Soy una chica de 22 años que lleva 3 años con su novio. Solemos irnos de viaje algunos fines de semana y a veces vienen amigos suyos, que también puedo decir que son amigos míos.

Esto esta muy bien, pero el problema es que hay uno de los amigos de mi novio que me llama la atención. Ahora os voy a explicar porqué.

En las jornadas que nos toca convivir nos vemos en pijama, en bañador, etc… cosas normales. La cosa es que este chico en pijama tiene un paquete escandaloso, así como lo digo. Resulta muy difícil no mirar ahí, porque se va la vista. Incluso lo he comentado con mi hermana, que ha venido alguna vez con nosotros.

Una noche de estas, que yo había bebido más vino de la cuenta, nos fuimos a dormir. El dormía en el salón y llevaba unos pantalones cortos bastante llamativos, la verdad. El caso es que a mitad de noche me tuve que levantar para ir al baño y pasé junto a él. Estaba tumbado boca arriba y se le notaba bastante el paquete, lo cual me llevó a detenerme junto a él y a observarle. El estaba completamente dormido. Entonces se me pasó una locura por la cabeza, para lo cual cerré la puerta de mi dormitorio, así nadie nos podía ver.

El caso es que me acerqué a él y me aseguré de que estaba dormido. Le llamé y no se despertaba. Tenía que estar seguro de que estaba dormido. Cuando lo estuve, acerqué la mano lentamente hacia su paquete. Quería tocarlo y se lo toqué. No la tenía empalmada y se podía distinguir claramente un pene bastante grande. Se lo empecé a tocar. El no se daba ni cuenta, por lo que decidí jugármela. Le iba a bajar los pantalones a ver como era, no podía aguantar mas. Y lo hice. Con mucho cuidado y con la suerte de que dormía sin ropa interior. Yo esto lo sabía porque lo habíamos hablado alguna vez.

Le agarré de la cintura del pantalón y lo bajé con cuidado para que no se despertara y hay vino una de las cosas mas impactantes que he visto en mi vida. Era una poya enorme. La tenía caída hacia un lado y era gorda, gorda y eso que estaba flácida. Yo en ese momento ya estaba excitadísima y era capaz de cualquier cosa, era como si estuviera incosciente por lo que se la empecé a tocar de arriba abajo, con la sorpresa de que noté que se le estaba endureciendo. El no se enteraba, o si lo hacía estaba haciendose el dormido de maravilla, y la tenía medio empalmada, para arriba y cayendose hacia la izquierda. Le empecé como a masturbar, porque quería versela completamente empalmada. Por la base era gordísima y no podía cerrar la mano para cogérsela. A los pocos segundos, ya estaba. Misión cumplida. Empalmado. Era una poya de más de 20 centímetros para hacernos una idea. Se la cogía con una mano y me sobrarba un cacho grande por arriba y otro por abajo, así que imaginaros…

Yo entonces se la sacudí unas cuantas veces, aunque ya con miedo a que se despertara o lo que es peor, a que saliera mi novio accidentalmente, aunque no se levanta nunca a mitad de noche. Entonces paré, estaba muy excitada pero también muy nerviosa. Sobre todo porque se me estaba pasando por la cabeza acercar la boca y meterme en la boca esa pedazo de poya. A eso no me atreví, tengo que confesarlo.

Desde entonces, me cuesta mirar a la cara a este chico, pero también me he dado cuenta de que siento algo por él, aunque sólo sea sexual.