
Por
Anónimo
María, la sobrina de mi jefe
Iba a continuar con la serie de Rocío, pero esta mañana, tras un tiempo sin saber nada de ella, me he encontrado con María, una sobrina de mi jefe a la que me follé varias veces durante un verano. No ha pasado nada nuevo entre nosotros, simplemente nos hemos saludado, ella iba con su novio….pero he recordado esos momentos y voy a compartirlos con vosotros. Una mañana de finales de junio mi jefe apareció por el despacho con un humor de perros y una cara que delataba a leguas que algo le pasaba.
– ¿Qué te pasa?, traes una cara que vaya tela….le dije mientras le ponía un café.
– Coño, tanto se me nota, me dijo sin mirarme a la cara y dando un trago enorme al café. Mi sobrina María….joder, qué le gusta fastidiar a todos los que tiene a su alrededor, coño…Me contó que estaba repitiendo segundo de bachillerato y que aun así no había sido capaz de sacar el curso adelante y, por tanto no podía acceder a la universidad. Por lo visto había tenido bronca grande con los padres, se había marchado de su casa y él y su mujer, como padrinos, la habían acogido hasta que todo se calmara un poco….aunque intuía que la tendría en casa todo el verano.
– Bueno, no seas tan exagerado, tampoco es para tanto, le dije intentando desdramatizar la situación. No todo el mundo tiene por qué tener una carrera. Si no quiere estudiar, puede trabajar….además siempre estás diciendo que aquí hace falta alguien que me haga el trabajo fácil para poder ayudarte más a ti, dije si darme cuenta de que me estaba metiendo en la boca del lobo…..
Como podéis imaginar la conversación terminó conmigo aceptando que fuera una especie de becaria para mí. La llamó desde el despacho, me pasó el teléfono y esa misma tarde quedamos en mi piso para planificarlo todo y que se pudiera incorporar el día siguiente. Llegó media hora tarde y con una cara de cabreo impresionante. Al abrir la puerta me encontré con un verdadero bombón. Diecinueve años, alta, delgada, una cara angelical salpicada por unas graciosas pecas, pelirroja y con una sonrisa embaucadora como pocas. Una buena delantera, firme, unas piernas largas y bien torneadas y un culito redondo, en su sitio y aparentemente duro.
– Si antes de empezar llegas media hora tarde…….
– No me des la coña, ¿vale?, me cortó con una soberbia y una falta de educación increíbles, sin mirarme siquiera. Yo….
– ¡Mira niñata!, la corté yo ahora con un grito que hizo que se le bajaran los humos de inmediato. A mí esto me gusta menos que a ti, pero se lo he prometido a tu tío, al que aprecio mucho, por cierto, y tú vas a poner todo de tu parte para aprovechar lo que te ofrece, ¿te queda claro? No sé qué coño te pasa o qué te traes entre manos……ni me importa, pero esto va a salir bien por las buenas o por las malas, ¿me he explicado bien?
– Ssss….sí, dijo mirando al suelo.
– Se puede saber por qué cojones has llegado media hora tarde.
– Yo….yo….tenía cosas qué hacer y…..
Se derrumbó y, entre sollozos, me contó que había ido con una amiga a comprar una píldora del día después. Por lo visto, cuando se fue de su casa, y antes de ir a casa de su padrino, estuvo con un medio novio, se enrollaron y él se corrió dentro sin usar protección. Esta mañana había hablado con él, pero se había desentendido del tema y había recurrido a una amiga para solucionarlo.
– ¿Estás bien? le dije intentando calmarla. La verdad es que hay tíos, que vaya tela….
– Gracias, estoy bien….yo no sé qué coño hago con él….
– Hombre, algo tendrá que te guste….si no, no creo que…..
– Bah! ni eso, jajaja….si yo te contara, jajajaja…..
