
Por
Anónimo
Pagando una deuda al hombre que más odia a mi esposo - Rompiendo Límites
1. ESTRENANDO UNA PARTE DE MI
Un día , a la tercera semana de estar yendo a «limpiar» la casa de Raúl, mientras trapeaba el piso de su sala (completamente desnuda claro), alcancé a escuchar que él estaba viendo pornografía en su cuarto. Pensé: «quizá ya se empieza a aburrir de mi… que bien». Sea lo sea que estaba viendo, podía escuchar que los gemidos de la mujer del video y sonaban más a gemidos de dolor y no de placer. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando escuché la voz de Raúl gritándome: «Maribeeeel… Venga acá!! Ya sé de que tengo ganas hoy!!»
Tan solo al entrar a su cuarto, me ordenó que me pusiera en 4 sobre su cama. Me pareció extraño lo directo que fué conmigo en esa ocasión… Me apena admitir que me empezaba a acostumbrar a los juegos y burlas que le gustaba hacer justo antes de cogerme. Supuse que ese día no estaba de humor y para entonces sabía que lo mejor era hacer lo que me pedía sin reproches, así que asumí la posición que me indicó. Al hacerlo, me percaté de algo que no había visto antes: había una botellita de plástico roja sobre el buró al lado de su cama que decía ‘Cherry Treasure: Flavored Lubricant»
Casi enseguida pude notar el miembro de Raúl frotándose en mis nalgas, mi respiración se volvió pesada rápidamente, esperando que de un momento a otro me la volviera a meter, pero esta vez note algo diferente… la punta de su miembro comenzó a presionar mi ano. «NOOO, no, no, por favor, eso no, nunca lo he hecho, por favor eso si que no» le rogué a gritos…
«Ufff ya decía yo que se veía muy cerradito, ¿osea que está nuevecito? Que cosa me ha dicho Maribel» dijo mientras sentía como frotaba su miembro y justo cuando intenté rogarle nuevamente que desistiera de lo que quería hacer, Raúl elevó la voz y dijo en un tono agresivo: «Cállate puta, te voy a dar por el culo y punto, me has dado una sorpresa diciéndome que este ano es virgen y ahora ni de chiste voy a pasar la oportunidad de estrenar el culo de la esposa de Luis. Se buena y te lo haré despacito pero si sigues reprochando, te enculo como a una perra y a ver cómo le explicas a Luis y a tus hijos porqué caminas raro, ¿esta claro?»
Nuevamente sin opciones, me quedé callada y asentí con la cabeza. «Así me gusta… Páseme la botella roja del buró Maribel». Enseguida sentí como un líquido frío caía sobre mi esfinter para momentos después sentir las manos de Raúl separando mis nalgas. «Mmmmmmh vamos a probar este culito maduro» dijo justo antes de meter su lengua y lamer como animal sediento toda mi zona anal. «Aaaaaay aaah» me hacía gemir. Me ví invadida por una cascada de sensaciones nuevas y extrañas que hicieron a mi cuerpo temblar. «Ufff me facina como reacciona su cuerpo Maribel. Empecemos a entrenar este culito que no tenemos todo el día».
A continuación sentí algo duro que se apoyaba en en la entrada de mi ano, poco a poco fue haciendo esfuerzo y noté como empezaba a entrar. “Parece que su culo se adapta rápidamente a mi dedo, voy a probar con otro”, dijo Raúl. Sentí que otro dedo se unía al primero, mientras que con su otra mano Raúl exprimía más lubricante en la zona. Luego sentí como aquellos dos dedos me abrian el ano y como Raúl los dejaba dentro unos segundos para luego irlos sacando poco a poco. Lentamente sus dedos entraban y salían con más facilidad. «Ufff eso… Vamos con uno mas!» decía. Otro dedo fue entrando en mi ano, con algo de dificultad pero otro poco de lubricante logró que pronto tuviera sus tres dedos dentro de mi.
Luego de varios minutos de repetir lo mismo, sentí como los dedos de Raúl salían de mi ano, «Mmmh creo que tú esposita ya está lista Luis». Luego Raúl me agarró de las caderas y de nuevo sentí la punta de su herramienta apretando mi esfínter y enseguida un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando note que está vez comenzó a entrar dentro de mi, poco a poco el miembro de mi vecino se abría paso en esa parte antes inexplorada de mi cuerpo que ni siquiera mi marido había tocado nunca. «Oooooh siii, que culito tan estrecho, es increíble, tengo que controlarme para no llenárselo de leche tan rápido Maribel, ufffff”. Raúl iba enterrando su miembro lentamente y cada vez que lograba meterme un centímetro más se quedaba allí quieto, a la espera de que mi ano se acostumbrara al grosor de su pene, hasta que de pronto note como mis nalgas presionaban contra algo.
