Por
Anónimo
CUÑADA EN CASA (el inicio)
Salimos de bañarnos, Liz me comentó que iría a ver a su mamá. Yo me quedé trabajando revisando algunos pendientes. Sin darme cuenta se me fue el tiempo. Liz se había ido con su mamá a las 11 a. m. y ya estaban por ser las 6 p. m. Vi mi celular y tenía algunas llamadas perdidas de Liz. Le llamé de vuelta, le comenté que tenía desde que nos fuimos a la boda de su amiga que no me había puesto al corriente. Me dijo que lo sabía, porque desde que regresamos estuvimos pendientes solo de las cosas de su familia (de su hermana y su mamá). Me dijo que me había hablado para ver si quería algo de comer. Pero que no insistió pensando en que estaba trabajando.Le pregunté si seguían en el hospital. Me dijo que sí, que estaban con su mamá; le dije que la alcanzaba ahí para saludar. Llegando a la suite donde estaba mi suegra, se podía escuchar el ruido de personas. Las voces y sus risas. Al tocar la puerta, rápido abrieron. Había un gentío.
Se salieron las personas y quedamos mis suegros, Liz, Jessica, y yo. Platicamos un poco; yo estaba muy cansado y con hambre. Y se me notaba.
Me dice mi suegra que ella me haría caldito, pero, pues, estaba encamada. Nos reímos, y Jessica dice que ella me podía hacer comida. Le dije que no hacía falta que compraba cualquier cosa o que ahí me daban algo para comer.
Mi esposa insistió; le gustó la idea. Dijo: —¡Sí, Jessy! Váyanse a la casa y hazle comida. Porque si no se va a quedar aquí conmigo. Llévatelo. Y, por favor, hoy ya no tomen; tienen dos días tomando y desvelándose.
Nos reímos todos. Sin más que hacer, le dije:— Vámonos, tú manejas. Mañana nos vemos, suegra. Cualquier cosa, me llamas, amor.
Nos fuimos sin hablar. El camino al carro, del carro a la casa, solo hubo silencio. Al llegar a la casa, me pregunta Jessica que sí que quería comer. Le dije que lo que sea, que pediría una pizza. Pedí la pizza y me fui a mi cuarto. Entré a la regadera y con agua caliente me di un baño. Estuve un muy buen rato entre el agua y el vapor. En eso grita Jessica que llegó la pizza; no le respondí. En eso escucho cómo toca la puerta del cuarto y entra. —¡Ya llegó la pizza!!
—Estoy en la regadera, déjala ahí, ahorita salgo.
—Te puedo acompañar, podemos ver una película. ¿Qué te traigo para beber?
—agua mineral y una cerveza
—Agua mineral, quieres una rusa ?! Jajaja, se rio y se fue por las bebidas.
Salí de la regadera, me estaba rasurando, en eso llego. Me pregunto que si que me pondría, le dije que lo que había dejado en la cama. Lo tomo y me lo acercó. Yo estaba en toalla y ella ahí cerca viéndome. Dejo las cosas y se fue a la cama a poner una película.
Me quede pensando en que le pasa, es como una niña esta mujer. Me cambie y salí al cuarto, estaba acostaba boca abajo, se podían ver como le colgaban los pechos y se aplastaban entre ella y el colchón. Me senté en la cama y se sentó. Me pregunto que si que quería primero el agua o la cerveza. Ella estaba tomando vino. Le dije que quería ambas, pero primero el agua, así que me pasó las dos, puso pizza en dos platos y ya tenía una película empezada (una caricatura de Disney) me pregunto que si la regresaba o ponía otra cosa. Le dije que no, me puse a comer y ver la tele en eso empezamos a platicar.
Me dijo que se la pasó muy bien conmigo la noche anterior. Que si todo estaba bien, porque sentía que la estaba evitando.
Le dije que sí, que todo bien. Que sí la estaba evitando, pero porque no sabía qué hacer respecto a lo que pasó.