Recondujimos la situación, hicimos las paces y comenzamos al día siguiente con lo pactado. Era bastante inteligente….pero floja como ella sola, así que casi todos los días teníamos una discusión sobre la tarea que le mandaba que hiciera Poco a poco me fui fijando más en ella y, la verdad, entre que llevaba un tiempo sin follar, lo buena que estaba y el atuendo veraniego que traía algunas veces, más de una vez me pilló fijándome en sus tetas mientras le explicaba algo y, más de una paja me casqué a su salud al irse, con la imagen de su pantaloncito corto albergando su culito en mi cabeza. Un sábado de mitad de julio, al salir de un pub tras tomar una copa, me la encontré en la calle con una amiga, con una cogorza impresionante. La amiga me contó que había discutido con su novio, que se había bebido todo lo que había pillado a mano, que ella tenía que volver a su casa y que no sabía qué hacer con María. Así que tras explicarle quién era y convencerla de que arreglaría el asunto con su padrino, me la endosó cual paquete y salió pitando para su casa. Vomitó tres veces antes de llegar al piso, poniéndose perdida ella y salpicándome a mí todos los pantalones….vamos un espectáculo, jajaja. Tras cerrar la puerta, pudimos llegar al baño antes de que vomitara por última vez, aunque lo puso todo perdido y me costó un mundo desnudarla para meterla en la ducha….aunque mereció la pena todo el esfuerzo. Tenía un cuerpo de modelo, la verdad. Unas tetas de tamaño mediano pero firmes y duras, de pezones rosados, pequeños y tiesos, barriguita lisa y dura, con un piercing en el ombligo, un coño de labios finos y depilado con una pequeña tira de vello púbico ¡pelirrojo! en el monte de venus y un culo redondo, duro, pequeñito pero muy sugerente. La duché haciendo un esfuerzo sobrehumano para no aprovecharme de ella, aunque mi polla me pedía guerra, y la metí en mi cama para que durmiera la mona. Recogí todo el estropicio, me duché yo también, puse una colada con su ropa y la mía y, antes de acostarme en el sofá, llamé a mi jefe contándole una trola: que las había encontrado en la calle, que la amiga era la que iba pedo completamente, que en ese estado no podía aparecer por su casa y que me habían convencido para pasar la noche en mi piso. Con un “vaya juventud” bastante lacónico me dio las gracias y me colgó el teléfono.
Me despertó María, envuelta en la sábana, preguntándome de malas maneras qué hacía desnuda en mi piso y dónde estaba su ropa, mientras miraba con cara de asombro mi erección matutina.
– Buenos días a ti también, le dije intentando tapar el bulto de mi entrepierna mientras me incorporaba. Por lo visto, ayer discutiste con tu novio, cogiste una borrachera de cojones, tu amiga no sabía qué hacer contigo y por eso estás aquí……desnuda porque te potaste (y me potaste a mí) cuatro veces y no veas cómo dejaste la ropa y el baño. Por cierto, mentí anoche a tu tío para salvarte el culo…..así que….de nada, ¿alguna pregunta más?
– Yo….joder….lo siento….gracias Juan, dijo agachando la cabeza y poniéndose roja como su cabello. Es que el gilipollas de mi novio….
– No me tienes que dar ninguna explicación, la corté. Ya eres mayorcita para elegir con quién estás, le dije mientras me levantaba para ofrecerle un pijama mío. Me di cuenta de que volvió a fijarse en mi paquete y, con una sonrisa, se lo alcancé y le dije que fuera al baño a cambiarse mientras hacía café. Por cierto, deberías llamar a tu tío y contarle alguna excusa porque mientras se seca la ropa y demás……
Tras cambiarse y llamar a su tío, nos sentamos a tomarnos el café. Ella no apartaba la vista de la taza…..y yo no podía dejar de fijarme en su canalillo, perfectamente visible porque le estaba bastante ancho el pijama que le ofrecí. De pronto me soltó una pregunta que me dejó asombrado.
– ¿Tú crees que yo estoy buena? Es que el capullo de mi novio parece que prefiere irse a beber con sus colegas antes que estar conmigo. Anoche lo había preparado para…..y él…
– Jajajaja! Él es un capullo, coincido contigo, dije soltando una carcajada. Y sí, estás muy buena…..doy fe de ello….Por cierto, ¿qué coño tomaste? tenías vómito hasta en el tanga, jajajaja.
– Eso es, tu haz que me avergüence más….dijo resoplando y roja como un tomate. Yo no sé lo que les pasa a los tíos pero….
– A los tíos no nos pasa nada, la corté mirándola fijamente a los ojos. Lo que pasa es que tú no has estado nunca con un tío, sólo has estado con niñatos egocéntricos que nada más que piensan en ellos mismos, dije levantándome y colocándome detrás de ella, dándole un pequeño masaje en los hombros. Si yo tuviera una novia como tú, te aseguro que no tendrías que emborracharte como ayer, le dije mientras introducía las manos dentro del pijama y empezaba a sobar sus tetas.