«Ufff ya está Maribel… Todo dentro jajaja! ¿Que se siente tener 18 centímetros de verga en el ano, eh?» Con su miembro clavado en mi ano, Raúl movió su mano hasta mi coño y comenzó a masajearlo con muy poca delicadeza, durante varios minutos sus dedos en mi coño me hicieron olvidar brevemente el leve dolor que sentía en el ano, tengo que reconocer. «Uff Luis le voy a dar a tu esposita por el culo!!» Nada mas decir esto volvió a agarrar mis caderas con las dos manos y comenzó a meter y sacar y a darme por el culo más y más fuerte, golpeando sus caderas contra mis nalgas y dándome nalgadas con fuerza: :PLAP…! PLAP…! PLAP…! PLAP! PLAP! PLAP! PLAP! PLAP!PLAP!PLAP!PLAP!PLAP!: sonaba cada vez más fuerte y más rápido, el dolor que sentía en mi ano iba en aumento y a su vez poco a poco parecía ser acompañado por un deje de placer que lo hacía soportable. Temblando y apretando con fuerza las sabanas en mis manos, yo gemía y gritaba con fuerza: «AY AAY AH AAH AAH AAAH AAY AAY AAY AAH AAH AAH!!!!»
«Ooooh siii, tu solita… ahora follate el culo tu solita Maribel!!” Raúl quería que yo misma moviera mi cuerpo y las nalgas hacia atrás para introducirme su miembro dentro de mi. Pensé que al menos de ese modo yo podía marcar el ritmo y evitar las fuertes enmbestidas de Raúl, así que obedecí. “Uffff que culo Maribel, nunca he probado un culo como el tuyo, me he cogido otras putas más jóvenes, pero ninguna con un culo tan estrecho, ufff no voy a cansarme de darte por el culo nunca!” Sentía mis pechos colgando y balanceándose con los movimientos de mi cuerpo.
Raúl se puso de cuclillas en la cama, llevo sus manos a mis tetas que tanto le gustaban y las estrujó. Ahora movía sus caderas nuevamente al ritmo que el deseaba dentro de mi ano. «Ufff, que culoooooooo, no puedo más, no puedo más!!” Nuestros gritos de dolor y placer se funcionaron mientras Raúl tenía un fuerte orgasmo y me llenaba de leche por dentro con sus últimas embestidas para después dejar caer su cuerpo sobre el mío. Luego de recuperar un poco el aliento, en la posición en la que estábamos, Raúl se acercó a mí oído y susurró: «Luis jamás sabrá lo rico que se siente el ano de su propia esposa… Porque desde ahora tu culo es mi propiedad Maribel». Completamente agotada solo alcancé a susurrar en respuesta: «Lo sé».
………………………..
2) TRAS LA CORTINA.
Pasaron varias semanas… Raúl parecía encontrar cada vez más maneras de usarme y humillarme. Pero al menos mi marido poco a poco le había ido pagando el dinero que le debíamos. Lo malo es que no podía evitar sentir que era como si mi marido le estuviera pagando a Raúl por cogerme y aún faltaba mucho. Pero sabía que no sería para siempre, además, no había tanto problema mientras todo sucediera dentro de los muros de su casa y nadie se enterara… Al menos eso pensé.
