Por

Anónimo

junio 24, 2025

1202 Vistas

junio 24, 2025

1202 Vistas

Pagando una deuda al hombre que más odia a mi esposo - El primer día en su casa

0
(0)

Desperté en la mañana del jueves, justo al día siguiente sintiendo una mezcla de culpa, impotencia, nervios… Y posiblemente un poco de intriga. Sabía que en unas horas tendría que salir a a limpiar una casa ajena como lo he hecho muchas veces desde que empezamos a tener problemas económicos. Pero la casa a la que tenía que ir ese día, era la casa de Raúl, un hombre agresivo, mujeriego y despreciable que le tiene un odio casi a muerte a mi marido y que había encontrado la manera perfecta de vengarse de él, aunque sea en secreto: usarme hasta que pudiéramos terminar de pagarle la deuda que teníamos con él.

A pesar de todas las sensaciones negativas que me invadían, intenté llevar mi mañana lo más normal que pude. Me levanté, saqué la basura, le dí de comer al perro, hice de desayunar para mi familia, me despedí de abrazo y beso de cada uno de mis hijos y mientras esperaban en el carro, me despedí también de mi marido, no sin que antes me dijera: «Maribel, no me gusta la idea de que tengas que ir a limpiar la casa de ese carbón, pero gracias por hacerlo por nosotros. Cualquier cosa llámame enseguida, ¿de acuerdo?» Me limité a darle la razón y terminar de despedirme.

Me di un baño como hago todas las mañanas, me puse una blusa y unos pants cómodos, tomé una bolsa grande de tela para llevar algunos artículos de limpieza y después de tomar algo de fuerza respirando profundamente, salí y caminé a la casa de Raúl. En cuanto abrió la puerta me recibió como lo esperaba… De manera grosera y burlona (usando una camiseta de tirantes blanca y unos shorts). «Vaya, al fin! Pensé que iba a tener que ir por usted a su casa. ¡Pásele ya!».

Tan solo al cerrar la puerta se acercó y me dijo: «Bien, ahora la quiero ver en su uniforme de trabajo». Ni siquiera sé por qué, pero traté de fingir como que no sabía de qué me hablaba. Se puso atrás mío y descaradamente llevó sus manos a mis pechos apretándolos: «Sabe perfectamente de que hablo Maribel» dijo con voz maliciosa justo antes de bajar su mano y darme una fuerte nalgada diciendo «¡RÁPIDO!». Sin más opción, obedecí sus instrucciones.

«Uff, no me canso de ver su cuerpo tan cachondo… Dígame, ¿ya desayunó?» preguntó. Imaginé lo que quería hacer, pero le dije que en efecto ya había desayunado. A lo que el me respondió que él también, pero que le quedaba espacio para tomar algo de leche… Llevó sus manos a mis pechos desnudos, comenzó a estrujarlos, pellizcarlos y jugar con ellos para luego acercarse y empezar a lamerlos y chuparlos como desesperado: «Mmmmmh mmmh carajo que manjar!! Mmmmmh mmmh ayer me quedé con ganas de comerme estás tetotas ufff». Sin dejar de succionar con fuerza alternando entre mis pechos, volvió a llevar sus manos a mis nalgas como el día anterior para apretarlas y nalguearlas con fuerza. Yo solo respiraba fuerte, haciendo esfuerzo para no gemir hasta que después de un par de minutos, me soltó.

Con su brazo sobre mis hombros y de manera muy casual, me dirigió por toda su casa, diciendo lo que tendría que hacer, lo que quería que limpiara y cómo quería que lo hiciera, donde estaban los artículos de limpieza que él tenía y dónde acomodar la ropa limpia. En cualquier otra situación, sería lo más normal del mundo cuando empiezo a trabajar en una casa nueva, excepto que yo estaba completamente desnuda, con unos pezones enrojecidos y el no dejaba de manosear mis nalgas y mis pechos en todo momento. Finalmente con una nalgada más (pero no tan fuerte como la anterior) y un «a trabajar», me dejó empezar.

 

Comencé finalmente la limpieza, yendo de un lado a otro por su casa, con mis pechos y mis nalgas rebotando al caminar ante su mirada de placer. Cada vez que me agachaba para limpiar algo o me estiraba para alcanzar alguna repisa podía escucharlo murmurar: «Ufff que cosa», «Como cuelgan rico», «Mmh que nalgotas carajo». Continué con la limpieza como normalmente lo haría por algunas horas. Eventualmente Raúl se sentó a mirar la tele o ver cosas en su celular. Comencé a pensar que quizás no sería tan malo. Quizás solo le daba placer verme desnuda, tocarme de vez en cuando y quizá para él eso sería suficiente… No tenía idea del error en el que estaba.

Mientras tendía algunas prendas recién lavadas de Raúl en su patio (donde afortunadamente había bardas grandes y no se veía desde ninguna otra casa), lo escuché llamarme desde dentro de la casa. El estaba viendo televisión en su sala y al entrar me dijo que tenía cervezas en el refrigerador y que le llevara una. Por supuesto repliqué y le dije que no estaba ahí para atenderlo a él, solo para limpiar. Él tomó su celular y dijo: «¿en el grupo de WhatsApp de vecinos están su marido y sus hijos verdad? Si no me va a atender bien se puede ir, pero en cuanto salga por la puerta voy a mandar los videos que tomé ayer al grupo. Solo quisiera ver qué cara pone Luis y sus hijos cuando vean a su mami mamando la verga del vecino como experta». Derrotada y sin decir una palabra más fuí al refrigerador y tomé dos cervezas para llevárselas a Raúl.