Se levantó, se giró hacia mí y, suspirando, me metió la lengua hasta la campanilla mientras me sobaba la polla por encima del pijama y el bóxer. Me separé un poco de ella y, tras sacarme la camiseta y quitarle la parte superior del pijama, la atraje hacia mí sintiendo como sus pezones, duros completamente, se clavaban en mi pecho. Bajé la cabeza para besarla en el cuello y, poco a poco, fui descendiendo hasta llegar a sus pechos, que empecé a lamer y a chupar como un bebé hambriento mientras ella gemía cada vez más fuerte e imprimía más ritmo a la sobada de polla que me estaba haciendo. Cuando me cansé de jugar con sus pezones me separé un poco de ella y, tirando del cordón que lo sujetaba a su cintura, hice caer el pantalón del pijama a sus pies, posando mi mano derecha en su raja, caliente y húmeda, pasándole el dedo corazón por toda su extensión. Separé sus labios con dos dedos y apareció su clítoris, gordo, húmedo y brillante, que empecé a frotar tras recoger una buena cantidad de jugos de su cueva, ya completamente encharcada. Con un “joder, qué rico” abrió las piernas para facilitarme la labor, cosa que aproveché para arrodillarme entre ellas y hacer que pusiera un pie sobre la mesa, dejando sobre mi cabeza su coño completamente abierto y listo para ser devorado. Le pasé la lengua desde la raja del culo hasta el clítoris, abarcando cuanto chocho pude con ella, primero lentamente, dejando que sintiera cómo iba recorriendo cada milímetro de su raja, y luego cada vez más rápido, como un perro sediento, notando con cada lamida cómo se iba mojando y arrancándole verdaderos gritos de placer.
– ¡SÍ, SÍ, SÍ, QUÉ RICOOOOOO!!!! ¡SIGUE, SIGUE, NO TE PARESSSSSSSS!!!!!!
Seguí lamiendo un poco más notando como mi saliva y sus jugos me resbalaban por la barbilla y la nuez, hasta que, separándole las nalgas metí, sin previo aviso, la lengua en su ojete haciendo círculos sobre él y empujando con ella como si me lo estuviera follando. Tras la sorpresa inicial soltó un “dios, qué gustooooooo”, me sujetó la cabeza con una mano para que no me separara y empezó a resoplar y a frotarse el clítoris con la otra mano a toda velocidad. A los pocos minutos saqué la lengua de su agujerito trasero, empecé a chuparle el clítoris sorbiéndolo con todas mis fuerzas y le metí dos dedos de golpe en el coño, follándomela a lo bestia con ellos. Como supuse, no aguantó nada con ese tratamiento y, en menos de diez segundos, empezaron a temblarle las piernas, se agarró a la mesa y a mi cabeza para no caerse y empezó a gritar que se corría.
– ¡YA, YA, YAAAAAAAAAAA!!!!!! ¡ME CORROOOOOOOOOOOO!!!!!!¡JODER, QUÉ GUSTOOOOOOOOOOOOO!!!!!!! ¡AAAAAHHHHHHHH!!!!!!!!!
Me dejó la cara como si se hubiera meado en ella, completamente empapada de jugos viscosos y calientes, mientras la sujetaba para que no se cayera encima de mí. Cuando noté que podía sostenerse en pie me salí de entre sus piernas, me apoyé en la mesa frente a ella y, le solté “a ver qué sabes hacer” señalándole con la mirada el bulto de mi entrepierna. Se arrodilló ante mí y me bajó de un solo golpe el pijama y el bóxer, saliendo mi polla como un resorte de su prisión, dura y babeante, golpeándole la nariz. Puso los ojos como platos y, con la boca abierta, soltó un “hostias, qué pedazo de polla” que retumbó en todo el salón mientras empezaba a pajearme con una mano y con la otra amasaba mis pelotas. Comenzó a lamer desde la base hasta la punta, ensalivándola bien y recreándose en la cabeza, haciendo círculos con la lengua sobre ella, sorbiendo y chupando como si se estuviera desayunando un chupachups. Cuando la creyó suficientemente ensalivada, soltó un “uff, no creo que me quepa toda” y, abriendo la boca al máximo, engulló media tranca de golpe mientras seguía amasándome los huevos y buscando mi ojete con el dedo corazón de su mano derecha. Empezó a mover despacio la cabeza adelante y atrás, tragándose en cada movimiento un poco más de polla, poniéndose roja como un tomate, llorándole los ojos y soltando tal cantidad de babas que, goteando sobre mis pelotas, formaron un charco en el suelo. No sé cuántas pollas se habría comido hasta ese momento, pero la tía era una auténtica mamona y, tras un par de intentos, se la tragó entera, notando como la cabeza le abría la garganta, dejándola sin aire y provocándole arcadas que controlaba perfectamente. La mantuvo así durante unos segundos y se la sacó, chorreando babas, para dedicarse a chuparme los cojones mientras me pajeaba a un ritmo bestial.