Un día, pocos minutos después de que mi marido y mis hijos salieran de casa escuché el timbre. Me puse una bata ya que estaba por bañarme y fuí a abrir. «Seguramente a mi marido se le olvidaron sus llaves de nuevo, o quizá a uno de mis hijos se le olvidó algún libro o cuaderno» pensé. Pero al abrir la puerta, casi tropiezo de la sorpresa… «Hola Maribel, no me invita a pasar?» Raúl estaba parado en la entrada de mi casa. Invadida por el pánico de que alguno de mis vecinos lo vieran, lo tomé de la mano y lo jalé dentro de mi casa cerrando la puerta antes de que alguien pasará por ahí. «¿Que te pasa?!» Le dije molesta, «Me tienes que esperar en tu casa y yo voy a limpiar y a… a hacer lo que me pidas, pero no puedes venir aquí!!». Con el mismo tono burlón que lo caracterizaba, Raúl me respondió que ya sabía que mi casa se quedaba sola en las mañanas y estaba ahí para, como él mismo dijo: «cogerse a la mujer del pendejo Luis en cada habitación de su casa»
«Olvídalo, que tal si mi marido regresa de improviso o si algún vecino viene a…» , «Quien va a estar veniendo?!» Me interrumpió, justo antes de agachándose y comenzar a chupar y mordisquear mis pechos. «Mmmmh mmmh Mmmmh! Además, mirese… Mmmmmh mmmh… Ya desnuda para recibir al vecino favorito de su marido, mmmmh mmh mmmh». En ese momento, al escuchar nuestras voces, Max el perro de mis hijos se acercó a olfatearnos. Raúl se agachó y con mucha confianza lo acarició y dijo: «Aah hola amigo! Que tal! Vengo a cogerme a la mamá de tus dueños, pero no les vayas a decir eh!». En ese momento deseaba con todas mis fuerzas que Max fuera un perro agresivo y lo mordiera justo en el cuello… Pero lamentablemente no hizo más que mover la cola e intentar jugar con Raúl para después irse al patio de nuevo.
Al levantarse Raúl se empezó a quitar la ropa hasta quedar desnudo. «Nunca pensé entrar a casa de Luis, está muy bonita, pero se ve grande… Deme un tour Maribel, pero agarreme para que no me pierda». Resignada traté de tomar su mano para hacer lo que me pedía, pero en ese momento él, agarrándome de la muñeca llevo mi mano a su miembro que ya estaba duro como piedra. «Así mejor… Ahora a su cuarto». Agarrandolo del pene lo llevé hasta mi cuarto donde estaba mi cama aún sin tender y donde hace muy poco, mi marido y yo dormíamos juntos. Cómo sabía lo que pasaría ahora solo dije «Espera, tengo que cambiar las sábanas». Pero abrazándome por detrás para detenerme, llevando sus manos a mis pechos y frotando su miembro entre mis nalgas, me dijo al oido: «Quieta Marbel… Te voy a coger en la camita de tu marido y vas a dejar las mismas sábanas aún después de que me vaya para que el cabrón de Luis se duerma está noche aquí también. ¿Entendiste?»
Raúl se recostó en un lado de la cama, justo el lado donde mi marido duerme. Posiblemente adivinó al ver que en el buró de ese lado solo había un par de lociones masculinas y una foto de mi familia en la playa de hace unos años. «Venga Maribel, a desayunar!» dijo tomando su miembro y sacudiéndolo para que se lo chupara mientras tomaba la foto del buró. En segundos, ya estaba mamando el miembro de Raúl en la cama de mi marido mientras el veía y hablaba de la foto. «Uffff joder, que boquitaaaa. Ya se la puedes meter toda Maribel!! Quién diría que la esposita tan decente de esta foto se volvería una experta mamando verga, Ufff!». Comencé a chupar más y más rápido y profundo… Quería hacerlo venir para que se fuera rápido, pero casi a la fuerza me empujó y me la sacó. «Uuy tranquila Maribel, yo sé que te encanta mi verga pero no quiero acabar tan pronto.» Luego me ordenó recostarme boca abajo para subirse encima de mi y meter su miembro en mi vagina. «Aaaaaah siii, mira Luis, mira lo rico que me cojo a tu esposita en tu cama, siiii» decía mirando la misma foto.
Luego de varias embestidas, Raúl se incorporó y me hizo ponerme en 4, y ahora con mayor facilidad, metió su pene duro en mi ano. Luego de varias semanas de ser usada de la misma manera, mi cuerpo y mi ano ya estaban más acostumbrados pero aún sentía suficiente dolor para hacerme gemir… «Aaaah aaah aah aaaah aaaah aay aaah ayyy aaay aah». Raúl que normalmente dura mucho más no pudo con tanto morbo de cogerme sobre la cama de mi marido y frente a él (aunque sea en foto) y se corrió dentro de mí relativamente rápido. «Listo… Por favor vete!» Le dije. «¿De que habla Maribel?» me respondió «le dije que me la iba a coger en cada cuarto de la casa y y no me pienso ir hasta cumplirlo!» Y así fué.