Ella dijo que, pues, pasó, que la pasamos muy bien, que nos quitamos el estrés y nos hicimos compañía. Que si yo no quería que pasara nada más, no pasaría, o que si quería que pasara, pues que eso sería mi decisión; al final de cuentas, ella era la que estaba viviendo en mi casa. Que si me preocupaba, de qué lo fuera a contar o algo. Que ella tenía claro que fue algo que los dos queríamos, que sabía que estaba casado y que Liz era todo para mí. Que no la dejaría por ella ni por nadie, que no me hiciera historias en la cabeza. Que ella estaba muy agradecida conmigo y que de alguna manera esa fue su forma de agradecerme.
Escucharla me tenía sorprendido, no era tan infantil sino todo lo contrario.
Me acerqué a ella y la besé en los labios.
—Perfecto, muchas gracias. Le dije. Sonrió y me dijo que no era nada.
Seguimos viendo la película; me comí casi toda la pizza. Yo me estaba quedando dormido; en eso empezó a hablarme otra vez.
—Oye, cuñado, ¿qué pasó? ¿Te vas a dormir tan temprano?
Abrí los ojos y volteé a verla. Su pijama de botones los tenía algo abiertos y juntaba los pechos con los brazos.
—Yo no he dormido nada. Tú te quedaste dormida cuando me fui.
—Sí, ya sé, oye, te quería preguntar o pedir algo. La vi algo confundido.
—Dime.
—¿Qué opinas sobre que me ayudes a conseguir trabajo o me des algún trabajito? Me veía con cara de traviesa, jugando con cómo mostraba sus pechos.
—¿Pues de qué quieres trabajo? ¿Qué sabes hacer?
—Pues puedo aprender a hacer cosas en lo que tú me digas.
—no así no son las cosas con los trabajos. Uno hace lo que sabe. Para aprender la escuela.
—Ay, cuñado, pues tú sabes que no termine. Y nunca he trabajado más que de ama de casa, si se le puede decir trabajo. —Sí, eso es un trabajo. Vamos a descansar a la persona que nos ayuda con la limpieza. Y tú vas a encargarte de la casa. Ese puede ser tu trabajo. Te pagamos más o menos como a ellas según lo que hagas. ¿Te parece? Si te es suficiente, mañana le digo a Lizbeth, pero estoy seguro de que estará de acuerdo.
—¡Claro que sí! Hay muchas gracias cuñado. Me dio un gran abrazo poniéndome las tetas en la cara. Cómo estaba quedándome dormido no me emociono mucho que digamos.En eso me dice:
—En mi casa Miguel decía que yo era su “ESCLAVA SEXUAL” , jajaja.
—Jajaja, no mames, ¿y que también vas a ser nuestra esclava?
—Pues puedo ser la tuya, ¿si tú quieres? Mira, déjame darte un masaje. Quítate la ropa.
Se paró y fue a buscar cosas en el baño. Salió y fue a su cuarto. Cuando regresó, empezó a levantarme la camiseta, insistiendo en que me desnudara. Me quito la ropa y me pidió que me acostara boca abajo, se subió a la cama y empezó a masajearme muy suave. (Al parecer fue a su cuarto por aceite, que olía muy bien y se sentía muy bien).
Empezó en mi cuello y hombros. Fue bajando, en eso pude sentir que volvía a mis hombros, pero también pude sentir cómo sus pechos desnudos se aplastaban contra mí. Volteé a verla y vi que también estaba desnuda y poco a poco me ponía y se ponía aceite en el cuerpo. Restregaba su cuerpo contra el mío y me abrazaba, yo la tenía bien parada desde que vi y sentí sus tetas en mi espalda con el aceite.
Empezó a bajar, me masajeaba las piernas y los glúteos, pasó su mano por debajo de mí y tomó mi pene y lo empezó a jalar. Fue extraño, pero no duró mucho así.
