– Wow, parece que esta vez elegiste bien, hermanito – fueron las palabras de mi cuñado mayor cuando me vio por primera vez – Un gusto Mica, soy Ignacio. Podés decirme Nacho

Nacho era alto y fuerte, bastante parecido a mi novio (Tomi, para quienes no leyeron la intro de mis relatos) de cara pero con facciones masculinas más desarrolladas y un poco más adultas. Tenía puesta una musculosa ajustada que lucía a la perfección un torso bastante trabajado, aún más que el de Tomi, y un short deportivo que también dejaba a la vista un par de piernas bien fuertes, unos gluteos bien redondos y unos atributos delanteros interesantes.

Obviamente no pude evitar sonrojarme ante el halago y el saludo, con un beso en la mejilla, de semejante bombón. Le agradecí el piropo con una sonrisita inocente y empezamos a caminar con él y mi novio hacia las tribunas para ubicarnos. Tomi me estaba llevando a ver un partido importante de su hermano menor, que también jugaba al rugby, y quiso aprovechar la ocasión para que lo conozca a él y a su hermano mayor.

El partido comenzó y obviamente me dediqué a mirar a los jugadores, ya que del deporte en realidad entiendo poco, y no tardé demasiado en identificar a mi cuñadito de 18 años, debido al parecido con sus dos hermanos, aunque no tan desarrollado muscularmente.

El equipo de  mi cuñado finalmente no ganó, por lo que no volvió tan animado cuando se encontró con sus hermanos y conmigo.

– Buen partido Juampi, la peleaste – le dijo Tomi apenas salió y le dió un golpecito en el hombro seguido de Nacho que lo saludó con una sonrida alentadora y un choque de manos – ella es Mica, mi novia. Quería que la conocieran hoy.

– Hola Mica, soy Juampi, espero que no te hayas decepcionado por lo de hoy – me dijo mi cuñado menor encojiendose de hombros y sonriendo con algo de timidez aunque también con cierta picardía que terminé de entender cuando noté la manera en que miraba mi escote luego de saludarme con un beso en el cachete.

– Hola Juampi. No, ni ahí, estuviste bastante bien, en serio -respondí intentando disimular que no había prestado tanta atención a cómo habían jugado.

– El finde que viene juego yo, podrían venir a verme también -comentó Nacho invitándonos y lanzándome una sonrisita de esas que te compran.

– Ah, ¿Vos también jugás? -pregunté no tan sorprendida ya que imaginaba que con semejante físico debía hacer rugby o algo similar – Por mí, encantada – respondí a su invitación, imaginando lo que debía ser ver a mi cuñado mayor corriendo transpirado y embarrado.

– Sí, jugamos los tres – respondió Tomi, ganádole de mano a Nacho y continuó hablando él – ¿Vamos para casa a cenar algo? Mica se queda a dormir conmigo, están avisados eh

Mientras no hagan mucho ruido -acotó Juampi riendo un poco y volviendo a mirarme de arriba a abajo sin mucho disimulo, pero haciéndose el tonto cada vez que Tomi lo miraba – tuviste suerte de que nuestros viejos estén de viaje.

Tomi sonrió un poco avergonzado por el comentario de su hermano y seguimos camino hasta su casa.

Durante la cena nos sentamos mi novio y yo juntos y mis cuñados frente a nosotros. Juampi seguís mirandome las lolas cada vez que Tomi se descuidaba y a mi me divertía pensar que el pendejo se calentara tanto con un par de tetas, más siendo las de la novia del hermano. Después de cenar, Tomi me dijo que iba a darse una ducha y que necesitaba unos masajes cuando saliera, comentandoles a sus hermanos, sin imaginarse que ellos querrían comprobarlo, que yo era una muy buena masajista. Asentí y él se fue a la ducha.

– Mientras mi hermano se ducha, ¿te jodería hacerme algunos masajes a mí? Quedé re dolorido después del partido – me dijo Juampi apenas Tomi desapareció tras la puerta del baño, poniendo una sonrisita inocente pero que sabía que escondía algo más.

– Sí, obvio, decime donde te duele y te hago – le dije divertida por la situación y con un poco de curiosidad sobre a donde llevaría el jueguito de mi cuñado y qué tanto podría calentarse.

– Yo ya me voy a acostar. Un gusto Mica, la re pegó mi hermano con vos – me dijo Nacho de repente, guiñandome un ojo antes de saludarme a mi y a Juampi y se fue para su habitación. 

– La espalda y las piernas – me responde Juampi después y se saca la remera, cosa que no esperaba, dejando un torso marcado pero menos que el de Tomi a la vista y recostandose boca abajo en el sofá del living. Me paré detrás suyo y comencé a presionar y masajear su espalda muy suavemente para después recorrerla toda con mis manos, intentando deshacer los nudos que me encontraba, mientras él soltaba algunos suspiros que indicaban que estaba haciendo un buen trabajo.

¿Querés que pase a las piernas? -pregunté luego de unos minutitos masajeando su espalda- indicame donde te duele porfa

Juampi se da vuelta para quedar boca arriba y me sonrojo al notar que el bulto de su short creció un poco, aunque aún no a un punto máximo. – Acá – me respondió pasándose las menos por el interior de sus muslos y todo el sector que rodeaba su bulto. Relamí mis labios y me arrodillé para masajear la zona indicada mientras que Juampi me miraba sonriente y su bulto seguía creciendo, ahora sí formando un importante mástil que parecía que iba a atravesar la tela de su short.

– Uh ¿pero que pasó ahí? -pregunté riendo un poco, con algo de vergüenza pero también con curiosidad.

– Parece que es cierto lo que dice Tomi, tus masajes son los mejores -me respondió agarrándose el bulto y acomodándoselo un poco sin nada de vergüenza. Reí al ver eso y subí lentamente una de mis manos hasta su bulto para empezar a acariciarlo sobre el short, sintiendo lo caliente que estaba a través de la tela, cuando de repente escuché que la lluvia de la ducha dejaba de caer y deduje que Tomi estaba por salir. Rápidamente me alejé hacia otro sillón y Juampi se sentó intentando disimular su erección.

¿Vamos a la cama amor? Necesito esos masajes urgente -lo escuché decir a Tomi, desnudo y con un toallón envuelto en la cintura, luego de que salió del baño. Sonreí ampliamente asintiendo y me paré para darle un beso de buenas noches en el cachete a Tomi e irme por mi novio a su habitación.

(CONTINUARÁ…)