Primera y única vez que me sentí agradecida de la habilidad que tenía Raúl de recuperarse rápidamente después de venirse. Después de salir de nuestro cuarto, enteramos a la habitación de mis hijos donde me ordenó ponerme boca arriba con mi cabeza colgando del borde de una de las camas para cogerme la boca, con sus huevos golpeando mi cara y sus manos jugando con mis pechos. Luego regresamos a la sala de mi casa donde me hizo usar mis pechos para hacerle una rusa. Luego me subió al comedor donde mi familia estaría comiendo conmigo en unas horas, me separó las piernas y me comió el coño y el ano hasta que me hizo tener otro orgasmo. Después me sacó al patio y luego de hacerme chuparle el miembro un poco más, procedió a ponerme en 4 para hacérmelo anal sobre el pasto frente a la mirada confusa e inocente de Max.
Después de bastante tiempo, me di cuenta de que faltaban cerca de 2 horas para que regresaran mis hijos que son los que siempre llegan antes… Le rogué a Raúl que por favor ya se marchara a lo que me respondió que solo le faltaba tomar una ducha e insistió en qué entrara con él a la regadera y acepté con tal de acabar rápido. Pero jamás adivinaría lo que pasaría después. Entramos al baño y en cuanto el agua se calentó un poco entramos juntos al baño. Raúl tomó una un bote de crema para la ducha de Nivea que tenía ahí dentro y se untó bastante en su miembro que no tardó en pararse nuevamente. Tras ordenarme que me diera la vuelta y me inclinara, puse mis manos sobre la pared del frente de la regadera mientras Raúl me agarró de las caderas y comenzó a cogerme (con suerte), por última vez ese día. Segundos después, mi corazón se detuvo cuando escuché la puerta del baño abrirse… «Mamá? Apenas te estás bañando?!!»
El segundo de mis hijos aparentemente había llegado más temprano. Afortunadamente la cortina de la regadera estaba cerrada y era de un color azul oscuro con patrones decorativos, así que no se veía nada. Con la voz temblorosa de miedo logré hablar: «Hijo… Que.. que susto tan grande me diste!! Qué pasó, por qué estás tan temprano aquí?? Y tus hermanos?» Raúl que también se había sorprendido, comenzó lentamente a reanudar el acto sexual, penetrandome lentamente y volviendo a apretar mis pechos, diciendome en el oido «Uff que morbo».
«Me cancelaron la última clase y los papás de Marco me dieron aventón a la casa ma… Bueno, en cuanto salgas me avisas para meterme a bañar yo porfa». En ese momento Raúl me dió una nalgada fuerte y me susurró: «Si se va, voy a gritar y a abrir la cortina puta!! Haz que se quede!» Lo que me obligó a gritar «ESPERA HIJO, Espera..!!», — «¿Que pasó mamá? ¿Estás bien?», — «Si… si no te preocupes, pe… pero y tus hermanos? Dime qué pasó en la escuela, porqueee aah eeh… porqué se canceló tu clase?!» Mi hijo inocentemente me empezó a platicar lo que había pasado en la escuela ese día… Raúl aprovechó para ponerme de rodillas y ponerme a chupar su miembro nuevamente, cojiendose mi boca literalmente frente a mi hijo, separados únicamente por la cortina de la regadera. Los ruidos que hacíamos afortunadamente se veían levemente ahogados por el ruido del agua. Mi hijo continuaba platicándome de su día cuando Raúl me volvió a parar y tras usar más crema, me la volvió a meter con fuerza, embistiendome más duro. «¿Mamá? ¿Qué es eso que suena?» , — «Me… aah aay me estoy la.. lavando la cabezAAAH AAH». Tras un esfuerzo sobrehumano de mi parte para no gritar de placer, Raúl finalmente tuvo un orgasmo que ahogó con un suspiro. Su semen caía por mis piernas llegando al piso del baño.
«Por cierto mamá, ¿de quién es la ropa que está tirada en la entrada?» , — «AAAAH AAH ES… es de tu papá… Creo que Max la agarró del cesto de ropa sucia. Hijo, por favor corre a la tienda por tortillas por favor, rápido porque creo que quedaban pocas!!» Aceptando confundido mi hijo finalmente salió y en seguida salimos de la regadera. Raúl se secó y se vistió rápido. Justo antes de irse me dijo que quería una foto de mi marido y yo en cama para ver qué estemos en las mismas sábanas. Esa noche le mandé la foto y me respondió diciendo que la próxima semana llevara un collar y la correa de Max a su casa…
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