– ¡DIOS, QUÉ RABO!!!!!!! ¡ME HA LLEGADO HASTA LA GARGANTA!!!!!!!!!
– ¡JODER, QUÉ BUENA MAMONA ESTÁS HECHA! ¡SIGUE COMIENDO!
Agarrándola por la nuca le clavé la tranca de un golpe hasta la garganta y, sujetándola con las dos manos, empecé a follarle la boca a toda velocidad mientras ella se tragaba como podía toda la polla intentando separarse para coger aire, apoyando las manos en mis muslos para ayudarse en la huida. Cuando vi que estaba al límite se la saqué y, mientras ella resoplaba buscando oxígeno, le di una tanda de pollazos en la cara, alternando las mejillas. Se levantó, me dio la espalda apoyando las manos en la mesa y, separando las piernas, soltó “dame los pollazos en el coño, no en la cara” mientras sacaba el culo para que me la follara. Metí la mano entre sus piernas y, comprobando que tenía el chocho completamente mojado, me separé un poco de ella y, agarrándome el nabo por la base, empecé a frotárselo por toda la raja, dándole pequeños golpecitos en el clítoris.
– ¡CLAVÁMELA YA, JODERRRRRRRRR!!!!!
Me agarré a su cintura, apunté en la entrada de su cueva y empujé lentamente, sintiendo como su coño, caliente y empapado, se abría mientras mi tranca entraba en ella hasta que mis pelotas hicieron tope con su culito.
– ¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, JODERRRRRRRRRRRRR!!!!!!!!!!!!!, gritó mientras se la clavaba, ¡ESTOY LLENA DE POLLAAAAAAAAAA!!!!!!!!
– ¡UFFFFFFFF, QUÉ RICOOOOOOOO!!!! ¡TE VOY A REVENTARRRRR!!!!!!
Poco a poco fui subiendo el ritmo de la follada hasta que a los pocos minutos los pollazos se oían en todo el salón, empotrándola con todas mis fuerzas mientras ella se sujetaba como podía a la mesa para no caerse.
– ¡PLOF, PLOF, PLOF! ¡TOMA POLLA!!! ¿TE GUSTA CÓMO TE FOLLO????
– ¡SSSÍÍÍÍÍ!!!!!!!!!! ¡JODER, ESTO SÍ ES UN POLVO!!! ¡DAME MÁS, DAME MÁSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!
Me la estuve follando así, a ritmo bestial, un poco más, hasta que ella empezó a temblar, se agarró fuertemente a la mesa y comenzó a chillar como una loca que se corría de nuevo.
– ¡YYYYY……..YYYYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!! ¡ME CORROOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Al notar mientras se corría cómo los músculos de su coño se contraían sobre mi polla, estrujándola en movimientos circulares, y cómo me la empapaba con sus jugos viscosos y calientes, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y, gritándole que me corría, se separó y se arrodilló frente a mí con la boca abierta dispuesta a recibir mi descarga.
– ¡ME CORROOOOOOOOOO!!!!! ¡TRAGAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Se la metí en la boca y, tras dos chupadas le solté cinco o seis trallazos que intentó tragarse, pero, al no poder hacerlo completamente, un resto salió disparado por su nariz, goteando hasta el suelo.
– ¡AAAAAHHHHHHH, TOMA LECHEEEEEEEE!!!! ¡TRAGÁTELA TODAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!
Caímos al suelo, exhaustos, empapados en sudor y resoplando, buscando oxígeno para recuperar el aliento hasta que conseguimos ponernos de pie.
– Creo que tu ropa ya está seca. Te espero esta tarde para repasar unos informes, ¿ok?
2 respuestas
-
Еstоy completamеnte dеsnudо. ¿Quiеrе vеr una imаgеn? – http://analsex4.fun
-
Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.