50 kilos. Morena, con casi nada de trasero y tetas muy pequeñas.

Para los que se preguntan cómo es mi esposa, es morena clara con trasero mediano y tetas medianas. Pesa 60 kilos y mide 1.52.

Llegó el momento de entrar al cuarto. Cerramos la puerta y comenzamos a charlar. Como comenté, Karla y yo no nos llevábamos mal, pero tampoco como mejores amigos. Siendo sincero pensé que no pasaría nada entre nosotros.

De repente se escucha como Adriana comenzó a gritar, diciendo que que pene tan rico y que se la metiera hasta el fondo. Era el esposo de Karla quien estaba con Adriana. Se notaba que ellos dos sabían a lo que iban y no estaban perdiendo el tiempo.

Mientras Karla y yo seguíamos charlando y riéndonos de la situación. Al pasar los minutos se comienzan a escuchar los gemidos de mi esposa. En ese momento me encendí y aunque solo estaba charlando con Karla, mi pene comenzó a endureserse.

Es entonces cuando Karla se sienta a mi lado y me besa. En ese momento comencé a introducir mi lengua en la boca de Karla, quería saborearla por completo, tragarme toda su saliva. Después de un buen rato de besarnos decidí quitarle el vestido. Recuerdo claramente que llevaba un bra negro y una tanga del mismo color. La verdad es que le quedaba muy bien.

La acosté en la cama y metí mis dedos en su tanga mientras la besaba. En mis dedos podía sentir lo mojado de su vagina. Bajé con mi lengua, le retiré el bra y comencé a lamer sus pezones oscuros y pequeños. Y así fui bajando con mi lengua hasta llegar a su vagina. Le bajé su tanga y ahí estaba por fin, su vagina con labios pequeños y su vello recortado aunque no depilado por completo. Lamer su vagina fue delicioso, solo veía cómo se retorcía y gemía de placer.

Ya que estaba muy caliente me pidió que la penetrara. Lo que me encendió aún más fue que me dijo que no me preocupara por donde quisiera terminar, que ella tenía DIU y que yo podía dejarle mi semen donde yo quisiera. Eso de verdad me encendió, pues en ese momento supe que no me vendría en ningún lugar que no fuera adentro de su vagina.

Karla estaba acostada, abrí sus piernas y coloqué mi pene en la entrada de su vagina para después simplemente empujarlo y entrar en ella. La sensación fue increíble, estaba dentro de una mujer que no era mía y con su esposo en la recámara de a lado. Las ganas de venirme eran muchas, pero aguantaba debido a que Karla estaba muy excitada. Sus gemidos eran muy silenciosos pero excitantes. Sentía que éramos dos jóvenes de preparatoria cogiendo con toda la calentura a tope.

Puse a Karla en 4, se veía riquísima y fue ahí donde logré que ella llegara al orgasmo y yo terminé dentro de ella. Nos acostamos y seguimos besándonos. De hecho ella me mencionó que sintió como cuando estaba en la prepa. Me confesó que en ese entonces tenía un novio con el que le encantaba coger y que se había remontado a esa época.

Nos quedamos acostados charlando pero sin dejar de besarnos y tocarnos. En verdad parecíamos novios preparatorianos.

A mis 37 años tengo que confesar que la recuperación después de un round no es la misma que a los 20s. Pero mis ganas de seguir disfrutando de Karla me volvieron a activar mi erección.

Así fue como Karla y yo comenzamos a coger de nuevo. Volví a eyacular dentro de ella y fue así como nos quedamos ambos dormidos, abrazados y desnudos.

A la mañana siguiente me desperté con mi erección mañanera. Era hora de salir, desperté a Karla con un beso de buenos días y la toqué un poco para mojarla. Debido a que era tarde decidimos meternos a bañar juntos, pero no desaprovechamos la última oportunidad y en la regadera nos echamos un «rapidín», claro que aproveché una vez más para depositar mi seme dentro de Karla.

Salimos de la regadera y me quedé admirando como Karla se colocaba de nuevo su ropa interior, se veía increíble. Procedimos a cambiarnos y antes de salor de la recámara le di un beso y le dije «gracias por una noche inolvidable», a lo que ella respondió: «ojalá algún día se repita».

Cuando salimos de la recámara ya todos nos estaban esperando a nosotros dos. Comenzamos a cargar nuestros autos con nuestras maletas para después pasar a despedirnos.

Ya en camino a casa mi esposa y yo no entramos mucho en detalles. Ella solo me dijo que se la había pasado muy bien y que el pene del esposo de Adriana era curvo hacia arriba, por lo que le tocaba unos puntos que la hicieron llegar rápido al orgasmo. Yo solo le comenté a mi esposa que Karla fue muy linda y paciente y que al menos yo la había pasado muy bien, que esperaba que Karla también lo hiciera.

Lo más extraño es que después de ese viaje las 3 parejas nos hemos visto al menos 10 veces más y nunca hemos tocado el tema. Karla y yo nunca hemos platicado de lo que pasó esa noche, lo que sí puedo decirles es que nos llevamos muchísimo mejor que antes.

Claro que ahora cada vez que veo a Karla no puedo evitar imaginármela desnuda.

Lo único que sabemos todos es que en unas semanas más se repetirá el mismo viaje y está planeado realizar la misma dinámica solo que cambiando de pareja. Con esto quiere decir que ahora me tocaría con Adriana. La realidad es que yo desearía que mejor sea Karla de nuevo, pero ya veremos.

Espero hayan disfrutado mi historia. Necesitaba sacarlo ya que no me atrevo a comentarlo con nadie de mi círculo.

Si tienen alguna duda o comentario yo encantado de responderlo.

Gracias.

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Deja un comentario

También te puede interesar

corrida en las bragas de mi mujer

anonimo

21/02/2011

corrida en las bragas de mi mujer

Primera experiencia club liberal

anonimo

05/09/2022

Primera experiencia club liberal

Cuando ella conoce al macho alpha negro

anonimo

28/07/2019

Cuando ella conoce al macho alpha negro
Scroll al inicio