La vida se hacía ociosa y poco natural . Mi marido se ntregaba a su trabajo y a cambio yo me liberaba del yugo familiar de la crianza .

Acababa de entrar en una oficina de una pequeña empresa donde el encargado que estaba de buen ver se quedaba extasiado conmigo y yo le

correspondí .

Su persuasión y mis propias ganas me llevaron a echarme en sus brazos.

Muchos días al finalizar el trabajo nos quedábamos solos y surgió el sexo.

El hombre es muy educado y conozco a su esposa que es muy bella pero mis armas son mejores .

Me he liberado de los tics sociales y visto alegre y exhibo mis carnes siempre que puedo.

Y así caí yo y cayó él . Tejimos ambos una red promiscua difícil de destejer .

Una y otra vez tras la jornada labora y a solas nos dábamos placer mutuo .

Cada día me pedía más y se lo daba .

Mi cabeza me estallaba de placer . Me lo comía todo y él a mi también.

Colaboraba para que comprase lencería y tuve de todo .

Aquello fue una época pasada que la recuerdo con cariño.

Nadie lo supo y un buen día la casualidad hizo coincidir nuestras miradas en un bar y me pidió algo .

En mi casa no había nadie y lo hicimos de nuevo y resurgió .

Ahota tenemos encuentros pactados y rememoramos viejos tiempos , la pasión sigue intacta.