En cuanto se las di continuó hablando: «Ándele jajaja. Pero ¿por qué está de malas Maribel? ¿Acaso Luis no la está atendiendo bien?» Sin darme cuenta que estaba cayendo en su juego respondí: «Luis tendrá sus defectos pero es excelente padre y esposo. Además es 100 veces el hombre que tú eres». Nuevamente con ese turno burlón de siempre me respondió mientras comenzó a pasar su mano por mis nalgas: «No me diga… Pues yo alcanzo a ver una parte de usted que se ve muy desatendida» dijo mientras miraba entre mis piernas. «Eso es grave, pero no se preocupe, suba al sillón que ahorita lo resolvemos».

Pensando en la amenaza de los vídeos, trate de tomar asiento en el sillón justo antes de que él me detuviera. «¿Que hace? Le dije súbase, no sientese. Ponga las manos en el descansa brazos y quiero esas nalgotas apuntando hacia mí!» Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. «Raúl… señor Raúl… Por fav…» , «O TE PONES EN 4 EN EL SILLÓN O PUBLICO EL VIDEO EN INTERNET Y ME ASEGURO DE LO VEAN TODOS EN LA ESCUELA DE TUS HIJOS!!» Gritó. Temblorosa me subí al sillón en la posición que Raúl me había ordenado. Esa posición me obligó a arquear mi espalda hacia abajo, levantando las nalgas y separando un poco las piernas. Lo que Raúl aprovechó para burlarse y humillarme aún más. «Mmmh ¡Que vista! Pero estos hoyitos se ven tristes y en desuso… Veamos». Raúl metió dos dedos en mi parte más íntima, lo que me hizo temblar. Comenzó a meterlos y a sacarlos cada vez más y más rápido. Alzó su cuerpo sobre el mío para alcanzar mis pechos con su otra mano sin dejar de meter y sacar violentamente sus dedos, convirtiendo mis respiraciones en gemidos fuertes y pausados y haciendo que involuntariamente me empezara a mojar.

«Siiiiii mmmh que rico ¿verdad Maribel?, uffff ya se está mojando, se nota que necesita una buena verga. Afortunadamente para usted yo estoy que reviento por cogerme a la esposita de Luis». Sacándome los dedos y posicionándose atrás de mí, se quitó los shorts y su miembro saltó al salir, dejándolo caer sobre mis nalgas. «Ufff ¿sientes eso Maribel?» Decía mientras lo frotaba y daba golpecitos con él en la entrada de mi sexo. «Uff nos vamos a divertir un buen rato Maribel… ASIII!!» Exclamó con fuerza al penetrarme finalmente con su enorme miembro. «AAAAAAAYYY AAAH AAAH» Me hizo gritar…

Agarrándome fuerte de las caderas metía y sacaba su pene con fuerza, aumentando la velocidad. En segundos los ruidos de aplausos por el choque de su cuerpo y sus huevos con mis nalgas inundaron la sala de su casa. ::PLAP! PLAP! PLAP! PLAP! PLAP!:: Sonaba con fuerza. Los sentía rebotar en mis nalgas y mis piernas temblaban. «»OOOOH SIII Siii Maribel, Ufff siii… estoy haciendo a tu esposita gritar Luis siiii».

Después de un par de minutos, no pude evitar tener mi primer orgasmo. Realmente tenía mucho tiempo sin hacer nada con Luis, ni con nadie… «WOW Te veniste puta?! Jajaja de verdad te hacía falta verdad?! A ver hagamos algo», y sin hacer una pausa si quiera, me la sacó de repente. «Ay nnn…nno… no…» Dije susurrando, como pidiendo que no se detenga. «Uuy… ¿tan rápido y ya rogando? Jaja tranquila que aún no acabamos», dijo. Se sentó en el sillón individual separando las piernas y ordenándome que me suba en él. Con mis piernas a un temblorosas obedecí y subí sobre él, quedando de frente, con mis pechos masomenos a la altura de su cara. Agarrandome fuerte de las nalgas nuevamente dijo: «Este culote está hecho para dar sentones Maribel… Venga, cogete solita en mi verga!!»

Obligándome a estirarme para tomar su miembro y yo solita ponerlo en mi entrada, empecé a subir y a bajar, usando su pene duro como piedra para darme placer, dándole a Raúl una serie de, como el los llamaba, sentones. ¡¡OOH OOH OOH, SIII MARIBEL, SIIII!!» Raúl no aguantó mucho más y hundiendo su cara en mis pechos y abrazándome fuerte, aumentó el ritmo y metiendola toda con fuerza una última vez, se vino a chorros dentro de mi. Yo ya no me podía embarazar pero eso él no lo sabía…

Después de eso me bañé en la regadera de Raúl y salí justo a tiempo para recibir a mis hijos en casa, tratando de simular como si todo fuese normal. Cada martes y jueves que eran los sus días de descanso del trabajo, iba a casa del vecino y pasaba masomenos lo mismo. A veces me lo hacía en su cama, a veces en el sillón e incluso en algunas ocasiones en el patio, recargados sobre una casa para perros que tenía mucho tiempo sin usarse.

Lamentablemente pasaron meses antes de poder terminar de pagar nuestra deuda. Y en todo ese tiempo hubo días donde realmente me volvía a sorprender, obligándome a hacer cosas que jamás hubiera pensado y hacerme cruzar límites que jamás pensé que cruzaría. Por favor díganme si quieren que les platique algunos de esos momentos.

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Deja un comentario

También te puede interesar

Sexo en la oficina (2)

anonimo

15/07/2016

Sexo en la oficina (2)

Jamas pensé que mi mujer aceptaria 13

anonimo

12/02/2014

Jamas pensé que mi mujer aceptaria 13

La mujer de un amigo

perverso

01/12/2012

La mujer de un amigo
Scroll al inicio