Siguió con el resto de mis piernas para luego pedirme me diera vuelta. La tenía muy parada, con el aceite se me marcaban muy cabrón las venas. Empezó de abajo hacia arriba, me masajeaba las piernas y lamía mis testículos. Rodeaba mi pene con sus senos llenos de aceite que se veían muy grandes y brillantes. Me masturbaba con sus pechos mientras que con su lengua lamía el glande de mi pene. La sensación del aceite, el calor de su cuerpo el olor que había en el cuarto. Generó todo un ambiente muy sexy. Mientras me masturbaba con sus pechos y lamia mi verga sentí que me vendría.
A lo que respondió volteando a verme y deteniéndose. Apretó fuerte mi pene y mis testiculos, conteniendo mi eyaculacion.
Se giró y ya que había pasado la sensación de que me vendría me empezó a masturbar con sus pies. La sensación era muy buena sus pies son muy pequeños y sirves. Mi verga se veía enorme, el contacto con los pies se siente muy fuerte. Por qué me presionaba, después de unos minutos sentí que me vendría y volvió a apretarme. Pero esta vez con sus pies, que ejercieron una gran fuerza. No me dolió pero si se sintió muy fuerte. Sentía que me explotarían los testiculos estaba súper lleno.
Se volvió a girar y gateó hacia mi. Me beso en la boca metiendo su lengua, jugamos con nuestras lenguas y mordió fuerte mis labios, esto sin ella nunca soltar mi pene. Después de morderme me pregunta:
–entonces ¿si soy una buena ESCLAVA cuñadito? Me lamió la cara y me puso las tetas para que las chupara.
Mientras las lamía y chupaba se acomodo y se sentó en mi pene, introduciéndome. Acomodándose ella sola. Ella es muy estrecha, estaba muy caliente y lubricada. Entre fácil pero podía sentir lo apretado.
Poco a poco fue bajando hasta tenerme completamente dentro de ella.
Una vez dentro se levantó y la tomé de la cintura. Conmigo dentro empezó a dar movimientos de su cadera, pero no le permitía sacar ni un poco de mi. Gemia muy rico y me apretaba. Intentaba que se la sacara. Le di la vuelta la puse abajo y le empecé a dar duro. Mientras nos besábamos. Gritaba fuerte y gemia cada Que metía y sacaba mi pene, se escuchaba en toda la casa como gritaba y como nuestros cuerpos chocaban.
—me encanta ser tu esclava sexual cuñado. La vamos a pasar muy bien.
La mordí en los labios para callarla y me empezó a apretar gritaba. Me tenía muy caliente. Estaba por venirme y ahora no me podría detener. Empecé a gemir y ella conmigo, nuestra respiración era muy fuerte. En eso termine, la llene toda de semen. — no me lo saques y no te muevas. Quiero sentirlo, quiero que me haga tuya cuñado, seré una buena esclava. Nos quedamos así un momento. Luego me acosté a un lado de ella abrazándola de lado. Y nos quedamos dormidos.
En la madrugada me levante al baño y estaba dormida junto a mi. De solo verla se me puso bien dura. Fui por mi celular y empecé a grabarla. Me puse frente a su cara y le acerqué mi pene para que lo chupara. Estando dormida me lo empezó a mamar, prendí la luz del celular para que viera que la grababa. No se incómodo, por lo contrario se puso más guarra, volteaba a ver mi celular y se apretaba las tetas. Lamia y babeaba mi verga como una puta. La empecé a dedear mientras me lo chupaba, en sentir que se venía me hizo venir y termine en su boca.
Me fui a limpiar al baño y me volví a dormir junto a ella.
Por la mañana fue muy cariñosa, dormir con ella fue placentero, fue, como dormir con una novia muy cariñosa. Me despertó abrazándome y dándome besos.
Era algo tarde, vi mi celular y mi esposa me avisó que saldrían del hospital a las 11, y sus padres nos invitaban a comer que llegara a la 1 p. m.
Tendría toda la mañana para estar con mi nueva esclava sexual…
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